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martes, 6 de marzo de 2018

¿Por qué dos Cultos los Domingos?

Salmo. Cántico para el día de reposo


Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; Anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche, En el decacordio y en el salterio, en tono suave con el arpa. (Salmo 92:1-3)
El culto corporativo se llevó a cabo mañana y tarde (v. 2)

Hubo un tiempo en que este concepto de adoración se mantuvo universalmente. La mayoría de los lugares de culto tenían servicios de la mañana y de la tarde que se enfocaban en enseñar la Palabra de Dios. Pero lo que ha sucedido hoy es trágico. Debido a los ministros perezosos y debido a los pésimos ancianos y debido a las congregaciones apáticas, la mayoría de las iglesias no tienen servicios nocturnos. Pero es algo bueno hacerlo, dice el salmista…

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Porque allí envía Jehová bendición,  y vida eterna. (Salmo 133:1,3)

Dios lo ama cuando su gente va a la iglesia el domingo por la mañana y el domingo por la tarde para adorarlo y aprender acerca de él.

¿Por qué ir a dos cultos los Domingos? ¿No es suficiente con uno? En muchas iglesias el culto de la tarde está desapareciendo.

Hay dos razones principales por lo cual esto está sucediendo

Primero, las demandas por parte de los empleadores han aumentado enormemente en los últimos 30 años. Los fines de semana se han vuelto muy apreciados. Participar en dos cultos los Domingos se considera tomar demasiado tiempo del fin de semana.

Segundo, a partir de 1994, el gobierno de Tory [en Inglaterra] legalizó la apertura indiscriminada del comercio los Domingos [Antes, había una regulación especial para las compañías grandes que no les permitía un horario igual al del resto de la semana]. Esta secularización del día, ayudó a que las personas tuvieran muchas más opciones en cuanto a cómo pasar el día. De forma simultánea, puso una presión extra sobre muchos, para trabajar los Domingos.

La Escritura dice que “no debemos dejar de congregarnos, sino animarnos unos a otros – y tanto más cuando veis que aquel Día se acerca” (Hebreos 10:25). Muchos creyentes dan por suficiente reunirse una vez en el día del Señor, pero hay otros que, por cuestiones de salud, edad y otras circunstancias realmente no pueden reunirse dos veces los Domingos. Entonces, ¿Tiene algún sentido mantener la tradición de dos cultos?

Creo que sí.

Dos cultos son útiles de forma práctica

Por ejemplo, conozco una pareja de Cristianos, una enfermera y un policía, que con frecuencia tienen que trabajar fines de semana. Ellos comenzaron a asistir a una nueva iglesia que se reunía en una escuela y solamente tenían un culto por la mañana. Pero sus horarios de trabajo solían chocar con los servicios de la mañana, siendo imposibilitados de reunirse durante varias semanas. Concluyeron que debían buscar una iglesia que tuviera ambos cultos.

También tener dos cultos es de gran ayuda para la evangelización. Muchos no-creyentes trabajan los Domingos. Recientemente tuve una conversación como esta:

– “Te invito a la iglesia”, dije,

– “Bueno, yo trabajo hasta tarde los Sábados, así que es un poco difícil para mí los Domingos por la mañana”.

– “¿Y el Domingo por la noche?”

– “Bueno, sí, supongo que podría acompañarte el Domingo por la noche”.

De manera que, dos cultos tienen sentido de manera práctica.

La Escritura muestra el patrón de dos cultos

Aunque no hay un mandamiento explícito en el Nuevo Testamento, eso es evidente en el Antiguo Testamento. Encontramos este patrón de “mañana y tarde” explícitamente en el Salmo 92:

“Bueno es alabarte, oh Jehová, Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; Anunciar por la mañana tu misericordia, Y tu fidelidad cada noche”.

Como Cristianos, nos reunimos los Domingos como día de la resurrección de Cristo. Es digno de notarse que los Evangelios registran las apariciones de la resurrección en la mañana y en la noche (Juan 20:1, 19)

Dos cultos se ajustan al cuarto mandamiento

El mandamiento nos dice que debemos “Recordar el día de reposo para santificarlo”. Con el cambio del Antiguo al Nuevo Pacto, el Sabbath (Reposo) fue cambiado a la bendición del Día del Señor. De acuerdo con Génesis 1, un día tiene una tarde y una mañana. Y a pesar de lo que ha ocurrido con nuestra cultura evangélica, este sigue siendo el Día del Señor, no es la Mañana del Señor lo que tenemos que celebrar.

Corresponde a la tradición de la Iglesia

Al revisar la historia, encontramos que la adoración en la mañana y en la tarde de los Domingos fue la norma. A inicios del siglo cuarto (cuando la persecución había disminuido y la iglesia tuvo oportunidad de establecerse), encontramos al historiador eclesiástico Eusebio describiendo la práctica de la iglesia de la siguiente manera:

“Ciertamente no es una pequeña muestra del poder de Dios que a través de todo el mundo las iglesias de Dios muy de mañana y en las horas de la tarde… ofrecen himnos, alabanzas a Dios” (Comentario sobre el Salmo 64).

Durante la Edad Media, la adoración matutina era conocida como “matines” y la adoración vespertina como “vísperas”. En la época de la Reforma Protestante la costumbre de tener culto mañana y tarde se mantuvo en el Libro de Oración Común de Cranmer con sus rúbricas para la Oración Matutina y la Oración Vespertina. Así que las iglesias que han abandonado el culto de la tarde se han apartado drásticamente de la norma practicada por la Iglesia de Cristo. Ahora, yo no soy fanático de la tradición, pero la pregunta es esta: “¿Somos más sabios y mejores Cristianos que aquellos que fueron antes de nosotros, o es que estamos sucumbiendo ante el espíritu de la época que marginaliza a Dios? ¿No hemos caído en hacer solo el mínimo?

Y tengamos en cuenta que al considerar las presiones de la vida moderna, es hasta los últimos 100 años que el Sábado se volvió un día libre. Tenemos más tiempo libre y tiempo para nuestras familias que muchos de nuestros antepasados.

Dos Cultos llenos de entusiasmo reprende al secularismo

Las reuniones de los Cristianos, especialmente en el Día del Señor, apuntan hacia el futuro Día del Señor (Hebreos 10:25). El día especial, uno entre siete, siempre apuntó hacia el reino de Dios. Esta es la razón por la cual el Señor Jesús hizo muchos de sus milagros en el día de reposo. Él no lo hizo solamente para molestar a los Fariseos. Hizo milagros en Sábado porque era lo apropiado. Aquellos milagros eran una muestra del poder y el gozo del reino futuro. Con la resurrección de Jesús el primer día de la semana, el Domingo nos habla de la misma cosa. Mira hacia adelante al reposo y liberación y gozo y comunión del mundo venidero, cuando Cristo regrese.

Ahora el secularismo mira todo en términos de esta vida. Pero al venir a la iglesia el Domingo, nosotros estamos haciendo una declaración. Estamos diciendo “No” al punto de vista que afirma que esta vida es todo. Nosotros estamos diciendo y mirando hacia el futuro reino venidero de Cristo. Y, al tener dos cultos los Domingos, estamos diciendo, “Esto no es solamente un deber, ¡estamos realmente interesados en esto!”.

Dos cultos ofrecen dos oportunidades de ser animados

Hebreos 10:25 dice que el propósito de reunirnos es edificarnos unos a otros. Somos animados al encontrarnos con el pueblo de Dios, al orar los unos por los otros, compartir nuestras vidas. En particular, nuestra fe es fortalecida por la predicación de la Palabra de Dios. “Oh, yo puedo escuchar un sermón grabado, o tener un estudio bíblico en casa”. Eso es cierto. Pero, como dijo Christopher Ash en la EMA de este año, eso no es lo mismo que estar juntos bajo la Palabra de Dios sabiendo todos lo que hemos escuchado para animarnos unos a otros a obedecer. ¿Cómo pueden los miembros del cuerpo de Cristo decirse unos a otros “yo no te necesito”?

En una sociedad en la cual recibimos tantos bombardeos impíos desde los medios de comunicación para tratar de desviarnos, necesitamos una doble dosis de la Palabra de Dios para alimentar nuestras almas y mantenernos en el camino correcto. Hay Cristianos que se devuelven al mundo, matrimonios que fracasan y, no digo que siempre, pero frecuentemente, descuidar el culto de la tarde es la primera señal de que algo no anda bien. Permítanme decir también que algunos de ustedes anhelan desesperadamente la conversión de sus hijos. Pero si ustedes rechazan el culto de la tarde difícilmente les están dando un ejemplo de entusiasmo para las cosas de Cristo. Luego, se preguntan por qué ellos no están interesados.

Dos cultos ofrecen dos oportunidades de animar a otros

Quedarse en casa y escuchar un sermón es algo muy centrado en uno mismo, el Domingo no es solamente para que usted sea animado sino para que usted anime a otros. Así que las noches de Domingo son una segunda oportunidad para hace eso. Tal vez en la mañana usted tuvo sus chicos con usted. No es fácil conversar con otros mientras los cuida. Pero si esposo y esposa se turnan para cuidar los chicos, pueden tener la oportunidad de hablar y orar con otros y de animarlos.

Y aun su misma presencia es  de ánimo. Cuando los maestros de Escuela Dominical, o aquellos que solamente pueden salir por la tarde, vienen a un culto vespertino y encuentran la congregación dispersa y los cantos débiles, no serán animados de la misma manera que con una congregación grande con todos sus amigos.

Así que, podrán ver, que aunque no hay un mandamiento explícito en la Escritura de que las Iglesias deban tener culto mañana y tarde, y no es pecado tener solo un culto, de todas maneras tiene mucho sentido de manera práctica. Y es algo bastante serio. Nuestra nación que está tan necesitada no va a ser salvada al ver muchas iglesias vacías los Domingos por la noche. La gente se sentirá  retada cuando vean iglesias llenas, escuchando con entusiasmo y cantando y pensarán ¿Qué está pasando ahí?

Soli Deo Gloria



jueves, 23 de noviembre de 2017

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Navidad (Reformadores, Puritanos, Bautistas)

Porque las costumbres de los pueblos son vanidad… (Jeremías 10:3)


NAVIDAD - CHRIST-MASS

Deseo citar primeramente al reformador Juan Calvino lo que  dijo respecto a la navidad cuando predicó el 25 de diciembre de 1551 (fue un jueves) sobre Miqueas 5:7-14. John Calvin, Sermons on the book of Micah, trans. and ed. B. W. Farley (1551; Phillipsburg, 2003), pp 302-04.

«Ahora, veo aquí más gente que la que estoy acostumbrado cuando doy un sermón. ¿Por qué será? Es día de navidad. ¿Y quién les dijo esto? Pobres bestias. Ese es un adecuado eufemismo para todos ustedes que han venido aquí hoy a honrar a Noel. ¿Pensaban que estarían honrando a Dios? Consideren qué tipo de obediencia a Dios vienen mostrando. En sus mentes, están celebrando un día santo para Dios, o convirtiendo el día de hoy en uno. Pero ya de eso. En verdad, mientras frecuentemente han sido amonestados, es bueno apartar un día del año en el cual recordamos todo lo bueno que nos ha ocurrido a causa del nacimiento de Cristo en el mundo, y en el cual escuchamos la historia de su nacimiento, el cual sería el domingo. Pero si piensan que Jesucristo hubo nacido hoy, están tan locos como bestias salvajes. Porque cuando elevan un solo día para adorar a Dios, lo han convertido en un ídolo. Es verdad, insisten que hacen esto por el honor a Dios, pero es más para el honor al diablo.

Deseo citar ahora a A. W. Pink, acerca del tema tratado... se hace la pregunta efectivamente, ¿Qué es “Navidad?” ¿El mismo término no denota su fuente: “Christ-mass”, “la misa de Cristo”? Esto es de origen romano, traído del paganismo. Pero, dice alguien, ¿No es la Navidad el momento en que conmemoramos el nacimiento del Salvador? ¿Y quién autorizó tal conmemoración? Ciertamente Dios no lo hizo. El Redentor ordenó a sus discípulos que lo “recordaran” en Su muerte, pero no hay una palabra en las Escrituras, desde Génesis hasta Apocalipsis, que nos dice que celebremos su nacimiento. Además, ¿Quién sabe cuándo y en qué mes nació? La Biblia es silenciosa al respecto. ¿Es sin razón que las únicas conmemoraciones de “cumpleaños” mencionadas en la Palabra de Dios son las de Faraón (Gn.40:20) y Herodes (Mt.14:6)? ¿Esto está escrito «para nuestra enseñanza»? Si es así ¿Hemos orado recibiéndola de corazón?

¿Y quién es el que celebra la “Navidad”? Todo el “mundo civilizado”. Millones de personas que no hacen profesión de fe en la sangre del Cordero, que lo “desprecian y rechazan”, y millones más que, aunque afirman ser Sus seguidores pero con  sus hechos lo niegan, se unen para divertirse bajo el pretexto de honrar el nacimiento del Señor Jesús menospreciándolo. Nos preguntamos, ¿Es apropiado que sus amigos se unan con sus enemigos en una ronda mundana de gratificación carnal? ¿Alguna verdadera alma nacida de nuevo realmente piensa que Aquel a quien el mundo rechazó está complacido o glorificado por tal participación en los deleites del mundo? Verdaderamente, las costumbres de la gente son «vanas»; y está escrito: «No seguirás a los muchos para hacer el mal» (Ex.23:2).

Consideremos ahora lo que nuestro SEÑOR tiene que decir sobre el tema.  ¿No fue la intención de Saúl de adorar a Dios cuando perdonó a Agag, el rey de los amalecitas, junto con sus mejores bestias y ganado?  Él dice tanto: “Quiero adorar a Dios”. La lengua de Saúl fue llena de devoción y buena intención. Pero ¿cuál fue la respuesta que recibió? ¡Adivino! ¡Hereje! ¡Apóstata! ¡Dices estar honrando a Dios, pero Dios te rechaza y desaprueba todo lo que has hecho! (ver 1 Samuel 15:8-9). Consecuentemente, lo mismo es la verdad de nuestras acciones. Porque no hay un día superior a otro. No importa si recordamos la natividad de Nuestro Señor en un miércoles, jueves, u otro día. Pero cuando insistimos en establecer un servicio de adoración basado en nuestros caprichos, blasfemamos a Dios, y creamos un ídolo aunque lo hayamos hecho en el nombre de Dios. Y cuando adoran a Dios en la ociosidad de un espíritu de día santo, ese es un pecado pesado de llevar, y uno que atrae a los demás al respecto, hasta que llegamos a la altura de la iniquidad. Por lo tanto, pongamos atención a lo que Miqueas dice aquí, que Dios no debe solamente despojar cosas que son malas en sí mismas, sino debe también eliminar todo que pueda fomentar la superstición. Una vez que hayamos entendido eso, ya no más encontraremos extraño que Noel no es guardado el día de hoy, pero que en el domingo celebremos la Cena del Señor y recitemos la historia de la natividad de nuestro Señor Jesucristo. Para aquellos que apenas conocen de Jesucristo, o que debemos estar sujetos a él, y que Dios quita todos estos obstáculos que nos previenen de llegar a él, esta gente, digo, van a apretar sus dientes. Vinieron aquí a la espera de una celebración con una intención equivocada, pero se irán con una total insatisfacción.»

El siguiente extracto es del libro del Teólogo Puritano Inglés, Williams Ames “Una Nueva Demanda en contra de la ceremonias humanas en la adoración a Dios” (1633), en donde cita al gran reformador Martin Bucer referente a los “días santos festivos” Católicos Romanos; esto nos demuestra la conexión teológica directa entre los Reformadores y los Puritanos Ingleses. Martín Bucero fue gran amigo de Juan Calvino, a quien invitó para que sea pastor de los refugiados Franceses en Estrasburgo:

“Yo pido a Dios que cada “día santo” (incluyendo la Navidad) y lo que sea, aparte del Día del Señor, fuera abolido. El celo el cual  [los “días santos”] trajo en primer lugar, fue sin justificación y orden de la Palabra, y solamente siguió la razón corrupta, y sacaron los días santos festivos de los paganos, como un clavo saca a otro. Esos “días santos” han sido corrompidos, con supersticiones, que me sorprende que no temblamos en su sola mención.”

– Martin Bucer (1491-1551), citado en William Ames (1576-1633) A Fresh Suit Against Human. Ceremonies in God’s Worship (1633), pp. 359-60.

El argumento Puritano del siglo XVII en Europa y América en contra de la celebración de la Navidad (y otras instituciones similares) es triple:

(1) Ningún tiempo de adoración es santificado, a menos que Dios lo haya ordenado;

(2) Los días de fiestas no bíblicas son una amenaza para el cumplimiento adecuado del Día del Señor, porque estas fiestas tienden a eclipsar la santidad que sólo pertenece a día del Señor,

(3) La observancia de las fiestas no bíblicas tiende hacia la superstición y la innovación en la adoración todas estas que son característicos del Catolicismo romano.

Para el Puritanismo, el testimonio más efectivo en la sociedad pagana e idolatra, no fue la observancia de la “navidad,” sino más bien la observancia del Día del Señor.

Los puritanos se preguntaron y dieron respuesta al mismo segundo mandamiento. En la Pregunta 108 dice ¿Cuáles son los deberes requeridos en el segundo mandamiento? Y se responde:

“Les deberes requeridos en el segundo mandamiento son recibir, observar y guardar puros y completos todo el culto religioso y las ordenanzas, tales como Dios las instituyó en su Palabra […] así como también el desaprobar, detestar y oponerse a todo culto falso, y conforme al estado y llamamiento de cada uno, destruirlo, así como a todos los objetos de la idolatría”.

En la Pregunta 109 que dice ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el segundo mandamiento?

“Los pecados prohibidos en el segundo mandamiento son, todo lo que sea inventar, aconsejar, mandar, usar, y aprobar algún culto religioso por sabio que sea, pero que no haya sido instituido por Dios […] Todas las supersticiones engañosas, el corromper el culto de Dios, ya sea añadiéndole o quitándole, sean (supersticiones) inventadas y tomadas por nosotros mismos, o recibidas por tradición de otros, aun cuando vengan con el título de antigüedad, costumbre, devoción, buena intención o cualquier otro pretexto, la simonía, el sacrificio; toda negligencia, desprecio, impedimento, y oposición al culto y ordenanzas que Dios ha establecido”.

George Gillespie [1613-1648] (Pactante Escocés y Comisionado de Escocia a la Asamblea de Westminster), de su obra “Una disputa contra las Ceremonias Papistas Inglesas” Volumen uno, p. 80... terminare citando sus palabras.

"… al tener comunicación con los idólatras en sus ritos y ceremonias, nosotros mismos nos hacemos culpables de idolatría; así como Acaz (2 Reyes 16:10), fue un idólatra, quien tomó el patrón de un altar de idólatras…

...Así que, el arrodillarse ante el pan consagrado, el signo de la cruz, suplicios, días de fiesta (como la Navidad, Pascua, etc.), obispado, inclinarse ante el altar, la administración de los sacramentos en lugares privados, etc., todas estas prácticas son las mercancías de Roma, el bagaje de Babilonia, las baratijas de la prostituta, las insignias del papismo, y de los enemigos de Cristo, los mismos trofeos del anticristo. No podemos conformarnos, comunicar y compartir los símbolos con los papistas idólatras en el uso de la misma, sin hacernos nosotros mismos idólatras por participación...

...¿Podrá la casta esposa de Cristo tomar sobre ella los adornos de la prostituta? ¿Podrá el Israel de Dios simbolizar con ella lo que espiritualmente se llama Sodoma y Egipto? ¿Llevarán los redimidos del Señor las insignias de su cautiverio? ¿Deben los santos compartir con la marca de la bestia? ¿Deberá la iglesia cristiana ser como el anticristo? ¿Deberá lo santo ser como lo profano? ¿La religión como la superstición? ¿El templo de Dios como la sinagoga de Satanás?”

En conclusión...

«Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto» (Prov. 4:18). Donde hay un corazón que realmente desea agradar al Señor, Él amablemente otorga un conocimiento cada vez mayor de Su voluntad. Si Él se complace en usar estas líneas para abrir los ojos de algunos de su querido pueblo para reconocer lo que es un mal creciente, y para mostrarles que han estado deshonrando a Cristo al vincular el nombre del Hombre de Dolores (y tal era cuando estaba en la tierra) con una "FELIZ Navidad", entonces únase con el escritor en un arrepentimiento para con Dios de este pecado, buscando Su gracia para una completa liberación de él, y alábelo por la luz que Él le ha otorgado al respecto.

Amado compañero cristiano: «La venida del Señor se acerca» (Stgo. 5:8). ¿Realmente creemos esto? No lo creas porque el papado está recuperando el poder temporal que perdió, sino porque Dios lo dice: «porque por fe andamos, no por vista» (2 Cor.5:7). Si es así, ¿Qué efecto tienen tales creencias en nuestro caminar? Esta puede ser tu última Navidad en la tierra en medio de la cual el Señor puede descender del cielo con estruendo para reunir a los suyos a sí mismo. ¿Te gustaría ser llamado de entre una “fiesta de Navideña” para salir a encontrarlo en el aire? El llamado por el momento es «salid a recibirle» (Mt. 25:6) desde una cristiandad sin Dios, desde el horrible ‘burlesque’ de la “religión” que ahora se disfraza bajo Su nombre.

«Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo» (2 Cor. 5:10). ¡Qué solemne y escrutador! El Señor Jesús declaró «que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio» (Mt. 12:36). Si se va a tomar nota de cada «palabra ociosa», entonces lo más seguro es que cada energía desperdiciada, cada dólar desperdiciado, cada hora desperdiciada ¡también lo será! Si todavía estuviéramos en la tierra cuando lleguen los últimos días de este año, dejemos que el escritor y el lector busquen sinceramente la gracia para vivir y actuar con el tribunal de Cristo puesto delante de nosotros. Su «bien hecho» será una más amplia compensación por las burlas y burlas que ahora podemos recibir de las almas sin Cristo.

¿Algún lector cristiano imagina por un momento que cuando él o ella se presenten ante su santo Señor, lamentarán haber vivido “demasiado estrictamente” en la tierra? ¿Existe el menor peligro de que Él reprenda a alguno de los suyos porque eran “demasiado extremos” en «abstenerse de los deseos carnales, que batallan contra el alma» (1 Ped. 2:11)? Podemos ganar la buena voluntad y los buenos favores de los religiosos de hoy en día comprometiéndonos en “pequeños? puntos”, pero ¿Recibiremos Su sonrisa y aprobación ese día? Oh, ¡Qué podamos estar más preocupados por lo que Él piensa, y menos preocupados por lo que piensan los mortales que perecen!

«No seguirás a los muchos para hacer mal» (Ex. 23:2). Ah, es una cosa fácil dejarse arrastrar por la corriente de la opinión popular; pero se necesita mucha gracia buscada diligentemente de Dios, para nadar contra ella. Sin embargo, eso es lo que el heredero del cielo está llamado a hacer: «No [conformarse] a este siglo» (Rom. 12:2), negarse a sí mismo, tomar la cruz y seguir a un Cristo rechazado. Qué tanto el escritor y el lector presten atención a la palabra del Salvador: «He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona» (Ap. 3:11). Oh, que cada uno de nosotros pueda decir con sinceridad: «De todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra» (Sal. 119:101).

Nuestra última palabra es para los pastores. Para ti, la Palabra del Señor es: «Sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza» (1 Tim. 4:12). ¿No es cierto que las “iglesias” más corruptas que conoces, donde se niegan casi todos los fundamentos de la fe, tendrán sus “celebraciones navideñas”? ¿Los imitarás? ¿Es consistente protestar contra los métodos no bíblicos de “recaudar dinero” y luego aprobar los no bíblicos “servicios navideños”? Busca la gracia para establecer firmemente, pero con amor, la verdad de Dios sobre este tema ante tu gente, y anuncia que no pueden participar en el seguimiento de las costumbres paganas, romanas y mundanas.

Entender el verdadero significado del nacimiento de Jesús y su obra culminada en la cruz dará propósito a vuestro entendimiento y no una fecha ni ninguna celebración, por ultimo invito a ser buenos hermanos como los de Berea a examinarlo todo y nada os robe toda celebración verdadera.

Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. (Hechos 17:11)  

Soli Deo Gloria


jueves, 15 de junio de 2017

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La Superioridad de la Adoración Pública

Yo me alegré cuando me dijeron: Vamos a la casa del SEÑOR (Salmo 122:1).

Si tuvieras la opción entre la lectura privada de la Biblia y la oración, o ir a la iglesia, ¿qué elegirías? Los puritanos elegirían la iglesia. Todos conocemos el énfasis de los Puritanos en la devoción privada y la piedad personal. Pero en realidad clasificaron al culto público aún más alto. Por ejemplo, David Clarkson, colega y sucesor de John Owen, predicó un sermón sobre el Salmo 87: 2  El SEÑOR ama las puertas de Sion más que todas las otras moradas de Jacob. Titulado Adoración pública antes de ser privado, y dio 12 razones por las cuales:

1. El Señor es más glorificado por el culto público que privado. Dios es glorificado por nosotros cuando reconocemos que Él es glorioso, y Él es más glorificado cuando este reconocimiento es más público.

2. Hay más de la presencia del Señor en el culto público que en el privado. Él está presente con su pueblo en el  culto público de una manera especial: más eficazmente, constantemente, e íntimamente.

3. Dios se manifiesta más claramente en el culto público que en el privado. Por ejemplo, en Apocalipsis, Cristo se manifiesta "en medio de las iglesias".

4. Hay más ventaja espiritual en el uso del culto público. Cualquiera que sea el beneficio espiritual que se encuentra en los deberes privados, eso, y mucho más se puede esperar del culto público cuando se utiliza correctamente.

5. El culto público es más edificante que privado. En privado usted provee para su propio bien, pero en público usted hace el bien a ambos y a otros.

6. El culto público es una mejor seguridad contra la apostasía que privada. El que carece o rechaza el culto público, cualesquiera que sean los medios privados de que disfrute, está en peligro de apostasía.

7. El Señor obra sus obras más grandes en el culto público. Conversión, regeneración, etc., se realizan generalmente a través de medios públicos.

8. El culto público es el parecido más cercano del cielo. En las representaciones bíblicas del cielo, no hay nada hecho en privado, nada en secreto; Todo el culto de esa gloriosa compañía es público.

9. Los servidores más renombrados de Dios han preferido el culto público antes de privado. El Señor no se retiró de las ordenanzas públicas, aunque eran corruptos. El culto público era más valioso para los apóstoles que su seguridad, libertad y vidas.

10. El culto público es el mejor medio para obtener las misericordias más grandes, y prevenir y eliminar los juicios más grandes.

11. La sangre preciosa de Cristo está más interesada en el culto público. La adoración privada era requerida y realizada por Adán y su posteridad, incluso en un estado sin pecado, pero la predicación pública del Evangelio y la administración de los sacramentos tienen una dependencia necesaria de la muerte de Cristo.

12. Las promesas de Dios se dan más al culto público que al privado. Hay más promesas al culto público que el culto privado, e incluso las promesas que parecen ser hechas a los deberes privados son aplicables y más poderosas para el culto público.

Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración (Hechos 2:42).
Soli Deo Gloria



DÍA DEL SEÑOR

Entonces te deleitarás en el SEÑOR... (Isaías 58:14)

Deleitemonos en guardar el “día del reposo” de Dios, así también Dios hará que nos deleitemos en Él. Y el SEÑOR promete reunirnos y recrearnos.  Dice Isaías 56:7  Yo los traeré a mi santo monte, y los alegraré en mi casa de oración.

El primer día de la semana es un bendito recuerdo para nosotros de varias cosas de los que somos como creyentes por su Gracia mediante la fe en Jesucristo. Y podemos decir como el Salmista:  Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él (Salmo 118:24).

Una meditación para un corazón regenerado en el Nuevo Pacto, Cada semana me recuerdan que tengo un Creador.

El Sábado está arraigado en los hechos de la Creación.

Cada semana me recuerdan que tengo un Legislador.

El Sábado, aunque es un gran regalo para el hombre, es una obligación moral del Rey de la Creación.

Cada semana me recuerda la debilidad de mi carne.

La venida del Nuevo Pacto no reescribió el ADN de nuestra humanidad. Somos criaturas débiles que necesitan (y al parecer que necesitan ser dichas) para tomar un descanso semanal.

Así como me recuerda mi descanso en Jesús, me recuerdo la necesidad de que mi cuerpo descansara de mis trabajos.

Cada semana me recuerdan que soy el hombre redimido.

¿Por qué me complace tomar un día para estar en la casa de Dios y entre el pueblo de Dios y refrescarme en descanso, adoración, servicio, reflexión y compañerismo? Una razón: Jesús se apoderó de mí y cambió mi corazón.

Cada semana me recuerdan que soy parte de una comunidad.

Amo la reunión del pueblo de Dios. Me alegro cuando se dice, vamos a ir a la casa del Señor.

Cada semana recuerdo la naturaleza de este mundo y la incomparable gloria del mundo por venir.

Necesito tiempo lejos del mundo y de las cosas del mundo (incluso aquellas cosas inocentes, aceptables y necesarias) para que no tomen constantemente mi corazón y mi atención.

Cada semana me recuerdo la promesa de un descanso sabático mejor y eterno para el pueblo de Dios.

Cada semana me recuerda la realidad del Espíritu Santo en la vida de la iglesia y la belleza de lo que es la iglesia.

Fue en el primer día de la semana que el Espíritu vino con poder en el día de Pentecostés.

Cada semana me recuerdo que Jesús resucitó de entre los muertos. Es por eso que la iglesia se ha reunido todos los domingos durante dos mil años. Ningún acontecimiento en la historia humana es tan célebre. De una manera enfocada cuando tomo las decisiones que hago de lo que voy a hacer y lo que no haré, donde iré y no iré, lo que voy a decir, lo hago no sólo bajo la sombra de la Cruz, sino de la gloriosa luz de la tumba vacía.

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! (Salmo 133:1)

Recurso PDF:
Soli Deo Gloria


miércoles, 28 de septiembre de 2016

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¿Para quién es el Culto? CBL 1689

1. La luz de la naturaleza muestra que hay un Dios, que tiene señorío y soberanía sobre todo; es justo, bueno y hace bien a todos; y que, por lo tanto, debe ser temido, amado, alabado, invocado, creído y servido con toda el alma, con todo el corazón y con todas las fuerzas.1 Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios fue instituido por él mismo, y está de tal manera limitado por su propia voluntad revelada que no se debe adorar a Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de Satanás, ni bajo ninguna representación visible ni en ningún otro modo no prescrito en las Sagradas Escrituras.2  
1. Jer. 10:7; Mr. 12:33.
2. Gn. 4:1-5; Ex. 20:4-6; Mt. 15:3,8-9; 2 R. 16:10-18; Lv. 10:1-3; Dt. 17:3; 4:2; 12:29-32; Jos. 1:7; 23:6-8; Mt. 15:13; Col. 2:20-23; 2 Ti. 3:15-17.

Confesión Bautista de 1689, Cap. 22 Párr. 1

¿Para quién es el culto? "Para Dios, es claro", viene la respuesta. "El culto es nuestra respuesta a la gracia de Dios. En el culto damos a Dios la alabanza y la honra que El merece. Es verdad que nosotros podemos recibir algo en el culto, podemos ser edificados, pero ese es un elemento menor y secundario del culto. El culto es teocéntrico".

¿Culto "Verdaderamente Reformado"?

Eslogan como este han buscado definir el culto "Verdaderamente Reformado" en nuestros días. El énfasis es comprensible, visto que el culto moderno infundido con el carácter de la cultura pop se ha vuelto profundamente narcisista. Y  en relación a ese culto sensorial que busca que lo sensitivo, centrado en las necesidades del adorador, escritores reformados insisten en que el culto se relaciona con nuestro dar, no con nuestro recibir. Aunque suena como reformada, esa perspectiva es en la mejor de las hipótesis, una media verdad; falsa, en la peor de las hipótesis, y definitivamente mas arminiana que reformada.

Pero después de todo ¿qué esta incorrecto en decir que el culto es para Dios? Para comenzar, eso significa que el culto es puramente nuestra respuesta a Dios. Eso da a entender el siguiente cuadro: en algún lugar, fuera de la ocasión del culto, Dios me salvo. He sido salvo, tengo el deber de reunirme con el pueblo de Dios para agradecerle por Su misericordia y alabarlo por Su grandeza. Fuera de las puertas de la Iglesia, yo busque y encontré la gracia de Dios. Una vez dentro de ella, no soy mas alguien que busca la gracia , sino alguien que da gracias. No obstante es imposible que cualquier acción humana sea una respuesta pura y simple. Admitir esa posibilidad es asumir que podemos ser autónomos e independientes de Dios: una vez que El hizo una obra en nosotros, podemos responder a El sin necesitar contar con su continua operación en nuestras vidas. Eso es claro, es exactamente lo que la teología reformada niega.

La Escritura no dice meramente que Dios obra primero, y después nosotros respondemos. Ella dice que incluso cuando damos, estamos simultáneamente y principalmente recibiendo. Consecuentemente, no es que somos recipientes de la gracia de Dios hasta que crucemos la puerta. Pero confiamos en la obra de Dios en nosotros en el culto tanto como en cualquier otro lugar, y es solamente porque actuamos por el poder del Espíritu que nuestras acciones en el culto traen honra a Dios.

El culto, como todo lo demás en la vida cristiana, es por la gracia a través de la fe. Entrar por las puertas de una iglesia no transforma de modo mágico arminianos en calvinistas.

Los Medios de Gracia

El segundo problema con esa perspectiva es que ella niega implícitamente el entendimiento reformado concerniente a los medios de gracia. De acuerdo con todas las Confesiones Reformadas, la Palabra y los Sacramentos son medios de gracia auténticos y efectivos, por medio de los cuales el Espíritu otorga la presencia y el poder de Cristo resucitado a los fieles de Dios.

"¿Cuáles son los medios externos a través de los cuales Cristo comunica los beneficios de la redención?,  "la palabra, los sacramentos y la oración... a todos los cuales  hace él eficaces para la salvación de los elegidos". La Palabra y los sacramentos son los principales focos del culto y ambos son medios de Dios para "comunicarnos beneficios". El culto, así no se refiere principalmente a lo que nosotros hacemos ante el rostro de Dios, pero se refiere principalmente a lo que Dios esta haciendo en nosotros.

El culto del día del Señor es una acción divina: Él nos llama a Su presencia; El declara nuestros pecados perdonados; Él nos habla palabras de consuelo, reprensión y aliento; Él nos alimenta en su mesa; y nos invita a entrar, nosotros entramos; cuando Él nos absuelve de nuestros pecados, nosotros alabamos Su gracia en Su Hijo; nosotros nos estremecemos ante sus amenazas y creemos en sus promesas: nosotros comemos y bebemos de su banquete; y cuando él nos manda de vuelta , nos vamos. Pero esas son respuestas y dependen de la obra del Espíritu.

¿Suposiciones/ Premisas Humanistas?

Nosotros nos congregamos, en primer lugar, porque creemos que Dios prometió hacer ciertas cosas por nosotros. Ese parece ser el fundamento de lo que se puede llamar "culto en busca de lo sensitivo" pero nada puede estar más lejos de la verdad. En realidad, los errores del culto contemporáneo tienen raíces en las propias suposiciones que estoy atacando aquí. El culto contemporáneo no está firme en la convicción de que la Palabra y los Sacramentos son medios de gracia genuinos. Es por eso que todo se ha convertido sustituto para la predicación de la Palabra y para la administración de los Sacramentos- historias y anécdotas, teatros de títeres, obras, sea como fuere. Los cultos contemporáneos no se basan en la premisa de que es Dios que está actuando en las reuniones de culto; lo que importa es lo que el grupo responsable por el culto está haciendo para obtener la atención de los incrédulos en la audiencia.

Las iglesias reformadas que propagan la idea de que el culto del Día del Señor es para Dios, están simultáneamente adoptando muchas prácticas del culto moderno, y esto no ocurre por accidente. Ambas se originan sobre la misma teología litúrgica básica porque ambas niegan, al menos implícitamente, que el culto es ministerio de Dios para nosotros. De modo más profundo, el problema es que esa perspectiva produce una forma de culto que no es verdaderamente teocéntrico porque no es centrado en el verdadero Dios. Esta forma de culto concibe al Dios que adoramos como alguna especie de potestad oriental, que se sienta en su trono pasivamente, mientras que su pueblo, reunido abajo, busca desesperadamente su agrado. Dios es de hecho un Rey exaltado, pero Su realeza no es de este mundo. Él fue levantado en una cruz, adornado con una corona de espinas. Él Se revela como Rey no al recibir nuestras dádivas sino al ofrecerse a Sí mismo.

Entrar en Su presencia en busca de misericordia, recibir sus dádivas, escuchar humildemente Su Palabra y alimentarse con gratitud en su mesa- esto es genuino teocentrismo cristiano.

8. El día de reposo se guarda santo para el Señor cuando los hombres, después de la debida preparación de su corazón y de haber ordenado de antemano todos sus asuntos cotidianos, no solamente observan un santo descanso durante todo el día de sus propias labores, palabras y pensamientos1 acerca de sus ocupaciones y diversiones seculares, sino que también se dedican todo el tiempo al ejercicio público y privado de la adoración de Dios, y a los deberes que son por necesidad y por misericordia.2
1. Ex. 20:8-11; Neh. 13:15-22; Is. 58:13,14; Ap. 1:10.
2. Mt. 12:1-13; Mr. 2:27,28.
Confesión Bautista de 1689, Cap. 22 Párr. 8
Soli Deo Gloria



jueves, 15 de septiembre de 2016

Para qué se Reune la Iglesia

Si habláramos propiamente de los cultos congregacionales podría preguntar ¿Por qué hacemos lo que hacemos? Es decir, seguramente al ir a la reunión congregacional hacemos algunas actividades como cantar y orar y la pregunta es ¿Por qué lo hacemos? Creo que muchos creyentes no se han preguntado esto y siguen la costumbre que han recibido de la manera de hacer los cultos en la iglesia. Otros piensan que es simplemente asunto de organización del liderazgo de su iglesia y de la manera más viable que ellos han encontrado de hacer culto. Seguramente encontraremos quienes creen que lo que se haga en el culto puede ser manejado según la ocasión y sentir de la iglesia. Así han ingeniado novedosos programas en el culto y pueden variar sus elementos según el caso.

Al mismo tiempo considerándose iglesias bíblicas encontraríamos que los elementos usados en esos cultos no provienen de principios positivos y específicos de la Biblia. No, no estoy diciendo si se podrían respaldar algunas costumbres ya establecidas con un texto bíblico, sino que si esas costumbres surgieron de la meditación y estudio bíblico con respecto al culto público. Sería común encontrar que muchos piensan que Dios nos dejó a nosotros el ingeniar el culto que le ofrecemos y que según nuestras costumbres o prudencia propia podemos elegir que hacer o que suprimir en el culto y por ello no se requiere de ir a las Escrituras para hallar cada elemento del culto mientras nos mantengamos en general en el marco de lo que siempre se ha venido haciendo.

Esto ha desembocado que en años recientes los cultos congregacionales hayan suprimido muchos elementos asociados legítimamente con la adoración a Dios y hayan implementado (y lo sigan haciendo) programas y elementos ajenos a la adoración congregacional bíblica. Es común encontrar que como parte del culto público, muchas comunidades no ven algún problema en implementar obras lúdicas, actividades recreativas, o sustituir a voluntad uno u otro elemento de la adoración (como la predicación en algunos casos sustituida por películas, dramas, milagros, etc,) o hasta supriman la reunión dominical por alguna actividad extraeclesial.

Pero, ¿Estamos seguros que eso hace parte de nuestra libertad y espontaneidad? No importa aun si cada persona en la iglesia apoya la institución de cierto elemento o la abrogación del mismo, la iglesia no es una comunidad democrática sino teocrática y Dios rige a su Iglesia por su Palabra, la Biblia. Por lo cual, cada elemento que compone la adoración corporativa Dios lo ha ordenado y no podemos atrevernos a poner nuestra sabiduría a la par o sobre la sabiduría divina y continuar tranquilamente llamándonos ‘cristianos bíblicos’. Nuestro llamado no es a implementar elementos sino a obedecer a Dios en Cristo que es la Cabeza de la Iglesia. Cada elemento en el culto no debe ser respaldado por un versículo que nos deje tranquilos, sino que debe surgir del estudio de las Escrituras y los mandamientos claros de Dios a la iglesia cada vez que se reúne. De esta manera hallamos que reunirnos en culto y sobre todo, el día del Señor, no es opcional, como tampoco lo son los elementos que la iglesia usa en sus cultos, pues es Dios mismo quien los ha ordenado a su iglesia para que le adoren.

A la luz de esto, debemos aceptar que la iglesia en general ha hecho un culto conforme a sí misma y para sí misma y no para Dios, aunque digamos lo contrario. Las iglesias han elaborado un culto conforme a sus miembros, con los elementos más queridos por todos, mas apoyados, más concurridos por la mayoría y han suprimido aquellos elementos que no gustan mucho. El orden, el tipo de música, las actividades, la predicación, los temas mismos de enseñanza, el liderazgo, los ministerios, etc, tienen como punto principal el agrado de los asistentes y nunca antecedidos por la pregunta ¿Es eso lo que Dios nos ordena como Iglesia? Así cada elemento gravita en torno al hombre y no a Dios. Lo grave y lamentable es que pretendiendo agradar a Dios no solo se desobedece sino que se desafía el Señorío de Cristo sobre su iglesia al manejar Su cuerpo con nuestro criterio y no con el Suyo. Lejos de agradar y glorificar a Dios, estas actividades – no importan con cuanto celo se hagan – si no corresponden a la Biblia, no agradan a Dios. Como puede ver el punto no es quien grite mas ser bíblico sino quien lo sea de manera real y practica.

Por ello, debemos rescatar el culto público de las garras del humanismo y mundanalidad como de nuestra creatividad e ingenio. Solo por las Escrituras podremos llegar a la conclusión de lo que Dios demanda de su iglesia cada vez que se reúne, negándonos a nosotros mismos y presentando un sacrificio (que por ende cuesta) espiritual agradable a Dios. Seguro que entendemos que la iglesia se reúne para la adoración a Dios, pero permítanos ser aun más específicos para que esto no se quede en conceptos abstractos. Le ruego meditar en estos elementos, pero sobre todo, darse usted mismo al estudio de la Biblia para generar una convicción profunda en su alma y en la conciencia de la iglesia de lo que Dios demanda en culto congregacional.

La Iglesia se reúne para adorar a Dios en:

La lectura de la Palabra de Dios
Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. (1 Tim.4:13). Debo recordar que este texto está dado en un contexto de instrucciones eclesiales y no personales. El apóstol quiere estar seguro que Timoteo sepa cómo debes conducirse en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad (1 Tim.3:15). Dios ordena que la Biblia debe ser leída públicamente en los cultos de la congregación. Dios sabe que el crecimiento de los creyentes y la regeneración de los perdidos están asociados con su Palabra. Leer la Biblia en el culto, en voz alta, sin comentarla, deja claro a todos los presentes que reconocemos en verdad que no solo de pan vivimos sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mt.4:4). Es muestra de sometimiento al Señorío de Cristo sentarnos espiritualmente bajo ella a fin de que sea el criterio divino poniéndose sobre nosotros.

El teólogo y pastor James M. Boice, dijo al respecto: “La lectura de cualquier porción sustancial de la Biblia también está desapareciendo. En el tiempo de los puritanos, los ministros regularmente leían un capítulo del Antiguo Testamento y uno del Nuevo... Pero nuestras lecturas de la Escritura se están haciendo cada vez más cortas, algunas veces solamente dos o tres versículos, en caso de que llegue a leerse la Biblia. En muchas iglesias no hay ni siquiera un texto para el sermón. Cuando yo era niño en una iglesia evangélica, a mí me enseñaron que en la Biblia Dios nos habla a nosotros y en la oración nosotros le hablamos a Dios. Entonces, ¿qué está sucediendo en nuestras iglesias que ni oramos ni leemos la Biblia? Lo que sea que esté pasando, no es adoración.

La Exposición de la Palabra de Dios
…que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. (2 Tim.4:2).
Si hay un elemento central (no más importante) en las reuniones públicas de adoración debe ser la exposición de las Sagradas Escrituras. Ha sido el método ordenado y usado por Dios para salvar a los creyentes en el sentido completo de la palabra, lo que incluye por supuesto, su santificación. La dieta regular de la predicación expositiva, es idea de Dios. Lamentablemente el sermón es una actividad en vía de extinción. No hablo del tiempo en que una persona pase y hable al frente de una congregación por cierto tiempo, me refiero a la exposición sistemática, pausada, puntual ¡De la Biblia! Para eso Dios ha querido llamar a ciertas personas con el fin que se dediquen completamente a la oración y al ministerio de la Palabra.

Otra vez Boice añade: “Hoy tenemos muy poca enseñanza seria de la Biblia, por no mencionar las exposiciones cuidadosas. En vez de esto, los predicadores tratan de ser personales, contar historias jocosas, sonreír y sobre todo evitar temas que puedan causar que la gente no se sienta feliz con la iglesia del predicador y se vaya….Los predicadores [Al estilo tele-evangelistas] hablan sobre necesidades que se sienten, no necesidades reales, y esto generalmente significa decirle a la gente solamente lo que ellos quieren escuchar. Los predicadores quieren ser agradables, populares o proveer un buen entretenimiento. Y, por supuesto, ¡quieren ser exitosos!”. Hoy las personas desean pequeños ‘tips’ que no superen los 15 minutos, que los ayude a ser exitosos y a bregar con sus asuntos temporales pero no tienen tiempo, mente ni corazón para la exposición de la Biblia.

La oración diligente
Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; (1 Tim.2:1)
Este mandamiento divino se sitúa al principio del capítulo 2 de 1 a Timoteo el cual da instrucciones sobre la adoración corporativa. Para Pablo, Timoteo debería dar prelación a la oración corporativa regular como parte del ministerio. Boice comenta: “Es casi inconcebible para mí que algo llamado adoración pueda ser llevado a cabo sin una oración significativa, pero eso es precisamente lo que está sucediendo. Usualmente hay una oración corta al principio del servicio, aunque hasta eso se está esfumando. Está siendo reemplazada con una salutación de compinches para hacer que la gente se sienta bienvenida y relajada...Otra oración que generalmente es omitida es la oración de la ofrenda. Podemos entender que, como ya sabemos, amerita la intervención del Dios Todopoderoso para que la gente egocéntrica dé suficiente dinero para mantener la iglesia en su marcha. Pero las oraciones más largas- las oraciones pastorales- están desapareciendo…¿Cómo podemos decir que estamos adorando si ni siquiera estamos orando?”.

La iglesia debe orar como cuerpo y mucho de la salud de una iglesia se ve reflejada en sus reuniones de oración como en las oraciones mismas cada vez que se reúnen. Estas oraciones públicas en los cultos deben ser solemnes, saturadas de Escritura y adoración. Deben contener confesión de pecados, acciones de gracias, peticiones y suplicas humildes. Las oraciones son también un testimonio claro a todos que dependemos de Dios y que debemos a Él toda sumisión porque siempre oramos pidiendo: Hágase tu voluntad.

Los cantos espirituales
…hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones (Ef.5:19).
Es otro mandamiento divino con respecto al culto público. Cantar no es una opción para el pueblo de Dios, pero tampoco lo es el material de donde dichos cantos deben surgir y el propósito mismo de los cantos. Aunque a muchos les parezca extraño el concepto, no cantamos para sentirnos bien o tener una experiencia mística. Cantamos al Señor con cantos bíblicos para adorarlo a Él, pues solo Él es el objeto de la adoración (Dt.10:21). Los cantos además cumplen la función de edificarnos unos a otros cada vez que recordamos y proclamamos públicamente el contenido de nuestra fe y las promesas de Dios. Boice es claro cuando afirma:

“Uno de los rasgos más tristes de la adoración contemporánea es que los grandes himnos de la iglesia están casi fuera de circulación. No han desaparecido totalmente, pero están en vía de desaparecer. Y en su lugar han llegado cancioncitas triviales que tienen más en común con los malos comerciales que con los salmos. El problema aquí no es tanto el estilo de la música, aunque las palabras baratas van más con los tonos y las armonías baratas. El problema más bien es con el contenido de las canciones. Los viejos himnos expresaban la teología de la iglesia en maneras profundas y perceptivas y con un lenguaje memorable y atractivo. Éstos levantaban los pensamientos del adorador hacia Dios y les daban palabras vívidas con las cuales recordar los atributos de Dios. Las canciones de hoy reflejan nuestra teología superficial o inexistente y hacen casi nada por elevar nuestros pensamientos acerca de Dios. Lo peor de todo son las canciones que meramente repiten una idea, palabra o frase trivial una y otra vez. Canciones como éstas no son adoración, aunque tal vez puedan dar a la persona que asiste a la iglesia una sensación religiosa. Son mantras, que pertenecen más a una reunión de los adeptos de la Nueva Era que a estar en medio de los adoradores de Dios”.

La participación de las ordenanzas
…Haced esto en memoria de mí. (Lc.22:19).
Estas fueron las palabras de Cristo a sus discípulos y evocan lo que los discípulos de Cristo deberíamos hacer en los siglos posteriores. Reconocemos solo dos ordenanzas que nos recuerdan de forma visible el sacrificio de Cristo a favor de su pueblo: El bautismo y la mesa del Señor. Ambas ordenanzas nos evocan la muerte de Cristo, pero su resurrección y nuestra nueva vida en Él. Aquí por medio de elementos tangibles y mediante exhortaciones de la Palabra de Dios, somos conscientes de la realidad espiritual de los creyentes.

Participar de estas ordenanzas es parte de lo que Dios ha ordenado a su iglesia hacer. No hacen parte de una adición o rito opcional. Ningún creyente en general, debería abstenerse de estas ordenanzas pues son otros medios de gracia que afirman su fe. No deberían darse en un contexto trivial o desprovisto de todo elemento de culto, mas bien, deberían ser fieles a una de las más bellas expresiones de fe de los hijos de Dios en culto público.

El ofrecimiento de bienes materiales
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.(1 Cor.16:2)
Como el pastor J.P. Cruz hace notar en su tratado de adoración publica: “Cuando hablamos del tema económico no deja de haber suspicacias en algunos, somos consientes que muchas iglesias falsas y pastores falsos han utilizado la religión para sus fines económicos…no son pocas las iglesias que abusan de los hermanos, teniéndolos solamente como una fuente económica. Por un lado el invento de las indulgencias y el pago de misas….y por otro lado tenemos iglesias que han hecho toda una estructura y han enseñado la falsamente llamada doctrina de la prosperidad, en donde enseñan a los hermanos a ofrendar por interés, con el afán y deseo de recibir de lo que dieron y no como enseñan las escrituras”.

Pero el hecho fehaciente del abuso, no anula el principio legítimo. Las Escrituras enseñan que los creyentes deben ofrendar a Dios como han propuesto de antemano con buenos motivos de adoración a Dios, pues el avance del reino de Dios es algo que le glorifica. Así, cuando nos reunimos como iglesia, el creyente debe dar de una forma agradecida según haya prosperado. Es importante que las ofrendas recolectadas en el culto sean dadas en conciencia y como parte de la adoración y no como algo anexo y mundano que hacemos. En muchos lugares el tiempo de las ofrendas es usado para cantar o conversar o mientras se dan los anuncios, así se distrae en el acto mismo de adoración que se pretende ofrecer. Sin embargo este también es un elemento que debe ser observado con solemnidad y reverencia, como parte del culto ofrecido a Dios, pues él mismo ha querido ser adorado así.

Todo esto en un contexto particular: El servicio unos a otros
Hágase todo para edificación. (1 Cor.14:26b).
Debo aclarar que no hablo del ministerio eclesial cuando la iglesia no está reunida. Creo que el principio de servirnos los unos a los otros supera las ocasiones cuando nos reunimos. Hablo específicamente de servicio los unos a otros en los cultos. Debemos decir que la palabra iglesia implica reunión y si algo debe caracterizar en las reuniones públicas es lo que promueva la edificación mutua y corporativa no la privada. Algunos creyentes van a culto y ponen una barrera invisible pero muy evidente y asumen el culto público como una devoción privada. Así solo piensan en su propio provecho, en su propia comodidad a expensas de las de los demás.

Hágase todo para edificación indica que cada elemento, actitud, acción, debe edificar al cuerpo y no ser tropiezo para que la edificación sea una realidad. No se puede ver como personas interrumpiendo, llegando tarde a las reuniones, haciendo ruidos distractores, quizás durmiendo, salidas a los pasillos o baños cuando la iglesia está adorando, miembros sin sus elementos para la adoración, desconsideración y más, puedan aportar para la edificación mutua. Hágase todo para edificación significa que soy consciente que hago parte de un cuerpo, que el culto es la máxima expresión a la divinidad dada por el cuerpo de Cristo y que me acojo, admiro y me apego a esto con reverencia y amor.

De esta manera apreciamos que Dios no nos dejó en tinieblas cuando instituyó su iglesia y su desarrollo, mucho menos el culto público que le es agradable.

Por Jorge Castañeda

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Soli Deo Gloria