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martes, 30 de abril de 2019

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El Pacto de Redención entre el Padre y el Hijo

Por tanto, yo le daré parte con los grandes y con los fuertes repartirá despojos, porque derramó su alma hasta la muerte y con los transgresores fue contado, llevando El el pecado de muchos, e intercediendo por los transgresores. Is. 53:12 

Isaías 53 es uno de los grandes capítulos de la Biblia. Muchos se han convertido leyendo esta profecía, incluyendo el eunuco de Etiopía (Hch. 8:30-37).
En el v. 12 hay tres cosas que debemos notar:

Introducción
DEL PACTO DE DIOS -  Teología del Pacto Bautista de la CBL de 1689 (Cap. 7).

¿Qué es la teología del pacto? ¿Cuántos pactos tiene la Biblia y cuáles son estos? ¿Cuál es el entendimiento de los pactos de los bautistas reformados?

La teología del pacto nos ayuda a ver la historia de toda la Biblia. La teología del pacto une al pueblo de Dios y su propósito. La teología del pacto cree que el pacto es el marco mediante el cual se entiende la Biblia y que Dios ha establecido para lograr su propósito con el mundo.

La teología del pacto (también conocida como pactismo, teología federal o federalismo) es una descripción conceptual calvinista y un marco interpretativo para comprender el flujo general de la Biblia. Utiliza el concepto teológico de pacto como principio organizador de la teología cristiana. La descripción estándar de la teología del pacto contempla la historia de los tratos de Dios con la humanidad, desde la creación hasta la caída y la redención hasta la consumación, en el marco de los tres pactos teológicos generales vemos el pacto de redención, el de las obras y el pacto de gracia.

Según Isaías veamos…

I. La Obra de Cristo: "derramó su vida hasta la muerte ... habiendo Él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores".

II. La Recompensa de Cristo: "Yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartiré despojos".

III. La Relación entre ambas cosas: "por cuanto ".

La obra de redención se efectuó sobre la  base de un pacto entre Dios el Padre y Dios el Hijo; un pacto establecido en la eternidad.

El pacto􀀻 del que hablamos no es el Nuevo Pacto porque ese fue establecido entre establecido Dios y entre nosotros. El pacto del que estamos hablando es un pacto diferente establecido entre las dos Personas de la Trinidad. El Nuevo Pacto requiere de nosotros fe; el pacto entre el Padre y el Hijo requirió el derramamiento de la sangre de Cristo.

Una vez más considerando la revelación celestial en las escrituras que sellan el acuerdo de un pacto entre el Padre y el Hijo antes de la creación del mundo para la redención de los pecadores elegidos. Revisaremos el plan de salvación desde antes de la fundación del mundo como un legado pactal del Padre al Hijo. El Padre en su eterno consejo divino confió al Hijo la obra de la redención y prometió recompensarlo por su obra en la tierra. Esto requirió la encarnación y los sufrimientos de Cristo, y como nuestro Señor fue obediente, fue recompensado por su obra.

Este pacto es presentado en Isaías 49 en la forma de un dialogo entre el Padre y el Hijo (Ver. v. 6). Para entender mejor ese pacto debemos notar los siguientes puntos.

1. Las personas que entablan el Pacto. Son grandes personas: Dios el Padre, quien exige la satisfacción por el pecado de los hombres, y Dios el Hijo, quién se encarga de ofrecerla. El Espíritu es responsable por aplicar los resultados de ese pacto a los seres humanos.

2. El Propósito del Pacto. Lograr la salvación de un número incontable de pecadores. La  tarea que tenían por delante era cómo hacerlo sin minar la justicia de Dios.

3. La Naturaleza del Pacto. Fue por medio de compromisos hechos por cada  Persona de la Trinidad. El Padre se comprometió sostener al Hijo (Is. 42: 1). El Hijo se comprometió obedecer al Padre (Is. 50:5). El Espíritu Santo se comprometió aplicar la obra de Cristo a los pecadores.

4. Los Acuerdos Particulares.

a. El Compromiso del Padre

I. Otorgar al Hijo tres títulos y ungirle para un triple oficio: Profeta (Is. 42:6-7; 61:1), Sacerdote (Sal. 110:4; Heb. 7:16-17, 24-25) y Rey (Sal. 2:6-8).

II. Dado a que el trabajo que tenía que hacer era tremendamente difícil, el Padre se comprometió darle al Hijo la fortaleza espiritual necesaria (Is. 42:5-7). La humanidad de Cristo necesitaba nada menos que el fortalecimiento del Dios omnipotente. El Padre le concedió esa ayuda por medio del Espíritu Santo, que vino sobre Cristo en una forma nueva de su bautismo, juntamente con ciertas palabras de aliento espiritual (Lc. 3:22). En momentos de gran tentación, el Padre envió a sus ángeles para animar a Cristo (Mt. 4:11; Lc. 22:43). Y en el momento de su muerte, el Señor fue fortalecido espiritualmente por el Espíritu Santo (Heb. 9:14).

III. Además, el Padre prometió al Hijo que sería victorioso en Su trabajo (Is. 53: 10).

IV. También prometió exaltar al Hijo grandemente por Su obra de redención (Fil. 2:9-11). Ese fue parte del gozo que el Padre colocó delante del Señor (Heb. 12:2).

b. El Compromiso del Hijo

I. El Hijo se comprometió obedecer al Padre en todo (Is. 50:5-7; Sal. 40:6-10).

II. Se encarnó, tomando forma de hombre, en el cual cumplió toda justicia (Mt. 3: 15) y glorificó al Padre (Jn. 17:4).

III. En obediencia al Padre, el Hijo dedicó Su vida a enseñar a los seres humanos, mostrándoles el amor de Dios en forma práctica (Jn. 17:19).

IV. Finamente, el Hijo entregó su vida en la cruz, asumiendo la responsabilidadad de pagar completamente el pecado de aquellas personas a quienes el Padre le encargó salvar. Cristo dijo, ''pongo mi vida por mis ovejas” (Jn. 10:11, 15). ¿Por cuáles ovejas? Por las  ovejas que el Padre le dio para salvar (Jn. 10:26-29; 17·6;  9, 11, 24).

Si preguntamos, ¿cuándo fue establecido este pacto entre el Padre y el Hijo?, la respuesta sería: En la eternidad (2 Ti. 1:9; 1 Pe. 1:19-20).

Soli Deo Gloria



sábado, 29 de septiembre de 2018

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La Visión Bautista Reformada del Pacto Mosaico

Y Moisés subió hacia Dios, y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel: "Vosotros habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo os he tomado sobre alas de águilas y os he traído a mí. "Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa." Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. Entonces Moisés fue y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso delante de ellos todas estas palabras que el SEÑOR le había mandado. (Éxodo 19: 3-7)

Dios acaba de librar a los israelitas de la mano de Faraón y milagrosamente los transportó a través del Mar Rojo. Él ahora llama a Moisés a sí mismo en el Monte Sinaí, donde Él restablece el pacto con su pueblo, y establece los mandamientos por los cuales deben vivir.

En la revelación progresiva del pacto de Gracia ahora ocurre en el monte Sinaí, en donde Dios le da su ley al pueblo de Israel con el fin de establecerlo como una nación de la cual vendría el Mesías prometido. Fue, entonces, un pacto hecho por Dios con Israel. Esta ley incluía más que los diez mandamientos. Lo que Dios le da a Moisés es una lista completa de preceptos y prohibiciones que formaban las leyes morales, ceremoniales, y civiles de Israel, y que encontramos en el Pentateuco. 

Este es un pacto basado en el principio de mérito. Es decir, el pueblo de Israel debía obedecer para obtener las bendiciones, y si desobedecían serían castigados. Y lo que Dios le prometía al pueblo era mantenerse en la tierra prometida si obedecían, de lo contrario serían expulsados. Israel, entonces, estaba bajo el pacto Abrahámico y el pacto Mosaico al mismo tiempo. Es decir, un principio de mérito es impuesto sobre un principio de gracia. 
¿Cómo funciona esto? Bueno, un israelita descendiente de Abraham tenía el derecho a la tierra prometida y a ser gobernado por su rey, pero por estar en el pacto Mosaico, ese israelita debía merecerlo; es decir, debía obedecer para mantenerse en la tierra. Israel estaba en la tierra por gracia, pero se mantenían ahí por obras. 

¿No es esto lo que vemos en el libro de los jueces? Ellos desobedecían y eran derrotados o sometidos por sus enemigos. Pero, cuando obedecían eran libertados de sus opresores y se mantenían en la tierra, gozando de las bendiciones del pacto Abrahámico. 

Sin embargo, Dios también hizo este pacto con el fin de restringir la maldad, condenar el pecado, y mostrarle a Israel su necesidad de la fe de Abraham en la promesa específica de Dios, que estaba tipificada en el sistema sacrificial dado a Israel.

Este pacto serviría, además, para mantener una simiente o un remanente con una religión pura hasta la venida del Mesías prometido. Sin embargo, fue por causa de la violación por parte de Israel del pacto Mosaico que fueron expulsados y estuvieron en cautiverio, sino que también fue la razón por la cual como nación fueron destruidos por Dios en el año 70 d.C. Ellos rechazaron al Mesías y Dios los rechazó a ellos. 

Ahora mientras mejor articulemos la posición del federalismo de 1689, habrá menos confusión entre los paidobautistas y los bautistas reformados sobre el asunto.

El Antiguo Pacto

El Antiguo Pacto comenzó a construirse durante la generación de Adán. Dicho esto, es fácil confundirse acerca de qué pacto está hablando alguien cuando dice "Antiguo Pacto". ¿Están hablando sobre el Pacto de Obras hechas por Dios con Adán en el jardín o están hablando del pacto que Dios hizo con Moisés y los israelitas en Horeb? Tal vez algunos se están refiriendo al Pacto Abrahámico de Circuncisión.

En cierto sentido, sin embargo, el Antiguo Pacto es de naturaleza acumulativa, y alcanza su plenitud o clímax en el Monte. Sinaí. Es por eso que cuando muchos dicen "Antiguo Pacto" se refieren al Pacto Mosaico.

¿Qué es el Pacto Mosaico? Se ha debatido entre los paidobautistas y y los bautistas reformados con respecto a la respuesta a esta pregunta. Más importante aún, vale la pena señalar que hubo algunos paidobautistas de acuerdo con los Bautistas en este punto, uno de ellos fue John Owen.

El problema se relaciona con la naturaleza del Pacto Mosaico. ¿Era un pacto de obras o un pacto de gracia? Algunos han caído a un lado o al otro, pero nuestra posición no responde simplemente eligiendo uno sobre el otro. El Pacto Mosaico contenía un pacto de obras, pero este pacto de obras fue diseñado con un propósito diferente al pacto adánico original de las obras.

Además, el Pacto Mosaico también podría llamarse un pacto de redención en el sentido de que, con la implementación del sistema sacrificial, se pretendía redimir a los pecadores de su pecado, o al menos revelar el requisito necesario para la expiación: el sacrificio.

El propósito del pacto de obras incrustadas dentro del Pacto Mosaico, por lo tanto, es guiar al pueblo de Dios hacia Cristo, dándose cuenta de que no pueden "hacer esto y vivir" y darse cuenta de que la sangre de toros y cabras no puede expiar suficientemente por su pecado Necesitan un Antitipo en lugar de su tipo para reconciliarse con Dios. Pascal Denault amablemente nota:

“De acuerdo con el pacto de las obras, el Antiguo Pacto exigía una obediencia perfecta a la ley de Dios, pero contrario al pacto de las obras, el Antiguo Pacto se basaba en un sistema de sacrificio para la redención de los pecadores.”

Samuel Petto, un paidobautista de acuerdo con los bautistas en este punto, afirma:
“De hecho, creo, un gran fin de Dios en traer a Israel bajo este pacto del Sinaí, fue dejarle paso a Cristo, naciendo o hecho bajo la ley, para que nosotros lo cumplamos. No veo cómo (por cualquier dispensación visible) Jesucristo pudo haber nacido realmente bajo la ley, si este pacto del Sinaí no se hubiera hecho; para el pacto de las obras con el primer Adán violado, había llegado a su fin en cuanto a la parte prometedora; no prometió nada; después de una vez que se rompió, se mantuvo en vigor solo en cuanto a su parte amenazante, amenazó de muerte a toda la simiente pecaminosa de Adán, pero no admitió en ella a nadie que no tuviera pecado, ni para ejecutar la justicia de ella, ni para responder la penalidad; no tuvo nada que ver con una persona inocente, después de que se rompió, porque nunca se renovó con el hombre otra vez, como antes: por lo tanto, admitir a una persona inocente (como Jesucristo) en ella, debe ser por algún tipo de repetición o renovación de eso, aunque con otros propósitos que al principio, a saber que los culpables no deben cumplirlo por sí mismos, sino que otro, un fiador, debe cumplirlo para ellos.”

Por lo tanto, por un lado, simplemente llamar al Antiguo Pacto un pacto de obras sin calificación es un nombre inapropiado porque corre el riesgo de ser identificado con el pacto de las obras hechas con Adán en el jardín. No fue lo mismo, sin embargo. Este Antiguo Pacto, aunque era un pacto de obras, era un pacto de obras con un propósito diferente, o teleología. Tenía el propósito de mostrar al pueblo de Dios su necesidad de un Redentor, un sacrificio final, una garantía final.

Conclusión

Entonces, hasta aquí hemos visto que los pactos anteriores no fueron reemplazados ni abrogados; Los tratos misericordiosos de Dios con Abraham no fueron olvidados. El pacto mosaico era esencialmente el mismo que el pacto abrahámico, solo que con una forma diferente. La obediencia a Dios había sido un requisito del pacto desde el tiempo de Adán, por lo que no sorprende el hecho de que haya leyes asociadas con el pacto mosaico. Lo que es único es la naturaleza de esas leyes, y lo que significan en términos del desarrollo de la comunidad del pacto, y el hecho de que al resumir la voluntad de Dios, la Ley Mosaica "avanza positivamente la revelación de los propósitos de Dios en la redención", muestra al hombre su pecado y lo ayuda a reconocer su verdadera posición ante Dios.

El Pacto Mosaico es ese pacto que Dios hizo con Adán en Horeb.
Este pacto no era el pacto de las obras republicadas como si nada hubiera cambiado de Adán a Moisés. Por el contrario, dado que se violó el pacto original de las obras, como señala Petto arriba, fue necesario renovarlo con diferentes estipulaciones o "intenciones".

El Antiguo Pacto, o Pacto Mosaico, por lo tanto, es un pacto de obras que incluye una revelación de redención futura. Podríamos incluso decir que este pacto de obras es realmente un pacto de redención porque, aunque contiene el principio "haz esto y vives", apunta a un modo de redimirse; de ese modo, en última instancia, viene por medio de Cristo y su sacrificio expiatorio por el pueblo. Incluso puede ser apropiado decir que el Pacto Mosaico es un pacto de obras que, en virtud del sacerdocio, revela aún más la promesa del próximo Pacto de Gracia.

Recurso adicional:

Soli Deo Gloria



viernes, 28 de septiembre de 2018

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La Visión Bautista Reformada del Pacto Abrahámico

Génesis 12, 15, 17, 22
En las últimas décadas, se ha debatido mucho en revistas teológicas y libros en referencia a la doctrina bíblica de los pactos. Desafortunadamente, el "hombre en el banco" a menudo no está al tanto de tal debate. Muchas de las suposiciones de la Teología del Pacto que simplemente se han dado por sentado han sido cuestionadas, incluso por los eruditos paidobautistas / reformados.

Ahora en el presente muchos de nosotros tenemos al menos algo de comprensión sobre los tres pactos generales, el Pacto de Redención, el Pacto de Obras y el Pacto de Gracia. Sé que el conocimiento de estos tres pactos es fundamental para aprender más acerca de la teología del pacto bautista en general. Ahora sin una comprensión adecuada de la naturaleza de estos tres pactos, es más que fácil equivocarse con todo lo demás. Y si aún no lo has hecho, te animo a seguir estudiando sobre este tema y espero que esta breve entrada sirva para glorificar a Dios al ayudar a otros, al menos a comenzar su estudio sobre los pactos bíblicos.

A veces, a lo largo del camino, perdemos el rastro de cómo Dios ha revelado el Pacto de Gracia progresivamente en el Antiguo Testamento (AT). Para el Bautista particular, Dios reveló el Pacto de Gracia en el Antiguo Testamento en virtud de otros pactos hechos con su pueblo del Antiguo Testamento. Para mí, los dos pactos más difíciles de entender han sido el pacto abrahámico y mosaico, en parte porque están relacionados entre sí, y en parte porque hay una gran cantidad de datos bíblicos que examinar para asegurarse de que todo los puntos están conectados correctamente.

El pacto abrahámico entonces, como todos los pactos bíblicos, debe ser visto como un "mecanismo" para el cumplimiento del propósito del pacto de gracia, es decir, la salvación de los elegidos. O si nos gusta utilizar la terminología alternativa, un "mecanismo" para el cumplimiento del propósito eterno y la promesa de Dios en Cristo Jesús, es decir, la salvación de los elegidos.

El Pacto Abrahámico

Hoy es necesario entonces poner el estudio del pacto abrahámico en el contexto más amplio del estudio de los pactos bíblicos en general.

Y progresando en la revelación del Pacto de Gracia de Dios hace otro pacto. Este no es el pacto de gracia, como creen los presbiterianos, sino un pacto dentro de la progresión del pacto de Gracia.  Dios, con el fin de salvar pecadores por gracia, le prometió a Adán y a Eva una simiente, luego prometió mantener el mundo establemente para que esa simiente pudiera venir, y más adelante en la historia de la humanidad llamó a un pagano, un idólatra cananeo llamado Abram, y hace un pacto con él, en donde le prometió por gracia:

Y así se revela progresivamente en Génesis 12, 15, 17, 22. El capítulo 17 es el capítulo fundamental para comprender nuestro estudio. Y vemos ahí Los elementos importantes que incluyen:
1. El pacto se hace primero con Abraham v.2 cp. 15:18
2. Él será el padre de muchas naciones v.4-6 cp. 15: 5, 12: 2
3. El pacto también se establece con sus descendientes v.7 (su "simiente")
4. La tierra de Canaán es un regalo de pacto a sus descendientes v.8 cp. 15:18, 12:7
5. La circuncisión debía ser el sello del pacto v. 10,11
6. Era posible "romper" este pacto y así ser cortado v.14
7. Isaac y sus descendientes serían los herederos del pacto v.18-21

Ahora en el capítulo 17 se  ve el pacto y su promesa
a.      Una gran descendencia (Génesis 17:2-6)
b.     Un linaje de reyes (Génesis 17:6)
c.      Ser su Dios y el de su descendencia (Génesis 17:7)
d.      La tierra de Canaán (Génesis 17:8)
e.      Una simiente particular por medio de la cual Dios bendeciría a las naciones (Gálatas 3:16)

NotaGal 3:16 nos enseña que hay una dualidad que caracteriza este pacto. Entender esto es crucial para entender el pacto abrahámico. "El foco del pacto abrahámico no es Isaac, sino Jesús de Nazaret"

¿Cuál era la señal de ese pacto? La circuncisión. ¿Qué requería Dios de Abraham? Fe. Abraham debía creer en esa promesa divina para apropiarse de las bendiciones del pacto. Y lo que la Biblia nos muestra es que Abraham creyó las promesas del evangelio encontradas en ese pacto. Y él como cabeza federal de su descendencia por su fe obtuvo las bendiciones prometidas por Dios para ellos. 

Sin embargo, el Nuevo Testamento nos muestra que los santos del Antiguo Testamento, incluyendo a Abraham, entendieron esas promesas como algo mucho mayor. 

Hebreos 11: 10 afirma que la promesa de una tierra a Abraham era algo mucho mayor que la tierra de Palestina. Abraham no esperaba una tierra física, sino, “la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.”  Además, Gálatas 3: 8 nos muestra que la promesa que creyó Abraham fue el evangelio. Él creyó, afirma Pablo, las buenas nuevas de la justificación por medio de la fe en Jesucristo, esa simiente particular que descendería de él, de su pueblo, para bendecir a las naciones. 

Ahora este pacto consiste de bendiciones físicas aplicables tanto a la simiente espiritual de Abraham como a la simiente física de Abraham. Es decir que aunque este pacto (el Pacto de Circuncisión, en adelante el Pacto de Gracia) incluía tanto a los verdaderos creyentes como a los incrédulos, reveló una promesa que solo sería aplicable a la simiente espiritual de Abraham.

Esta promesa fue el Pacto de Gracia, que aún no se había establecido. Se prometió, y así se reveló, pero en realidad no se hizo (algunos dirían que concluyó) en ese momento. El pacto de Gracia finalmente se establecería formalmente en la sangre de Cristo.

Un elemento relevante a considerar son las dos posteridades de Abraham. La línea de Isaac representa la posteridad espiritual, mientras que la línea de Ismael representa lo físico. Solo los descendientes espirituales de Abraham (los elegidos) son los destinatarios de las bendiciones espirituales. Ahora debo señalar que esta es una visión alegórica de Isaac e Ismael, siguiendo a Pablo en Gálatas 4. No estoy diciendo que todos los nacidos físicamente de Isaac fueran los elegidos, ni estoy diciendo que todos los nacidos de Ismael sean réprobos. Más bien, estos dos representan alegóricamente dos posteridades provenientes de Abraham: una física y otra espiritual.

Debido a que Abraham tiene dos posteridades, y debido a que solo una de esas posteridades es verdaderamente el pueblo de Dios, el Pacto de Gracia no pone a todos en el mismo pacto, sean no regenerados como regenerados.

El Pacto Abrahámico consistía en israelitas creyentes e incrédulos. Al mismo tiempo, cuando Dios hizo el Pacto de Circuncisión con Abraham, reveló algo más acerca del Pacto de Gracia, un pacto que en realidad se establecería en el futuro. En Génesis 17: 1-8 Dios le da a Abraham una promesa de lo que será el caso. Él dijo:

"Y estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia después de ti, por todas sus generaciones, por pacto eterno, de ser Dios tuyo y de toda tu descendencia después de ti".

Empezando en el v. 9, sin embargo, Dios realmente establece un pacto con Abraham en ese mismo momento, el Pacto de la circuncisión (v. 10). Entonces, encontramos la palabra de Dios, donde están establecidos promesas futuras que pertenecen exclusivamente al Pacto de Gracia y sus miembros.

No sería hasta el Nuevo Testamento que el Pacto de Gracia realmente se establecería en la sangre de Cristo. Jesús dijo:
"Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre." (Lucas 22:20). Y Pablo, citando a Jesús, escribió: "De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí. "(1 Corintios 11:25)
Este lenguaje debe verse frente al telón de fondo de lo que Dios le reveló a Jeremías:

"He aquí, vienen días--declara el SEÑOR-- en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto, no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un esposo para ellos--declara el SEÑOR; porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días--declara el SEÑOR--. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo." Jeremías 31: 31-34

Dios comienza con, "vienen días", indicando que este pacto aún no ha sido establecido. Luego sigue una indicación de diferencia. Este pacto no será como el pacto anteriormente establecido, que era un pacto quebrantable. En cambio, este pacto será unilateralmente establecido y sostenido por Dios, y los miembros de este pacto lo conocerán.

La naturaleza del Nuevo Pacto es importante de entender si queremos entender apropiadamente el Pacto Abrahámico. Entonces si el Pacto de Gracia solo está compuesto por personas que conocen al Señor, es decir, a los creyentes regenerados espiritualmente, se comprende entonces para estos son las promesas del pacto Abrahámico.

Las promesas del Pacto de Gracia se aplican retroactivamente en el sentido de que un santo del Antiguo Testamento podría participar de los beneficios del pacto del Pacto de Gracia (salvación) antes de que realmente se estableciera.

Conclusión

Solo se hizo un pacto entre Dios y Abraham, el Pacto de la circuncisión. Se prometió otro pacto a Abraham y sus descendientes espirituales: el Pacto de la Gracia.

Si fuera el caso que el Pacto de Circuncisión fuera una administración del Pacto de Gracia ya establecido, entonces eso indicaría que los incrédulos son los sujetos apropiados para el cumplimiento de esto de pacto, que en ese momento habría sido la circuncisión. Pero como el único pacto hecho con Abraham era el Pacto de Circuncisión y era, como hemos visto, un pacto diferente del Pacto de Gracia, se entiende ahora que la circuncisión no era un señal de membresía dentro del Pacto de Gracia a través de la administración del Antiguo Pacto, era un señal de la membresía del Antiguo Pacto, un pacto diferente separado del Pacto de Gracia propiamente hablando, que sin embargo contenía una promesa de establecimiento del Pacto de Gracia en la sangre de Cristo.

Hemos visto entonces la descendencia natural de los creyentes ya no tiene ningún significado de pacto. Son muy privilegiados por nacer en un hogar piadoso y recibir enseñanza paternal, intercesión y espiritualidad. Pero como todos los demás deben nacer de nuevo para ver el reino de Dios (Juan 3: 3) y solo cuando ese sea el caso y haya evidencia de arrepentimiento y fe (es decir, el corazón circuncidado) y, por lo tanto, de la membresía del Nuevo Pacto al ser bautizado y agregado a la iglesia.


Recursos Adicionales:

Soli Deo Gloria



sábado, 8 de septiembre de 2018

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¿Cuál es la diferencia entre la Teología del Pacto y la Teología del Nuevo Pacto?

En verdad, solo hay una visión teológica correcta del Pacto, y esa es la visión "Bíblica". Es decir, la visión de la Teología del Pacto según lo define la Biblia. Sin embargo, el hombre generalmente elige hacer las cosas más complicadas y confusas de lo que deberían ser, y por lo tanto, se requieren etiquetas para separar las tres escuelas básicas de pensamiento. Aunque los detalles de la teología del Pacto pueden ser definidos de una manera por un grupo, y de otra manera por otro grupo, en general hay básicamente tres puntos de vista principales. Estos puntos de vista encajan en algún lugar de los sistemas conocidos como "Teología del Pacto", "Teología del Nuevo Pacto" y "Teología Dispensacional". A continuación hay una sinopsis general y breve de estas tres teologías.

Teología Dispensacional

Es difícil resumir la creencia dispensacional porque de sus raíces han surgido tantas ramificaciones y ramas diversas. En general, el núcleo de este sistema es su insistencia insostenible en el oxímoron que toman la Biblia muy literalmente, incluso cuando es figurativa. Y así creen que los creyentes del Antiguo Pacto estaban bajo una época de ley mosaica. Estos teólogos enseñan que hay un alto grado de discontinuidad entre el antiguo y el nuevo Pacto, y que hay diversas maneras en que Dios ha tratado con el hombre en diferentes dispensaciones o épocas del tiempo. Este sistema enseña que el plan de Dios para tratar con el hombre a lo largo de la historia ha cambiado a lo largo de estos siete períodos de tiempo.

Estas diversas economías incluyen el tiempo de la Ley Mosaica, la edad presente en la que vivimos, y el futuro reino de mil años de Cristo en la tierra. Los que tienen esta visión teológica no creen que haya un solo pueblo de Dios, sino que la Biblia contiene dos caminos claramente diferentes para ciertas personas. Esto incluye un plan para aquellos que son de herencia judía, y un plan separado para todos los gentiles. El Nuevo Pacto se ve en el sentido de la ley siendo reemplazada por la Gracia, en lugar de la ley y la Gracia coexistiendo a través del tiempo. Aunque se cree que tanto los judíos como los gentiles son salvados por Cristo a través de la fe ahora, también sostienen que la nación de Israel recibirá promesas y honores terrenales adicionales. Algunos incluso declaran que el pueblo judío es salvo por la gracia de Dios durante esta dispensación actual, pero que el pueblo judío del pasado (y de hecho el pueblo judío del futuro) de alguna manera debe ser justificado por el linaje en un establecimiento divino de obediencia al ley.

Es esta visión de Dios teniendo planes separados para aquellos que son de la herencia de la nación de Israel, y la creencia en esta serie de dispensaciones divinas, que distingue a esta forma de teología tanto de la "Teología del Pacto" como de la "Teología del Nuevo Pacto". "El dispensacionalismo está más allá del alcance de esta publicación en particular, por lo que este artículo se centrará en las diferencias entre "Teología del Pacto" y "Teología del Nuevo Pacto".

Pacto

Para comprender mejor las teologías, primero debemos entender mejor la palabra. La palabra traducida como Pacto en hebreo es [beriyth], y en griego es [diatheke] (a menudo traducida como Testamento). Ambos literalmente significan "una promesa o juramento solemne" (Génesis 26:3). Por ejemplo, si produjo un acuerdo por escrito que certifica que su tierra debe ir a su hijo después de su muerte, ese es un Pacto. Es literalmente una Promesa, un juramento o un testamento por escrito que certifica que se debe hacer algo. Además, cualquier Pacto puede establecerse como condicional o como un Pacto incondicional. Por ejemplo, un Pacto puede ser un acuerdo mutuo de que "SI" se cumplen ciertos requisitos, solo entonces la promesa será ejecutable. Eso es un contrato o pacto condicional. Por otro lado, un Juramento o promesa de dar algo, sin requisitos o estipulaciones necesarias, es un Pacto incondicional, es decir, es una Promesa u Juramento solemne de hacer algo, sin condiciones asociadas. Por lo tanto, cualquier ruptura de ese Pacto por cualquier razón es una violación. De esta manera, Dios ha hecho muchas promesas solemnes o pactos en las Escrituras, cuyo estudio cuidadoso revela todo lo que apunta a algún aspecto del cristianismo. por ej.:

Jeremías 33: 25-26
"Así dice el SEÑOR: "Si no permanece mi pacto con el día y con la noche, y si no he establecido las leyes del cielo y de la tierra,   entonces desecharé la descendencia de Jacob...

Dios nunca abandonará a su pueblo Israel, y esta promesa se equipara a su juramento de tener a los cronometradores trabajando en los cielos. En otras palabras, esta es la promesa o "juramento" de Dios de que habrá día y noche "hasta que venga". Y si esta promesa o Pacto no se puede romper, tampoco su promesa nunca abandonará a Jacob. Es un Pacto incondicional para los hijos de Dios, los hijos de Israel.

Génesis 9:15
"Y me acordaré de mi pacto que hay entre yo y vosotros y entre todo ser viviente de toda carne; y nunca más se convertirán las aguas en diluvio para destruir toda carne.

Nuevamente, este Pacto es un juramento o promesa solemne que fue hecho por Dios, que ya no destruiría a toda carne por esas aguas de inundación. Estos son todos los Pactos o Promesas incondicionales de Dios. Pero de la misma manera, un Pacto de Dios también puede ser condicional, donde se basa en alguna acción del hombre.

Salmo 132: 12
"Si tus hijos guardan mi pacto, y mi testimonio que les enseñaré, sus hijos también ocuparán tu trono para siempre."

En otras palabras, la promesa (Pacto) está condicionada si obedecen. Solo entonces se sentarían en tronos en el Reino. Cuando vemos un Pacto condicional en las Escrituras, a menudo se lo llama un "pacto de obras". Esto simplemente significa que la Promesa depende o está condicionada a alguna acción (trabajo) del hombre. Por la misma razón, un pacto incondicional se conoce como un "Pacto de Gracia", lo que significa que no es una promesa condicionada por ninguna obra del hombre. Es un Pacto recibido libremente, estrictamente por el favor inmerecido de Dios. Todas las promesas o los pactos de Dios a lo largo de las Escrituras pertenecen a una de estas dos categorías.

Gálatas 3:17
"Lo que digo es esto: La ley, que vino cuatrocientos treinta años más tarde, no invalida un pacto ratificado anteriormente por Dios, como para anular la promesa".

Nuevamente, vemos que el Pacto y la promesa son sinónimos. Cuando Dios hizo un pacto con Abraham de que su simiente (Cristo) heredaría el reino, esa era "la promesa", que era incondicional. Y es una promesa en la que también tenemos parte, si tenemos parte en Cristo Jesús.

Gálatas 3:29
"Y si sois de Cristo, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa".

Para definir bíblicamente la palabra Pacto, no necesitamos mirar las explicaciones del hombre, sino a las Escrituras como nuestro diccionario. Y al hacer esto, podemos ver que la palabra casi significa una promesa o un juramento. Hay muchos teólogos que definen un Pacto como un acuerdo, pero mientras que un Pacto puede ser un acuerdo (promesa mutua), no siempre es así. Puede ser una promesa singular de parte de Dios (u hombre) hacer o no hacer algo. Así como una última voluntad y testamento es una promesa singular de posesión después de que alguien muere. Testamento en griego es exactamente la misma palabra Pacto. Es un juramento solemne hecho por esa persona. Que, no por casualidad, Dios mismo usa para definir la Promesa de herencia (Hebreos 9: 16-17) que Él ha asegurado para su pueblo. ¡El pacto!

Teología del Pacto

Lo que nos lleva a esta palabra, ya que se utiliza en el contexto del problema que tenemos ante nosotros. La Teología del Pacto (por ejemplo, como se entiende en la Confesión de Fe de Westminster) es la comprensión de que la promesa respalda un alto grado de continuidad entre el Antiguo Pacto (representado por las obras) y el Nuevo Pacto (que representa la gracia). El Antiguo Pacto es en realidad un sinónimo de la ley, y el Nuevo Pacto es un sinónimo de la Gracia. No hubo santos salvados por la ley del Antiguo Pacto, ya que todos los que fueron salvos antes del tiempo de Cristo, fueron salvos bajo el único pacto que puede salvar. Y ese es el Nuevo Pacto que fue confirmado en la sangre derramada de Cristo. Desde el principio, toda la humanidad que fue elegida, se salvó de la misma manera. Por la fe en la obra redentora de Cristo, el Antiguo Pacto de obras (condicional) fue aprobado (Hebreos 8: 12-13) para nosotros (tanto los santos del Antiguo y Nuevo Pacto), que ya no estamos bajo su sentencia de muerte. El Viejo era el ejemplo, que el Nuevo trajo a la luz y consumado.

Hebreos 9:15
"Y por eso El es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna".

¿Por qué? Bien, la razón por la cual los ejemplos de la sangre de toros y de cabras, y las cenizas de una novilla rociadas sobre el inmundo apuntaban a la sangre derramada de Cristo. El Viejo sistema era simplemente una sombra que predecía la verdadera sangre, que verdaderamente purificaría la carne. Por medio de la muerte de Cristo, recibimos la ratificación del Antiguo Pacto de la ley mediante la propiciación de nuestros pecados o transgresiones, mediante lo cual ese Antiguo Pacto condicional nos condenó. La Promesa o “Pacto de redención” (Efesios 1: 4-7,11; 1 Pedro 1: 19-20; Apocalipsis 13:8) es lo que sustenta el Pacto de gracia en la Teología del Pacto.

Además, en la Teología del Pacto vemos que las Escrituras también ilustran que la promesa o el Pacto de Dios también es de naturaleza externa. Donde, al igual que la nación de Israel estaba externamente bajo la protección de Dios, la Iglesia es una familia bajo este mismo Pacto externo. La naturaleza externa del Pacto se aplica no solo a aquellos adultos que llegan a creer, sino también de una forma no salvífica (1 Corintios 7:14), a sus hijos. De la misma manera, el bautismo en agua es un "signo" exterior externo de incorporación a la familia de Dios del Pacto. Pero no garantiza la salvación de nadie.

La hermenéutica bíblica de la ley establece que todo lo que no está abolido en Cristo continúa. Por lo tanto, hay una cierta unidad o continuidad en los Pactos de Dios, es decir, aunque existe el Pacto de obras y el Pacto de gracia, están íntimamente relacionados para el verdadero creyente. En otras palabras, Cristo cumplió las condiciones del Antiguo Pacto de la ley u obras, que ya no puede gobernar sobre nosotros. Una vez verdaderamente salvos, somos vistos por Dios como limpios, santos y no culpables. Así es como el Antiguo Pacto se nos pasa, ya que nos hemos convertido en seres tan muertos a la ley (Romanos 7:4) a través de la muerte del cuerpo de Cristo.

Romanos 4: 15-16
"porque la ley produce ira, pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por eso es por fe, para que esté de acuerdo con la gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda la posteridad, no sólo a los que son de la ley, sino también a los que son de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros".

El Antiguo Pacto no trajo, ni trae justificación a nadie. La justificación y la salvación solo pueden obtenerse en el camino de la fe. Entonces Abraham y todos los santos del Antiguo Pacto fueron justificados por la fe, y el Antiguo Pacto fue meramente para ilustrar esa ley. La Teología del Pacto considera toda la historia como una revelación progresiva del Pacto de Gracia, y eso incluye el Antiguo Pacto. Convierte el viejo orden en nuevo en el sentido de que se entiende que las leyes del Antiguo Pacto no se eliminan (se vuelven nulas y sin valor), sino que se cumplen o completan (solo para el creyente) en Cristo. De esta manera, la vieja promesa condicional se ha vuelto nueva e incondicional. El verdadero Israel de Dios siempre ha sido la congregación selecta (es decir, los individuos en lugar de una nación), y los santos del Antiguo Pacto siempre han sido sostenidos por la obra de Cristo, en lugar de sus propias obras. Ni un solo israelita del Antiguo Pacto fue salvado por las obras, excepto que fue por el trabajo de Cristo en él. Las Escrituras también enseñan que las leyes del Antiguo Pacto siguen siendo vinculantes, pero que solo podemos guardarlas por completo en Cristo Jesús. Solo en Él los guardamos perfectamente. En otras palabras, Él es nuestro Sábado de reposo que guardaremos para siempre, y Él es nuestro sacrificio diario o continuo. Nuestro Cordero de expiación Jesús enseñó que lo que vino a hacer en su vida, y el trabajo que realizó, fue el cumplimiento y la verdadera sustancia de todas las "sombras o tipos" del Antiguo Pacto que simplemente lo prefiguraron. Esas leyes todavía se guardan en él. Así como nadie en el Antiguo Pacto fue salvado por la sangre de animales literales siendo masacrados (Hebreos 10:4), del mismo modo nadie se abstuvo nunca del pecado y vivió justamente de una manera que podría salvarlo. Ellos solo fueron justos por el trabajo de Cristo, a través de la fe. Y solo guardaron la ley perfectamente en Él. Fueron salvados retroactivamente, por fe esperando a Cristo a través de estas sombras y tipos. Las leyes del Antiguo Pacto eran eternas (Números 18:19; Josué 4: 7; Levítico 16:31), porque no eran más que una imagen del Nuevo (o verdadero) Pacto salvador que venía. Del mismo modo que una sombra proyectada en el suelo prefiguraría o anunciaría que alguien venía. En esto vemos la continuidad de los Antiguos Pactos, que fueron sombras de lo que vendrá.

Hebreos 8: 4-5
"Así que si El estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; los cuales sirven a lo que es copia y sombra de las cosas celestiales, tal como Moisés fue advertido por Dios cuando estaba a punto de erigir el tabernáculo; pues, dice El: Mira, haz todas las cosas CONFORME AL MODELO QUE TE FUE MOSTRADO EN EL MONTE."

Una sombra es oscura, no está bien definida, no muestra la imagen completa de lo que representa. Dios estableció esas leyes del Antiguo Pacto para esperar a Cristo en quien pudiéramos mantenerlas perfectamente (como se requiere). Así, la teología del Pacto encarna la creencia de que la ley no se destruye ni se abroga, sino que se pierde solo porque se cumple en Cristo. De esta manera solo estamos muertos a la ley que no puede 'condenarnos'. No es que estemos exentos de cumplir con la ley.

Cuando nuestro Señor estableció el Nuevo Pacto, fue una prueba de que no hay nada de mérito en la visión dispensacional del sistema del Pacto. Porque Cristo mismo no estaba estableciendo algo radicalmente diferente, más bien, 'por sí mismo', estaba estableciendo el cumplimiento verdadero o real de las sombras del Antiguo Pacto.

Hebreos 10: 1
"Pues ya que la ley sólo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras año, hacer perfectos a los que se acercan".

Estas no eran la "verdadera imagen", sino simplemente una sombra de las cosas que venían. La ley fue nuestra maestra de escuela (Gálatas 3:24), mostrándonos que estamos muy lejos de la gloria de Dios, y que no podríamos llegar al cielo por nuestras propias obras. Los santos del Antiguo Testamento no podían guardar la ley con sus sacrificios de sangre, ni estos actos que Dios ordenó los hicieron perfectos (manteniendo las leyes de Dios). El verdadero trabajo de guardar la ley recae sobre los hombros de Cristo. Y así en el sistema de la Teología del Pacto, se entiende que la ley no ha terminado, y que aún estamos obligados a observarla. Pero se ha cumplido en Cristo, que no puede condenarnos. La paga de cualquier pecado es muerte, y solo podemos guardar la ley perfectamente (lo cual se requiere) en la muerte de Cristo Jesús. Obedecemos a Dios y guardamos la ley solo porque Dios ahora está trabajando dentro de nosotros tanto el querer hacer como para hacer las buenas obras.

Hebreos 13:21
Os haga aptos en toda obra buena para hacer su voluntad, obrando El en nosotros lo que es agradable delante de El mediante Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”.

El guardar la ley es por la obra de Cristo, y el bien que vemos resuelto en nosotros mismos es la evidencia de la salvación, no la razón (para que nadie se jacte) por ello. Mantener la ley es un producto de Cristo que trabaja dentro de nosotros. Además, Dios tiene una relación familiar federal externa con nosotros, su Iglesia visible. La misma relación familiar externa del Pacto que Dios tuvo con los santos del Antiguo Testamento. Estas verdades de una "cierta" continuidad del Antiguo y Nuevo Pactos constituyen la verdadera esencia del sonido, justificable y bíblico de la "Teología del Pacto".

Teología  del Nuevo Pacto

Por el contrario, 'Teología del Nuevo Pacto' es una frase que las personas usan para identificar la creencia de que la administración en el Nuevo Testamento tiene un 'nuevo carácter' distintivo. Ha sido poco halagüeñamente equiparado a ser un compromiso entre la Teología Dispensacional y la Teología del Pacto, esto se debe en parte a que se trata de una doctrina sostenida por muchos teólogos que fueron dispensacionalistas anteriores, bautistas reformados o ex bautistas que provienen de este contexto.

En esta enseñanza, generalmente se sostiene que Cristo realmente ha cambiado las leyes de Dios. Su creencia se deriva de su conclusión de que, debido a que vivimos bajo las disposiciones del Nuevo Pacto que se cree que es una Nueva Dispensación inaugurada por Cristo, la ley de Cristo "no" es igual a la ley de Moisés. Sin embargo, creo que este punto de vista es indefendible en diferentes frentes. Principalmente porque Cristo no hizo nada más que apoyar la ley de Moisés a lo largo de todo su ministerio. De hecho, es bastante evidente que "la ley de Moisés" es sinónimo de "La palabra de Dios". En otras palabras, los diez mandamientos y todos los otros mandamientos de Dios, no eran la ley de Moisés, era la ley de Dios. Se llama la ley de Moisés para distinguirla de la Gracia.

Juan 1:17
"Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo".

En otras palabras, la ley dada a Moisés por Dios no puede hacer que los hombres sean perfectos, y se contrasta con el sistema de gracia que vino solo por medio de Cristo Jesús. Toda la palabra de Dios es una palabra perfecta, y aunque pueda parecer que Cristo contradice la ley, una cuidadosa consideración revela que él no lo hace. Por ejemplo, cuando nuestro Señor dice que el que está enojado con su hermano sin causa (Mateo 5: 21-22) es culpable de asesinato. Él no está contradiciendo la ley del asesinato, sino que está explicando que en la economía de Dios, el pecado de asesinato va mucho más allá de la toma literal o física de una vida humana. Esta no es una 'nueva' ley, este siempre fue el caso. Así que Cristo de ninguna manera está abrogando la antigua ley, sino que la ilumina para mostrar que sin Cristo, nunca podríamos mantener las leyes de gran alcance. Por lo tanto, la única manera de mantenerlo, es en Cristo.

Mateo 5: 17-18
No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla”.

Así que, contrariamente a la Teología del Nuevo Pacto, Cristo confirmó que la ley de Moisés era de hecho la ley de Cristo. Ninguna palabra o letra de ella es inválida, porque es la ley de Dios. Ni un pequeño detalle pasará de allí. Todo tiene que ser guardado, y es por eso que Cristo tuvo que venir para cumplir la promesa de la salvación en justicia. Porque no había nadie más que pudiera. Él no vino a cambiar la ley ni a invalidarla. La ley de Moisés para el asesinato sigue siendo la ley de Dios, y por lo tanto, el asesinato sigue siendo un pecado. La idolatría sigue siendo un pecado. El adulterio es aún un pecado, la ley no ha cambiado para el hombre. Asimismo, se ordenó que la Pascua se guardara "para siempre" y se guardará para siempre. No en el sacrificio de corderos físicos, sino que es "continuado" en Cristo por el servicio de comunión. En esta fiesta, ciertamente comemos el Cordero de Pascua y guardamos la ley de este sacrificio para siempre. Ilustra que la salvación fue "nunca" a través del sacrificio de animales, siempre fue por la sangre derramada de Cristo. La ley del sacrificio de los animales simplemente prefigura su venida.

Los teólogos del Nuevo Pacto pueden ver el hecho de que ya no celebramos la Pascua en el estilo que hicieron en el Antiguo Pacto como prueba de que la ley ha cambiado. Pero en verdad, lo que demuestra es que la celebración de la Pascua se mantiene en nuestro festival de comer de Cristo. Él es el verdadero Cordero pascual, y no un animal que se quema en la llama. ¿Por qué los hijos de Dios comerían de la sombra cuando tienen lo real que la sombra simplemente pronostica? Los cristianos guardan la Pascua eternamente, en lo real.

Juan 6: 54-55
"El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida".

Verdaderamente Cristo está declarando que cualquiera que participe en comer el sacrificio del Cordero, guarda eternamente la ley de Dios concerniente a esto. No es un Nuevo Pacto en el sentido de que los santos del Antiguo Pacto no fueron salvados de esta manera, o que no tuvieron acceso a Cristo de la misma manera. Es nuevo solo en el sentido de que es la administración perfecta del Pacto de Gracia, que el pronóstico de la ley mosaica salvaría. Es nuevo en el sentido de superior, ya que es el único camino hacia el Reino.

Mientras que el sistema de teología del Nuevo Pacto declara que el Nuevo Testamento caracteriza al Nuevo Pacto como superior al anterior, también coloca una desconexión entre los dos. Por lo tanto, se supone que esta discontinuidad percibida significa que la ley de Cristo está en contraste con la ley de Moisés. Sin embargo, eso haría dos cuerpos separados y distintos, que es un concepto no bíblico relacionado con los hijos de Dios. Los santos del Antiguo Testamento fueron salvados por la Gracia exactamente como lo fueron los santos del Nuevo Testamento. No por obras, sino por el Pacto de Gracia. En los tiempos del Antiguo Pacto, por fe esperaban la venida del Mesías el Cristo y su obra terminada en la cruz. En el Nuevo Pacto, por fe miramos hacia atrás en la venida de Cristo y su obra terminada en la cruz. La fe es la misma y la Gracia es la misma. La única diferencia es que el santo dirige su visión de Cristo. En otras palabras, Nosotros (el Antiguo Testamento así como también los santos del Nuevo Testamento) somos todos parte de este mismo y continuo pacto eterno de Gracia. El hecho de que antes de la cruz de Cristo, el Pacto aún no había recibido fuerza, no significa que su eficacia no se remonta a Abraham o Abel. Y si lo hace, entonces obviamente hay continuidad.

Si efectivamente no hubo continuación de los Pactos con Israel, es contradictorio que Dios declare que injerta ramas del Nuevo Pacto en el Olivo del Antiguo Pacto, Israel. El Olivo (Romanos 11) es la representación o símbolo de este Pacto externo que Dios tiene con Israel. Y claramente existía antes de la cruz y después de la cruz. Este pacto con Israel se mantuvo fuerte incluso cuando algunas ramas se rompieron de él como ceguera en parte.

Romanos 11:17
"Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz del olivo".

Nosotros los gentiles injertados en el árbol del Pacto de Israel "entre aquellos" que no fueron separados. Claramente, no es un árbol diferente, es el mismo Árbol del Pacto de Israel. Por lo tanto, el Pacto es nuevo solo en el hecho de que Cristo ha venido, siendo la sustancia real y la raíz real de él, y Él ha cumplido la sombra. Él le ha dado al Pacto con Israel su verdadera FUERZA, y esto es lo que la 'Teología del Nuevo Pacto' no puede abordar de manera efectiva. Las verdades de continuidad, que se mencionan tan efectivamente en Hebreos:

Hebreos 9:17
"Pues un testamento es válido sólo en caso de muerte, puesto que no se pone en vigor mientras vive el testador".

El Pacto / Testamento estaba allí. Pero no tuvo fuerza mientras Cristo vivió porque tenía que cumplir su promesa de muerte y regeneración. Cuando Cristo derramó su sangre en la cruz, Él puso la fuerza real a la Promesa o Pacto con Israel. Nuevamente, no es un Pacto diferente, es un Pacto hecho nuevo cumpliéndose en fortaleza. Recuerde, Daniel profetizó que vendría un Mesías que fortalecería [gabar] el Pacto con muchos. Él debía venir y confirmar o ratificar lo que ya era una Promesa, que se cumpliría. Por lo tanto, es superior a lo antiguo en cuanto a que lo Viejo era una Promesa sin fuerza (Hebreos 9:17) sin la muerte de Cristo. Las obras requeridas en el Antiguo Pacto se cumplen en Cristo. Así, el Pacto de las obras se completa o se cumple, y el Pacto de la Gracia se establece. Como Cristo mismo dijo, no vino a abolir la ley, sino a cumplirla. La ley ahora está escrita en nuestros corazones, porque Cristo ha ido a la cruz para establecer esto nuevo tanto para nosotros como retroactivamente para aquellos que vinieron antes que nosotros. Él habita dentro de nosotros, por lo tanto, es la ley siempre en nuestros pensamientos y corazón.

Hebreo 10:16-17
"ESTE ES EL PACTO QUE HARE CON ELLOS DESPUES DE AQUELLOS DIAS--DICE EL SEÑOR: PONDRE MIS LEYES EN SU CORAZON, Y EN SU MENTE LAS ESCRIBIRE, añade: Y NUNCA MAS ME ACORDARE DE SUS PECADOS E INIQUIDADES".

La Vieja Promesa era guardar la ley de Dios, o ser condenada, la Nueva Promesa no es que el antiguo sea arrojado por la ventana (obviamente la condenación de los pecadores se mantiene), sino que en Cristo guardamos el Antiguo Pacto de las obras perfectamente. La Teología del Nuevo Pacto no puede abordar eficazmente cómo los miembros del Antiguo y Nuevo Pacto que no fueron salvos, tendrán que responder a cada jota y tilde de la ley del Antiguo Pacto (no matarás, cometerás adulterio, etc.) si supuestamente se elimina. con. Pero para aquellos en Cristo, están establecidos en mejores Promesas (Gracia) donde no hay condena de la ley.

A muchos teólogos del Nuevo Pacto les gusta afirmar que la ley del Antiguo Pacto de Moisés de alguna manera no está vigente para los cristianos de hoy, mientras que al mismo tiempo usa las leyes de Moisés del Antiguo Pacto (no matarás, cometerás adulterio, codiciarás, etc.) como leyes todavía vigentes para los cristianos de hoy. Como lo ven, si se repite en el Nuevo Pacto, entonces todavía está en efecto. Pero la pregunta es, ¿cómo sigue vigente la ley del Antiguo Pacto y se repite en el Nuevo Pacto, si fue eliminada? ¡Esa no es una ley que se está eliminando, esa es la ley que se reitera! En el mejor de los casos, es inconsistente y presenta una base muy inestable sobre la cual construir una teología.

El sistema de Teología del Nuevo Pacto supone que es un Pacto totalmente diferente, cuando de hecho es diferente y nuevo solo en que la continuidad de este se ve cumplida de una manera nueva y gloriosa. Es decir, nosotros que estamos bajo esa ley del Pacto no podemos no son condenados. No es nuevo en el sentido de que la ley está derogada. Es nuevo en que no nos condena debido a nuestras obras imperfectas, o nuestra falta de trabajo perfecto. Sin embargo, todavía condena a aquellos que no están en Cristo, lo que en sí mismo es prueba de que nada ha cambiado con respecto a las leyes del Antiguo Pacto. Aquellos que conocen la ley, y que no cumplen la ley, serán juzgados más severamente. Por lo tanto, las palabras de la ley se mantienen.

Santiago 2: 8-11
"Si en verdad cumplís la ley real conforme a la Escritura: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO, bien hacéis. Pero si mostráis favoritismo, cometéis pecado y sois hallados culpables por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos. Pues el que dijo: NO COMETAS ADULTERIO, también dijo: NO MATES. Ahora bien, si tú no cometes adulterio, pero matas, te has convertido en transgresor de la ley".

Claramente, y sin ambigüedad, la ley de Moisés permanece. No se elimina para el réprobo. Las únicas personas que no son condenadas por eso son aquellos en Cristo. Entonces, si bien los teólogos del Nuevo Pacto creen que Cristo le da a la Iglesia "nuevos" y "estándares superiores de conducta" de los que dio Moisés bajo un Pacto de ley, es evidente que la ley de Cristo, de hecho, "es" la ley de Moisés. La ley bajo la cual trabajaron Abraham, Isaac y Jacob es la misma ley bajo la cual trabajamos. Y como fueron salvos no al cumplir el Pacto de las obras, sino al cumplirlo para ellos, así tenemos esa misma Gracia. Si bien muchos defensores de la Teología del Nuevo Pacto argumentan que no existe un 'Pacto de Gracia', este es el título más exacto para representar el único plan de redención que Dios instituyó para los santos desde el principio. Así como Noé halló gracia en los ojos del Señor, y solo él y los suyos fueron salvos, y fueron hechos herederos de la Promesa. En una frase, un Pacto de Gracia.

En conclusión, es mi creencia que la Teología Dispensacional no solo es insostenible, sino también inconexa y fundamentalmente defectuosa. Y la Teología del Nuevo Pacto es en parte inconsistente y coloca una abrogación artificial de la ley del Antiguo Pacto. Pero la Teología del Pacto es la visión bíblicamente consistente de cómo Dios siempre ha tratado con su pueblo. De hecho, la Teología Bíblica es 'Teología del Pacto', una continuidad entre el Antiguo Pacto y el Nuevo. El Pacto de obras y el Pacto de Gracia, ambos en acuerdo y continuidad. Una en la cual mantenemos nuestras obligaciones con las promesas condicionales de Dios en la Gracia de Cristo Jesús solamente, porque Él ha terminado las obras 'requeridas' como nuestro sustituto.

La diferencia entre las dos teologías cristianas de "Teología del Pacto" y "Teología del Nuevo Pacto" básicamente se reduce a la distinción que la Teología del Pacto cree en la continuidad entre el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto, y la Teología del Nuevo Pacto cree que el Nuevo Pacto La ley de Cristo está "en contraste" con la ley del Antiguo Pacto de Moisés. Hay muchos sabores de estas teologías, pero en general, esta es la diferencia básica.

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