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domingo, 17 de julio de 2016

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¿Adoración en Crisis?

Nuestro enfoque en la adoración es, sin duda alguna, el problema más importante que confrontan las iglesias bíblicas de hoy en día, y aquí está el porqué.

La adoración está realmente en crisis. Un nuevo estilo de alabanza se ha filtrado en la vida evangélica, sacudiendo hasta las mismas bases, conceptos y actitudes tradicionales. El estilo de adoración seguido a través de toda la historia de las iglesias que sí creen y obedecen la Biblia ha sido dejado al margen; y ¿por qué no?, preguntan algunos jóvenes. ¿Qué problema hay con las bandas de música contemporáneas? ¿Acaso no hay todo tipo de instrumentos, incluyendo los de percusión, en los Salmos? ¿Acaso no se bailaba en la adoración en los tiempos bíblicos? ¿Acaso Dios no es el mismo ayer, hoy y por los siglos? ¿Por qué tendríamos que estar atados a una cultura victoriana triste en nuestra alabanza a Dios?

El propósito de este artículo es contestar tales preguntas y también enfocarse en los cuatro grandes pilares de la adoración, que son principios que la Biblia enfatiza. ¿Tenemos en cuenta estos principios cuando consideramos detenidamente nuestro estilo de adoración?

Muchos cristianos hoy en día quedan estupefactos cuando se les muestra lo que realmente pasaba en el Antiguo Testamento y se sienten engañados acerca de las ideas superficiales que les han sido vendidas. Se vuelven muy serios y profundamente pensativos al escuchar las definiciones de adoración dadas por el Salvador y al ver todas las instrucciones prácticas de las epístolas.

Nuestro enfoque en la adoración es indudablemente la cuestión más importante a la que se enfrentan las iglesias bíblicas hoy en día y aquí está el porqué. Se pueden observar seis nuevas maneras de adoración, sumamente erróneas y que normalmente están todas mezcladas. 

Existe la adoración de placer personal que pone el placer del que adora en primer lugar en vez de la voluntad de Dios. Existe también la adoración con lenguaje del mundo que toma prestada la música actual de entretenimiento del mundo incluyendo sus ritmos, instrumentos, acciones y también sus presentaciones de la farándula, haciendo caso omiso a todas las advertencias que la Biblia hace con respecto a amar el mundo. Existe la adoración estética que imagina que orquestas, bandas y solos instrumentales son expresiones reales de adoración como si Dios fuera adorado a través de estas cosas, mientras que Cristo dijo: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”. Existe también la adoración extática en la que la gente se lleva a sí misma a estados altamente emocionales y hasta semi-hipnóticos, mientras que las Escrituras dicen que siempre debemos orar y cantar con el entendimiento. Está también la adoración superficial que reduce los himnos a coros que transmiten una o dos ideas elementales porque no se desean temas espirituales. Existe la adoración informal en la que líderes casuales, bromistas y banales transforman las iglesias en salas de estar, privando así al Señor de dignidad, reverencia, grandeza y gloria.

Es como si las iglesias evangélicas hubieran contraído seis virus al mismo tiempo. ¿Cómo pueden sobrevivir las iglesias si su más grande ocupación está enferma? ¿Cómo puede el pueblo de Dios guardarse sin mancha del mundo, si el mundo se ha apoderado de la adoración? ¿Cómo podemos llamar almas perdidas fuera de este mundo, si somos iguales al mundo? La adoración es ciertamente el tema más importante del momento.

En este libro me gustaría dirigirme con gran respeto a compañeros pastores, y oficiales de iglesia que puedan tender a adoptar algunos de los elementos de la nueva adoración. Hay numerosos trabajadores del Evangelio con gran dedicación que han llegado a sentir que deben dar una aceptación cuidadosa parcial a esta tendencia. Tal vez no les llame la atención a ellos personalmente, pero se les ha persuadido de que su reserva es meramente una cuestión de gusto y cultura. Según la sabiduría de hoy en día, para atraer gente a reuniones de jóvenes y a las iglesias tenemos que emplear canciones contemporáneas de adoración.

Otra sugerencia es que deberíamos introducir algo de la nueva adoración junto con la vieja y así preservar lo mejor de la adoración tradicional bíblica. El problema con esta propuesta es que la vieja y la nueva representan conceptos de adoración opuestos, tal y como estas páginas mostrarán. La nueva viola todos los principios bíblicos recuperados en la Reforma. Aún en la historia de la adoración nueva se ven señales de alarma y eso demuestra el abismo entre la vieja y la nueva.

Ahora es bien conocido el desarrollo de la nueva adoración y puede ser aquí esbozado en unos cuantos enunciados. Comenzó principalmente en California a finales de la década de 1960, cuando muchos hippies vinieron a Cristo y llegaron a ser conocidos como “la gente de Jesús”. Adoraban con exactamente el mismo estilo de música que habían conocido como hippies. Varios movimientos cristianos fueron formados para motivarles, entre ellos los “Calvary Chapels”. Su adoración consistía mayoritariamente en un coro de una línea que se repetía sin fin. Las letras eran simples, mucho más simples que la de los coritos tradicionales para niños y los temas eran elementales también. Casi no había confesión de pecado o doctrina alguna. Por más bien intencionado que haya podido ser, la nueva adoración no fue moldeada o influenciada por ningún modelo bíblico de adoración, ni por las prácticas generales de iglesias bíblicas de aquella época.

Era una forma de adoración hecha y concebida en la matriz de la meditación mística, en la cual cientos y miles de hippies se sentaban en las laderas de California con los ojos cerrados, balanceándose hasta llegar a un estado extático que hacía eco a sus previas experiencias con drogas. Los ex-hippies llevaron a su nueva lealtad cristiana la misma búsqueda por emociones sensoriales a las cuales estaban acostumbrados y lamentablemente, ninguno de sus mentores cristianos les enseñó ninguna cosa mejor.

Este nuevo enfoque de la adoración avanzó rápidamente fusionándose con otra nueva corriente de música “cristiana” escrita por aquellos que simplemente querían que la música de adoración fuera como la música secular de rock. En otras palabras, estos últimos querían “divertirse” en un sentido mundano. Necesitamos estar conscientes de que esta nueva adoración se extendió a partir de estas dos bases, es decir el misticismo hippie y el “cristianismo” mundano.

Y esto fue inmediatamente incorporado al movimiento carismático, de donde han venido la gran mayoría de las canciones de adoración nuevas. Tal información de su contexto debería llevarnos a tener gran precaución, pero los principios bíblicos de las siguientes páginas deberían ser el factor decisivo en la cuestión de aceptar o rechazar estas nuevas alternativas. Ciertamente no podemos mezclar conceptos opuestos.

Adoración en Crisis Peter Master (Editorial Peregrino)
http://www.metropolitantabernacle.org/
Soli Deo Gloria



jueves, 14 de julio de 2016

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¿Muerto si falta a un Culto de Oración?

¿SE LE PRESUME MUERTO SI FALTA A UN CULTO DE ORACIÓN?

James A. Spurgeon ayudó a su más famoso y hermano mayor, Charles, en el ministerio del Tabernáculo Metropolitano en el siglo XIX. Se desempeñó en varios puestos, incluyendo a partir de 1868, el de “co-pastor “, aunque sus funciones eran principalmente administrativas. A menudo ayudó a otras iglesias que estaban luchando, buscando promover su revitalización. Una de estas iglesias que fue ayudada en gran medida por su ministerio estaba en Croydon. El siguiente es un relato de un querido miembro de esa iglesia que fue escrito por James en the Sword and Trowel (Famosa Revista que editó C.H. Spurgeon durante su ministerio) en 1884. Mientras lo leía, no pude evitar preguntarme ¿A cuántos miembros de la iglesia se les supondría muerto si llegaran a faltar dos reuniones de oración?

EN LA REUNIÓN DE ORACIÓN; O MUERTO UNAS PALABRAS que hablan de la Reunión de Oración en el Tabernáculo Metropolitano, por el pastor J.A. SPURGEON

Acabo de perder a uno de los miembros de mi iglesia en Croydon. Cuando fui por primera vez, me encontré con una mujer intemperante; y por cierto, con el lado triste y doloroso de su historia. Hace unos diez años atrás, empobrecida  por el abuso del alcohol, con pocos recursos para vivir y muy poco para comer, reducida a su mayor necesidad, resolvió muy sabiamente que sería abstemia porque así no podía seguir.

Desde la firma de esa promesa, se convirtió en una mujer nueva; llegó a la casa de oración, la gracia de Dios llegó a su corazón, y desde ese momento estuvo siempre en la Capilla cuando se abrieron las puertas. Yo solía decirle que realmente pensaba que ella vivía en el recinto.

Nunca se celebró una reunión de oración sin que la señora W – estuviera presente. Si yo estaba o no allí, ella lo estaba. Una vez hace seis meses, se ausentó. Cuando le pregunté donde había estado, ella dijo: “Vine y dejé los libros, pero no me quede para la reunión”. Resulta que había venido a la iglesia por no faltar, pero faltó porque se fue a visitar un enfermo. Esa fue la única vez que esa señora faltó a una reunión de oración hasta que después faltó un domingo por la noche cuando le extrañé de nuevo.

Le pregunté a mis diáconos si la habían visto u habían oído acerca de ella, y me dijeron: “No sabemos dónde está, ella tampoco estuvo con nosotros el pasado viernes por la noche en la reunión de oración”.  Les dije que estaba seguro de que estaba muerta, porque si hubiera estado viva ciertamente habría estado en la reunión de oración. Nadie cuestionó lo que dije. Todos sintieron como yo que ella no se habría perdido dos reuniones de oración seguidas a menos que hubiese muerto, o hubiese estado demasiado enferma para salir de su casa.

Durante el servicio de la tarde uno de los diáconos fue a donde vivía completamente sola y al no recibir respuesta de nadie, consiguió ayuda e irrumpió en la casa. Allí encontró justo lo que esperábamos; estaba allí, de rodillas, muerta, en su pequeña sala, debió haber muerto en medio de un gran sufrimiento y en el acto de orar a Dios.

Ella era un personaje notable. Visitó y regaló tratados en la peor calle de Croydon, y tenía una manera singularmente feliz de ganarse a las personas muy malvadas, a quienes iba a contarles la historia de su propia vida, y decirles que ella solía ser como ellos, pero que por la gracia de Dios se había convertido, y que el don de la gracia que ella tenía podría hacer lo mismo para ellos.

Se cuenta una historia como un ejemplo de las bromas que le solían jugar. Un joven pensó en asustarla; así que se vistió como el diablo tanto como su imaginación le permitió hacer. Cuando ella llamó a la puerta, la abrió y gritó: “Yo soy el diablo”, y comenzó a gritarle. Sin embargo, ella no se alarmó en lo absoluto, tranquilamente- se puso las gafas y lo miró de arriba abajo, y le dijo: “Tú no eres el diablo, eres solamente uno de sus hijos”. Pensé que la anciana obtuvo lo mejor de esa experiencia en ese momento. Le pregunté si alguna vez lo volvió a ver  y ella respondió: ” ¡Oh no, querido! Él sólo bajó la cabeza y se fue. “La echaremos de menos profundamente; nuestras reuniones de oración tendrán un espacio en blanco, el de la Sra. W. Es una ausencia que no vamos a superar fácilmente. Espero que algunos de ustedes serán tales asistentes constantes en las reuniones de oración que si llega a pasar que se ausente dos veces seguidas diremos de ti: “Estoy seguro de que nuestro hermano o hermana ha de estar muerto”, aunque no queremos partir tan pronto como lo hizo nuestra buena amiga en Croydon.

(Tomado de Sword and Trowel: 1884 [London : Passmore y Alabaster, 1884 ] , 89-90 ).
http://tomascol.com/would-you-be-assumed-dead-if-you-missed-a-prayer-meeting
Fuente: http://www.ibrsuba.org/
Soli Deo Gloria



viernes, 8 de julio de 2016

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La Adoración Verdadera (CBL 1689)

Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (Juan 4:24)

En estos días que vivimos existe mucha confusión sobre el verdadero significado de la adoración. Pero se debe adorar a ÉL a causa de su naturaleza y sus perfecciones, tanto internos como externos; tanto con los cuerpos y las almas de los hombres; y tanto privados como públicos; en el armario, en la familia y en la iglesia de Dios; como la oración, la alabanza, la asistencia en la palabra y las ordenanzas y todo conforme á su voluntad.

En muchas iglesias es conocido como un tiempo de canciones, una clase especial de música, experiencias emocionales fuertes o incluso místicas de cierta cercanía a Dios, etc. hasta se motiva a la gente a ser adoradores sin saber lo que esto implica y por falta de conocimiento se los lleva a una práctica distorsionada de la verdadera adoración.

La palabra hebrea para adoración tiene que ver con inclinarse, postrarse. De ahí que Dios manda en su ley que no debemos inclinarnos o postrarnos ante imágenes, pues sólo a Dios hay que adorar. La palabra griega que encontramos en el N.T. nos amplia el concepto relacionándolo al  servicio y al culto, tanto en la expresión privada como pública.

En términos generales podemos decir que la adoración es mucho más que un acto, es la actitud que está detrás de cada acto, particularmente aquellos donde somos conscientes de la presencia de Dios.

En Juan 12:1-8 se relata la historia de María la hermana de Lázaro y Marta que ungió los pies de Jesús con un perfume muy costoso y los secó con sus cabellos. Este acto es una preciosa ilustración de la adoración verdadera y como a Dios le agrada. Jesús había enseñado que los verdaderos adoradores debía adorar en espíritu y en verdad, esa es la adoración que le agrada al Padre. Si es en espíritu es gobernada por el espíritu, no por lo físico o externo. Algunos pretenden dar rienda suelto a su cuerpo justificándolo como adoración, pero es no es espiritual, es carnal, es físico e incluso muchas veces es pecaminoso.

Cuando la adoración es en Espíritu el espíritu gobierna al cuerpo. Empieza en el espíritu, en lo profundo del alma humana en búsqueda de Dios y se rinde en obediencia y devoción con santo temor, reconociendo lo sublime de Dios, humillándose ante su presencia, su santidad, su gran poder. La verdadera adoración lleva más a postrarse, a arrodillarse, a permanecer en reposo, a cerrar los ojos que a mover todo el cuerpo en forma descontrolada. No es tampoco una expresión de solemnidad fría y sin emociones; el ceremonialismo apático y superficial es muchas veces evidencia de hipocresía, de cumplir con un rito sin un corazón agradecido y sorprendido por la grandeza de Dios.

La adoración que es en verdad es conforme a la palabra de Dios. No puede ser contraria a ella sino estaría basada en una mentira y no sería adoración verdadera. Jesucristo es la verdad y su Palabra correctamente interpretada en dependencia del Espíritu Santo nos guía a toda verdad. La adoración que deja de lado el evangelio y la doctrina será sin duda una adoración incorrecta, un fuego extraño en la presencia de Dios, algo que él aborrece y rechaza de forma tan clara en las Escrituras. Con mucha razón el Señor Jesucristo reprochó la hipocresía de muchos diciendo: Este pueblo de labios me honra, pero en su corazón están lejos de mi.

La adoración verdadera contiene ciertos elementos que vemos en María en esa cena en Betania:

Amor: Un amor que brota hacia Cristo porque ha comprendido en alguna medida el amor de Cristo hacia uno.

Fe en Jesucristo como único medio de salvación y perdón de nuestros pecados para estar en paz con Dios.

Gratitud por la salvación y las bondades de Dios sobre nuestra vida.

Humildad al no considerar la adoración como algo digno de mérito sino mas bien un privilegio de su gracia. Se centra en Cristo y su gloria no en quien adora.

Entrega al rendir nuestras vidas por completo y sin reservas en servicio y obediencia a Dios.

Intimidad, cercanía profunda para conocerle más al saber que él nos conoce completamente y a pesar de eso nos da el privilegio de estar en su presencia.

La verdadera adoración es exclusiva de los creyentes, de los discípulos de Jesús. Quien no ha sido regenerado, quien no se ha arrepentido de sus pecados y confiado en Jesucristo como el Señor y Salvador nunca podrá adorar verdaderamente. Judas estuvo al lado del Señor por muchos años, pero nunca entendió ni practicó la verdadera adoración. Sólo por medio del nuevo nacimiento una persona puede ver el reino de Dios y entrar en él. Sólo aquellos a quien Cristo ha abierto los ojos para que salgan de las tinieblas a su luz admirable, sólo los que estuvieron muertos en delitos y pecados pero Dios le dio vida, sólo aquellos que eran incrédulos y rebeldes hijos de ira pero Dios les dio fe para creer en el evangelio y seguir al Salvador, sólo ellos pueden adorar en espíritu y en verdad.

Confesión Bautista de fe de 1689 dice: De la adoración religiosa y del día de reposo (Confesión Bautista de Londres 1689)

1. La luz de la naturaleza muestra que hay un Dios, que tiene señorío y soberanía sobre todo; es justo, bueno y hace bien a todos; y que, por lo tanto, debe ser temido, amado, alabado, invocado, creído y servido con toda el alma, con todo el corazón y con todas las fuerzas.1 Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios fue instituido por él mismo, y está de tal manera limitado por su propia voluntad revelada que no se debe adorar a Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de Satanás, ni bajo ninguna representación visible ni en ningún otro modo no prescrito en las Sagradas Escrituras.2
1. Jer. 10:7; Mr. 12:33.
2. Gn. 4:1-5; Ex. 20:4-6; Mt. 15:3,8,9; 2 R. 16:10-18; Lv. 10:1-3; Dt. 17:3; 4:2; 12:29-32; Jos. 1:7; 23:6-8; Mt. 15:13; Col. 2:20-23; 2 Ti. 3:15-17.

¿Eres tu un verdadero adorador?

Soli Deo Gloria