jueves, 15 de junio de 2017

La Suficiencia de la Escritura

Muchos cristianos dicen afirmar la suficiencia de la Escritura, pero en su real pensamiento y práctica la niegan. La doctrina afirma que la Biblia contiene información suficiente para alguien, no solamente para encontrar la salvación en Cristo, sino para, subsecuentemente, recibir instrucción y dirección en todos los aspectos de su vida y sus pensamientos, sea por declaraciones explícitas de la Escritura, o por inferencias sacadas de ella directamente.

La Biblia contiene todo lo que es necesario para construir una verdadera y comprensiva cosmovisión cristiana que nos capacite para tener una verdadera visión de la realidad. La Escritura nos transmite, no solamente la voluntad de Dios en los aspectos generales de la fe y conducta cristiana, pero, al aplicar preceptos bíblicos, podemos también conocer su voluntad en nuestras decisiones específicas y personales. Todo lo que necesitamos saber como cristianos es encontrado en la Biblia, sea en el ámbito familiar, del trabajo o de la iglesia.

Pablo escribe que la Escritura no es solamente divina en su origen, sino que también lo es en su objetivo:

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3.16-17).

La implicación necesaria es que los medios de instrucción extra bíblicos, tales como visiones y profecías, son innecesarias, aunque Dios pueda aún proveerlos, cuando fuera de su agrado.

Los problemas ocurren cuando los cristianos sustentan una posición que equivale a negar la suficiencia de la Escritura en entregar instrucción y dirección comprensivas. Algunos se quejan que en la Biblia falta información específica que alguien necesita para tomar decisiones personales; en tanto, a la luz de las palabras de Pablo, se debe entender que la falta reside en esos individuos, y no en el hecho de que la Biblia sea insuficiente.

Aquellos que niegan la suficiencia de la Escritura carecen de la información que necesitan, por causa de su inmadurez espiritual y su negligencia. La Biblia es de veras suficiente para dirigirlos, pero son negligentes en el estudio de ella. Algunos también exhiben fuerte rebelión e impiedad. Aunque la Biblia se dirija a sus situaciones , se niegan a someterse a sus mandamientos e instrucciones. Ellos rechazan aceptar el método de recibir dirección de la Escritura pero exigen que Dios los dirija a través de visiones, sueños y profecías, cuando Él les dio todo lo que necesitan a través de la Biblia.

Cuando Dios no atiende sus demandas ilegítimas de dirección extra bíblica, algunos incluso deciden buscarla a través de métodos prohibidos tales como astrología, adivinación y otras prácticas ocultas. La rebelión de ellos es tal que, si Dios no provee la información deseada en los moldes prescritos por ellos, se obstinan a obtenerla del diablo.

El conocimiento de la voluntad de Dios no viene de la orientación extra bíblica sino de una comprensión intelectual y de la aplicación de la Escritura. El apóstol Pablo escribe:

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

La teología cristiana debe afirmar, sin reservas, la suficiencia de la Escritura como una fuente completa de información, instrucción y dirección. La Biblia contiene toda la voluntad divina, incluyendo la información que alguien necesite para su salvación, desarrollo espiritual y dirección personal. Ella contiene información suficiente, de forma que, si alguien la obedece completamente, estará cumpliendo la voluntad de Dios en cada detalle de su vida. Pero siempre que él comete pecado es porque falla en obedecerla completamente. Aunque nuestra obediencia nunca alcance perfección en esta vida, eso no significa que en la Biblia no exista toda la información que necesitamos para vivir una vida cristiana perfecta.
Soli Deo Gloria