“Los antinomianos… hacen que toda santificación sea justificación… los papistas hacen que toda justificación sea santificación; por lo tanto, aprenderíamos a distinguir estas dos, pero no de modo que las separemos”. James Durham
A modo de introducción a este tema, reconozcamos que
dondequiera que se predique plenamente la gracia gratuita desde un espíritu
evangélico sin trabas, siempre ha surgido la acusación de antinomianismo.
Tomemos a nuestro bendito Señor Jesús mismo. Cuando Juan el
Bautista vino predicando la gracia de la ley como el instrumento de Dios para
conducir a los hombres al arrepentimiento y bajo las restricciones especiales
de la dispensación durante la cual vivía, no comía ni bebía. Y cuando los
hombres reconocieron su sensible espíritu profético contenido en este gran
juramento que había hecho de servir a Dios de esta manera especial, los hombres
inmediatamente exclamaron: "Legalista, legalista, legalista".
Pero tan pronto como el Hijo del Hombre apareció comiendo y
bebiendo, los hombres lo llamaron glotón y bebedor de vino y, en otras
palabras, clamaron contra el mismo Hijo de Dios: “El antinomianismo ha
llegado”.
Y la constante crítica de los fariseos y los rabinos contra el Hijo del Hombre era que, en su gracia gratuita hacia la humanidad pecadora, abrogó la ley de Moisés.
Entonces pasemos a definir las implicaciones que trae el antinomianista y legalista.
Antinomianismo: Cualquier énfasis en la doctrina bíblica de la justificación
que tiende a minimizar o redefinir la doctrina bíblica de la santificación.
- “La justificación implica la obediencia vicaria de Cristo a
la ley de Dios; por lo tanto, también lo hace la santificación.”
- “La justificación se recibe pasivamente por la fe ‘aparte
de las obras de la ley’; por lo tanto, también lo hace la santificación.”
- “La justificación imputa la justicia vicaria de Cristo como
un estatus legal; por lo tanto, también lo hace la santificación.”
- “La justificación se ocupa principalmente de la culpa del
pecado; por lo tanto, también lo hace la santificación.”
Legalismo: Cualquier énfasis en la doctrina bíblica de la santificación que tiende
a minimizar o redefinir la doctrina bíblica de la justificación.
- “La santificación implica nuestra obediencia personal a la
ley de Dios; por lo tanto, también lo hace la justificación”.
- “La santificación es por fe que ‘trabaja activamente por
amor’; por lo tanto, también lo es la justificación”.
- “La santificación imparte la justicia de Cristo en mi
propia naturaleza; por lo tanto, también lo hace la justificación”.
- “La santificación se ocupa principalmente de la inmundicia y corrupción del pecado; por lo tanto, también lo es la justificación”.
OCHO CARACTERÍSTICAS PELIGROSAS DEL ANTINOMIANISMO
1. EL ANTINOMIANISMO DIVORCIA LA LEY DE DIOS DEL EVANGELIO DE
CRISTO.
- “Cuando se trata de la salvación, la ley y el evangelio
representan dos principios antitéticos: la ley solo dice ‘¡Hazlo!’ (imperativo)
y el evangelio solo dice ‘¡Hecho!’ (indicativo)”
- “El evangelio me ha liberado de la esclavitud y la carga de
esforzarme por cumplir perfectamente la ley de Dios”.
- “El papel exclusivo (o principal) de los Diez Mandamientos
es resaltar la justicia perfecta de Cristo para nosotros, no definir y promover
el aumento de la justicia de Cristo en nosotros”.
- “El evangelio (pero no la ley) es un medio de
santificación, ya que la ley es letra muerta separada de la obra salvadora del
Espíritu Santo”.
2. EL ANTINOMIANISMO DIVORCIA LA SUSTITUCIÓN DE LA
TRANSFORMACIÓN.
- “La justificación es la sustancia de la salvación, mientras
que la santificación es meramente un resultado de la salvación.”
- “Cuando la palabra de Dios contrasta a los justos con los
malvados (p. ej., Salmo 1), siempre tiene en mente principalmente la justicia
imputada de Cristo (no el carácter y la conducta santificados del creyente).”
- “La vida de un creyente justificado no será necesariamente
más justa que la vida de un incrédulo.”
- “La única justicia que deseo es la justicia de Jesús, mi
sustituto de obediencia perfecta.”
- “Las buenas obras muestran mi gratitud por la salvación,
pero no son una característica necesaria del camino al cielo.”
3. EL ANTINOMIANISMO DIVORCIA LA SEGURIDAD PERSONAL DE LA
SANTIDAD PERSONAL.
- “Es legalista considerar mi santificación como evidencia de
mi justificación.”
- “Tengo seguridad de mi salvación, no porque crucifique mis
deseos pecaminosos, sino porque no los crucifico, sino que creo en Cristo,
quien los crucificó por mí.”
4. EL ANTINOMIANISMO DIVORCIA LA SANTIDAD PERSONAL DEL
ESFUERZO PERSONAL.
- “Es legalista lucha activamente contra el pecado,
ejercitando mí propia fuerza personal para crucificarlo.”
- “Trabajar por mi salvación es meditar en mi justificación y
descansar en la obra terminada de Cristo por mí.”
- “En lugar de cultivar activamente las gracias espirituales
y perseguir deberes espirituales, elijo descansar en Cristo.”
5. EL ANTINOMIANISMO DIVORCIA LA FELICIDAD PERSONAL DE LA
SANTIDAD PERSONAL.
- “Si verdaderamente comprendiera mi justificación, no me
lamentaría por mis pecados, sino que me regocijaría en la justicia de Cristo.”
- “Puesto que Cristo murió por mis pecados, no debería
sentirme culpable por mis pecados personales, ni ser acusado de culpa.”
- “Al estar espiritualmente unido a Cristo y revestido de su
justicia perfecta, soy tan santo como lo seré siempre y, por lo tanto, debería
ser tan feliz como siempre.”
6. EL ANTINOMIANISMO DIVORCIA EL BUEN AGRADO DE DIOS DE LA
CONDUCTA PERSONAL.
- “Mi propia santidad (o falta de ella) no tiene ningún
impacto en el amor o favor de Dios hacia mí.”
- “Dios considera todas mis buenas obras santificadas como
trapos miserables y de inmundicia y de ninguna manera se complace con ellas.”
- “Cuando Dios me mira, no ve mi pecado, sino solo a Su
Hijo.”
7. EL ANTINOMIANISMO SEPARA LAS CONSECUENCIAS PERSONALES DE
LA CONDUCTA PERSONAL.
- “Es legalista que los creyentes obedezcan a Dios con la
vista puesta en las recompensas y los castigos.”
- “Dado que Jesús pagó la pena por todos mis pecados
(pasados, presentes, futuros), Dios ya no puede castigarme por ellos.”
- “Todas las bendiciones y maldiciones del Antiguo Testamento
se cumplen en Cristo, quien mereció nuestras recompensas y llevó nuestros
castigos.”
8. EL ANTINOMIANISMO SEPARA LA OBSERVANCIA DE LA LEY MORAL DE
LA CONDUCTA PERSONAL.
- “Cuando la palabra de Dios nos llama a guardar su ley o
habla de intachabilidad y pureza de corazón (p. ej., Salmo 15, 24), esto solo
puede referirse a la perfección inalcanzable, lo que nos señala solo la
obediencia vicaria de Cristo”.
- “El cumplimiento imperfecto de la ley por parte de un
creyente regenerado y justificado no es en absoluto cumplimiento de la ley”.
Confío en que estos estudios en conjunto nos lleven de nuevo a la Palabra del Dios viviente, para ahondar de nuevo en la exégesis de esos grandes pasajes donde se expone la ley y se explica la gracia, y las dos se unen en la más gloriosa armonía para que podamos estar mejor preparados para ser ministros capaces del nuevo pacto.
Este es uno de los nudos más difíciles de desatar en toda la teología y es un asunto que debe arder en nuestras conciencias, hermanos, en estos días para que podamos luchar con él y orar por nosotros mismos para que Dios haga brotar luz de su santa Palabra para nuestros propios corazones y para nuestros propios ministerios.