miércoles, 14 de junio de 2017

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Pluralidad de Ancianos en la Iglesia Local

Después que les designaron ancianos en cada iglesia, habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído. (Hch 14:23)

En estos tiempos contemporáneos es mal comprendido la doctrina bíblica sobre el liderazgo de los ancianos y por eso la razón de este post. Para definir y dejar claramente nuestro entendimiento de lo que es liderazgo bíblico de ancianos necesitamos ir a la Biblia. En el nuevo testamento el liderazgo se caracteriza allí por ser pastoral, compartido, masculino, calificado y de servicio.

Hablar acerca de la pluralidad de ancianos en la iglesia local pudiera parecer un desperdicio de tiempo y energía para algunas personas. Después de todo, ¿No es un poco legalista hablar del “modelo bíblico” para la estructura de la iglesia? Bueno, si entendemos que Cristo ama la iglesia y que cuida por ella (Ef. 5:25-27), el tema delante de nosotros está lejos de ser irrelevante ya que como líderes, algún día daremos cuentas a Cristo mismo por el cuidado de su iglesia que ha sido encomendado en nuestras manos.

Entonces, ¿Por qué tener hablar acerca de la pluralidad de ancianos? Aquí hay  razones:

Es histórica La pluralidad de ancianos es importante porque ha sido importante en el pasado. Como bautista puedo decir que para muchas personas dentro de mi denominación, el término “ancianos Bautistas” es casi una contradicción. Estas personas tienen la idea de que las congregaciones Bautistas siempre han sido estructuradas con un pastor como el líder principal y una mesa directiva de diáconos para ayudar en diversos ministerios.

Desde los inicios de la denominación Bautista, encontramos escritos como los de William Kiffin—un pastor londinense en el siglo XVII, W.B. Johnson—un Bautista del Sur en el siglo XVIII, Nehemiah Coxe y Benjamin Griffith—pastores del siglo XIX, argumentando a favor de la pluralidad de ancianos en la congregación.

Por encima de esto, una de las confesiones bautistas más antiguas de la historia—la Declaración de Fe Bautista de 1689—comprueba que aún en esos documentos de antaño, la pluralidad de ancianos era un modelo a seguir por las iglesias. Lo menos que podemos decir de la evidencia histórica de los bautistas es que es falso decir que la pluralidad de ancianos es anti-bautista. Al contrario, la pluralidad de ancianos es más bautista que su ausencia.

Sin embargo, estas evidencias históricas son solo para iniciar la conversación. Tienen suficiente peso para poner el caso sobre la mesa y permitir al lector sentarse y considerar la importancia de la pluralidad de ancianos. Sea o no que la pluralidad de ancianos haya sido practicada es de segunda importancia. El enfoque principal de los líderes de la iglesia hoy en día debe ser entender la enseñanza de la palabra de Dios en este asunto.

La pluralidad de ancianos es relevante primordialmente porque es bíblica. La Historia es falible y nos puede confundir, pero en las Escrituras tenemos un fundamento donde podemos descansar con absoluta seguridad.

En el Nuevo Testamento los ancianos funcionaban como representantes de la iglesia. Su tarea era liderar a su congregación hacia una vida santa. Cuando los misioneros se despidieron, el trabajo de predicar el evangelio, animar a los discípulos y animarlos cuando se presentaran diversas tribulaciones le pertenecía a los ancianos (Hch 14:21-22).

Otro ejemplo de la pluralidad de ancianos se encuentra en 1 Tim. 3:1-7 donde Pablo describe las cualidades pertinentes a los ancianos (presbuteros); cualidades que son también descritas para los obispos (episkopeo). Cada pasaje en el Nuevo Testamento que lidia con las estructuras de la iglesia menciona la pluralidad de ancianos (ej. Hechos 11:30, 14:23, 15:2. 4. 22-23; 16:4, 20:17, 28; Efe. 4:12; 1 Tim. 5:17; Tito 1:5; Sant. 5:14; 1 Pe. 5:1). Ningún pasaje sugiere que alguna iglesia, sin importar lo pequeña que fuera, tenía solamente un anciano o pastor.

Después de preguntarnos qué dice la Biblia en cuanto a este tema, otra buena pregunta sería: “¿Qué tipo de gobierno sería más saludable para el crecimiento espiritual de la iglesia?”

Cuando una iglesia tiene un solo pastor y aspira a permanecer así, esta peligra de cometer un suicidio espiritual ya que una sola persona posee todos los dones necesarios para liderar a una congregación. Cuando una iglesia decide tener un solo pastor como su líder, se está privando a si misma de múltiples dones que pudieran ser manifestados al ordenar más ancianos.

Por ejemplo, hace poco un pastor muy respetable en el mundo evangélico quería que el bautismo no fuera un requisito para la membresía en la iglesia, pero el resto de los ancianos no permitió esto y protegió a este pastor y a la misma iglesia de caer en error. Hombres piadosos cometen errores, la pluralidad de pastores provee una sabiduría que un solo hombre no tiene.

La pluralidad de ancianos también reduce la tentación de un hombre de ejercer una autoridad excesiva sobre la iglesia o de usarla para satisfacerse a sí mismo. Los ancianos, después de todo, no son directores de una compañía, sino siervos del rebaño de Dios y cuya tarea es simplemente preparar a la iglesia para el regreso de Cristo. Una pluralidad es necesaria debido a la tendencia humana de aquellos que están en autoridad a jugar a ser “dios”.

La congregación debe proteger a sus ancianos al pedirles que rindan cuentas de sus responsabilidades delante de Jesucristo. No hay nada más importante que una congregación pueda hacer por sus ancianos que orar por ellos y examinarlos—con una actitud humilde—a la luz de las cualidades expuestas en 1 Timoteo 3 y Tito 1.

Es aplicable algo que he aprendido al ser parte de una iglesia con pluralidad de ancianos es que pasar de la teoría a la práctica requiere mucha paciencia. Yo no recomendaría a un pastor recién llegado a una iglesia que no practica la pluralidad de ancianos a cambiar todas las estructuras en su primer mes. La pluralidad de ancianos no solo es histórica, bíblica y saludable, sino que también es aplicable; es una verdad bíblica que podemos vivir en el día a día en nuestras iglesias locales.

Me gustaría recomendar para finalizar este libro: 

Soli Deo Gloria