jueves, 15 de junio de 2017

La Autoridad y la Suficiencia de la Escritura

Quizá el asunto más importante que esta enfrentando la iglesia hoy es el asunto de la autoridad.  ¿Quién o qué tiene el derecho y la autoridad de determinar qué creemos y cómo debemos vivir?  La respuesta a esa pregunta, no mucho tiempo atrás, fue muy elemental – al menos para los cristianos evangélicos.  La Palabra de Dios era la autoridad final sobre todas las áreas de fe y práctica. Uno de los gritos de guerra de la Reforma fue sola Scriptura – la Escritura solamente. Esto simplemente quiere decir que la base final de autoridad y verdad es la Escritura.  La Escritura tiene la última palabra sobre todo lo que creemos y cómo vivimos esas creencias. Más que eso, la Biblia fue vista como suficiente. Es decir, lo que la Palabra tiene que decir es útil para equiparnos para toda buena obra (2 Timoteo 3:17).  Nadie afirma que la Escritura es exhaustiva en todos los temas – o aun señala alguno (e.j., las matemáticas).  Pero donde no da instrucciones directas proporciona principios por los cuales podríamos examinar y evaluar todas las cosas “que pertenecen a la vida y la piedad” (2 Pedro 1:3).  Que la Escritura afirma de sí mismo tal autoridad y suficiencia es ampliamente aceptado basada en numerosos pasajes (e.g., Juan 17:17; Marcos 12:24; Lucas 11:25; 16:27-31; Hebreos 4:12; Santiago 1:25; 1 Pedro 2:2; Hechos 20:20-32; Salmo 19, 119; 2 Timoteo 3:15-17; 2 Pedro 1:3; Mateo 5:17-20; 12:18-27; 26:52-54; Lucas10:25-26; 16:17).  Pero, en la mayoría de los casos, la iglesia evangélica hoy no cree esto.  La autoridad y la suficiencia de la Palabra de Dios están siendo suplantadas a cada paso. Sin embargo, antes de que observemos la iglesia moderna, demos marcha atrás y consideremos el pasado reciente.  Lo que esta transcurriendo hoy tiene un anillo familiar a eso. Esto ya ha sucedido antes – y esto no hace mucho tiempo.

LA EPISTEMOLOGÍA

El asunto de la autoridad mayormente se ocupa de la epistemología, es decir, el cómo descubrimos y determinamos la verdad.  Sin correr a velocidad de conejo filosófico de los cuales hay muchos, la respuesta es que nuestro conocimiento de la verdad debe venir de una fuente. Estando reducidas las posibilidades “básicas”, las fuentes de la verdad están limitadas a tres:

Los Seres Humanos

Si uno cree que los seres humanos son la fuente final de la verdad quedamos todavía con la pregunta epistemológica de cómo descubrimos esta verdad.  James Draper y Kenneth Keathley dan esta visión general útil:

La persona manteniéndose firme en la razón humana (o el racionalismo) cree que ella misma es su autoridad final.  La pregunta entonces es ¿cuál es el método que el individuo usará para probar sus afirmaciones de la verdad.  Las opciones disponibles para él pueden ser clasificadas bajo tres encabezamientos: El racionalismo, el empirismo, y el misticismo. El racionalista cree que él o ella pueden determinar cuál es la verdad por la razón solamente, por habilidades innatas o naturales dentro de la mente humana. El empírico coloca su confianza en la experimentación y en la observación de fenómenos de sentido, afirmando como verdad sólo aquello que puede ser físicamente demostrado. Finalmente, tenemos al místico, quien niega el racionalismo y empirismo porque él reconoce que el individuo no es capaz de conseguir la verdad final tampoco por la razón o la observación.  El místico, sin embargo, cree que el individuo posee habilidades extra-racionales que le permiten intuir la verdad. La verdad, según el místico, no puede ser conocida objetivamente; solo puede ser encontrada subjetivamente. No importa cuál de los tres enfoques sean empleados por la razón humana, todos ellos tienen en común esto: Hacen al individuo el árbitro final de la verdad.

La Religión

Dentro de la tradición cristiana esto es mejor representado por la Iglesia Romana.  Según la teología católica, es la Iglesia la que nos ha dado la Biblia y, por consiguiente, la autoridad final descansa en la Iglesia. La Iglesia Romana técnicamente no afirmaría sostener puntos de vista en contra de la Escritura, pero es la Iglesia la que interpreta la Escritura y tiene libertad de agregarle. Por consiguiente, cualquier contradicción aparente, decir por ejemplo el rezarle a María o a los santos, se resuelve con la afirmación de Roma respecto a la autoridad.

La Revelación

Si Dios existe, no es difícil de creer que él se haya comunicado a la humanidad. La Biblia mantiene ser esa revelación. Los cristianos conservadores a todo lo largo de las épocas, y especialmente desde la Reforma, han reconocido la afirmación exclusiva de que las Escrituras son la Palabra de Dios completa y final para esta era. Esto no es decir que no han existido muchos usurpadores para esta afirmación.

El Ayer y el Hoy

Uno de los grandes retos enfrentados por los cristianos en el pasado no tan distante se basó en varias fuentes: El racionalismo alemán, la alta crítica, la iluminación del pensamiento, etc., Finalmente evolucionando en lo que nosotros llamamos hoy el liberalismo cristiano. El padre del liberalismo es usualmente reconocido como Friedrich Schleiermacher (1768-1834), profesor de teología en la Universidad de Berlín. Uniéndosele a muchos sistemas filosóficos populares con la Cristiandad, Schleiermacher vino a desconfiar de cualquier forma de autoridad. Pero él no quiso negar el cristianismo, reconociendo que el género humano necesita religión. Él sacó en conclusión que la revelación proposicional acerca de Dios puede ser defectuosa o aún inexistente pero, puesto que el hombre necesita una experiencia religiosa, el caparazón del cristianismo debe ser retenido. La Biblia puede ser poco fiable, con errores, poco confiable para desarrollar entorno de vida, pero aún es posible experimentar a Dios a través de expresiones religiosas.  El fundamento puede estar ausente, pero en cierta forma las paredes aun están firmes.  Tales personas están convencidas de que encuentran a Dios cuando se conectan con la “chispa sagrada” encontrada en cada ser humano, a través de prácticas místicas, o través de experiencias subjetivas. Son indiferentes con la autoridad la Escritura – para ellos la Biblia está plagada de errores, pero eso no tiene importancia con tal de que puedan tener una relación existencial con Dios – o al menos, así es lo que piensan. William James, ciertamente no es cristiano evangélico, hizo de nuevo una observación astuta cien años atrás acerca de la invasión del pensamiento liberal dentro de la Cristiandad:

El avance del liberalismo, así llamado, en el cristianismo, durante los últimos cincuenta años, medianamente puede ser llamado una victoria de conciencia sana dentro de la iglesia sobre la morbosidad con la cual la antigua teología de las llamas del infierno estaba más armoniosamente relacionada. Tenemos ahora a congregaciones enteras cuyos predicadores, lejos de exagerar nuestra conciencia de pecado, parecen dedicarse más bien a menospreciarlo. Ignoran, o aun niegan, el castigo eterno, e insisten en la dignidad en vez de la depravación del hombre.  Consideran la preocupación continua del cristiano anticuado con la salvación de su alma como algo enfermizo y reprensible en vez de admirable; y una actitud sanguínea y ‘muscular’, la cuál para nuestros antepasados habría parecido puramente pagana, se ha convertido ante sus ojos un elemento ideal del carácter cristiano.  No estoy cuestionando si son correctos o no lo son, sólo señalo el cambio. 

La valoración de James hace a un moderno tocar el timbre para ella.  El liberalismo antiguo ha estado disminuyendo en las últimas décadas, pero ciertamente no se ha desvanecido. Más bien, se ha combinado con otros hilos teológicos errantes y se ha transformado en varias formas. Tome por ejemplo los comentarios recientes el columnista afiliado y el sacerdote Episcopal liberal, Tom Ehrich, escribe:

Describa a una congregación suburbana próspera, colóquela entre casas grandes y colegios privados, poblado por profesionales y jóvenes familias, una vez conocida por su vitalidad intelectual, ahora agréguele su adhesión a la ortodoxia de la Biblia. La predicación allí, dice un miembro, raras veces se desvía de una palabra por la explicación palabra por palabra de textos asignados. Las clases de educación de adultos tienden a ser “conducidas por personas que consideran que la Biblia es “inerrante” y no permiten cuestionar.  Nunca escuchamos una exploración abierta y honesta de lo que significa vivir como un cristiano en el mundo de hoy”. Claramente, alguna suerte de retirada está en proceso.  Al igual que todas las retiradas, afirma base moral elevada. Pero lo que veo en la “tierra del libre y la casa del valiente” es la conformidad dogmática (miedo a la libertad) y la intolerancia (miedo al otro).  Lo que me preocupa es el surgimiento de un grupo base de liderazgo religioso que no vacila en convertir el miedo en furia, el odio y echándole toda la culpa a. Ellos, de todas las personas, deberían tener mejor criterio. Deberían saber que la respuesta al miedo es fe, no odio. Deberían saber que Jesús no señaló a los enemigos, ni lanzó cruzadas de moral o guerras de cultura de salario. Él no ejercitó un control mental con sus discípulos. Él no insistió en una forma de pensar o de creer, él no fue legalista, rígido o conformista (énfasis mío). 

¡Esto suena como a los discursos rimbombantes del liberalismo pasado de moda – pero ¡espere!  Muchos dentro del evangelicalismo hacen eco de la misma tonada. Declararse a favor de la verdad es tanto como fuera de moda.  John MacArthur señala el punto: “ya no se estima necesario luchar por la verdad. De hecho, muchos evangélicos ahora lo consideran maleducado y falto de amor afirmar cualquier punto de doctrina “. 

El liberalismo ha unido fuerzas con el posmodernismo para desafiar las enseñanzas de la Biblia.  Entretanto, muchos en el evangelicalismo están sentados al lado queriendo ser tolerantes y tratando de amedrentar e intimidar a cualquiera que defienda el discernimiento.  Es poco admirable entonces que una ola nueva de liberalismo esté pasando sobre el cristianismo. La iglesia sensible al buscador es vista por muchos como simplemente el liberalismo antiguo disfrazado, pero eso no es totalmente cierto.  La iglesia sensible al buscador tiene evade muchas verdades bíblicas,  pero aún acepta las doctrinas más cardenalicias y aún busca proclamar el evangelio, aunque su mensaje a menudo está fuera de balance con el Nuevo Testamento. Pero la iglesia sensible al buscador ha dado a luz a un movimiento nuevo llamado la iglesia emergente.  La iglesia emergente toma en conclusión lógica lo qué la iglesia sensible al buscador inició. Vistiendo todo en un atuendo religioso postmoderno la iglesia emergente rápidamente está rechazando y socavando casi toda la teología bíblica. En otras palabras la iglesia emergente es el nuevo liberalismo nuevo.  El evangelicalismo cosecha lo que ha sembrado.

Pero qué acerca de todo el interés espiritual que es evidente.  Libros cristianos y éxitos musicales.  Mega-iglesias llenas a reventar.  Algunos proclaman que podemos estar en el centro del máximo avivamiento desde Pentecostés. En respuesta, estoy de acuerdo con una evaluación de la encuesta Gallup de hace algunos años atrás. “Tenemos un avivamiento de sentimientos, pero no del conocimiento de Dios. La iglesia de hoy está siendo dirigida más por sentimientos que por convicciones.  Valoramos más el entusiasmo que el compromiso informado”.

¿Si esto es cierto por qué pocos están notándolo?  Déjeme hacer algunas sugerencias:

1. Porque los comercializadores de este acercamiento al cristianismo se han vuelto expertos en dar a las personas lo que desean. Michael Horton escribe: “a todo lo largo de la literatura profética, notamos un tema común – los falsos profetas dicen a las personas lo que quieren oír, bautizandolo con nombre de Dios, y sirviéndolo como la última palabra de Dios hacia Su pueblo”.

2. Porque la centralidad de la Palabra de Dios ha estado sutilmente reemplazada con substitutos inferiores pero agradables. La enseñanza y la predicación sistemática de la Biblia han sido desplazadas en muchas iglesias por el entretenimiento, el drama, los conciertos, los actos cómicos, y cosas por el estilo. Por una cantidad de décadas la teoría psicológica ha estado usurpando la autoridad de la Escritura. El propósito de muchas iglesias ya no es la santificación y la salvación sino más bien la terapia. Y, progresivamente, el misticismo y las revelaciones extra-bíblicas reemplazan la Biblia.

3. Porque tantos dentro del evangelicalismo van a la deriva con la marea de opinión y pensamiento mundano. Pascal dijo: “Cuándo todo está se mueve a la vez, nada parece moverse, tal como en buque de tabla. Cuando todo el mundo se mueve hacia la depravación, nadie parece moverse, pero si alguien se detiene, éste pone de manifiesto a los demás que se apresuran actuando como un punto fijo”.Comentando sobre esta declaración Douglas Groothious escribió: “El punto fijo en un mundo que cambia es la verdad bíblica y todo lo que está de acuerdo con ella”  Precediendo a esta declaración de Pascal, Groothuis dice esto: “se nos ha dicho que los cristianos deben intercambiar su énfasis de la verdad objetiva a la experiencia común, de la discusión racional a la recurso subjetivo, de la ortodoxia doctrinal a las prácticas relevantes. He razonado… que esta maniobra es ni más ni menos que fatal para la integridad cristiana y el testimonio bíblico. Es también filosóficamente ilógica. Tenemos algo mucho mejor por ofrecer”. 

Pedro nos dice: “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder” (2 Pedro 1:3a). ¿Cómo son encontradas esta vida y esta piedad?  “mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia” (1:3b).  ¿Y dónde es encontrado el conocimiento de Cristo?  En la preciosa Palabra de Dios. No es extraño que Pedro nos alentó a “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1 Pedro 2:2). ¿Por qué alimentarse en el abrevadero de la sabiduría mundana o de la experiencia mística cuando tenemos la revelación final, completa e infalible de Dios que puede “hacernos sabios para la salvación” (2 Timoteo 3:15), y prepararos “para toda buena obra” (2 Timoteo 3:17)?  Estoy de acuerdo con Groothuis, nosotros los cristianos creyentes de la Biblia tenemos algo mejor que ofrecer.

Fuente: evangelio.blog
Soli Deo Gloria


Verdad y Cultura

 Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto (Romanos 12:2).

Creo que cada iglesia tiene al menos dos "climas" que los marcarán en un grado u otro. Hay un clima de verdad y, por falta de un mejor término, un clima de cultura. El clima de verdad para la mayoría de las Iglesias Bautistas Reformadas está expuesto en nuestra Confesión de Fe. Estas son las cosas que « creyeromos entre nosotros». En cierta medida u otro, reclamamos este documento como el fundamento doctrinal de nuestras iglesias. Sus verdades salen en nuestra predicación y oraciones. Es parte de cómo nos identificamos. Pero las iglesias también tienen cierta "cultura", una forma de hacer las cosas. Una forma de vivir prácticamente. Esto se verá en cómo adoramos, lo que cantamos y cómo lo cantamos, incluso afectará cosas como cómo nos vestimos y el clima general de nuestras reuniones públicas (más formal, menos formal, etc.).

Creo que en nuestras iglesias uno u otro de estos "climas" ganará la preeminencia en el pensamiento, los deseos y las preferencias de nuestros miembros. Demasiado a menudo el clima que "gana" es cultura y no verdad. Dejame explicar. Digamos que usted tiene una familia comprometida con la doctrina histórica, confesional y bautista que asiste por algunos años a lo que se puede llamar una Iglesia Bautista Reformada tradicional. El pastor predica con un abrigo y corbata, se coloca detrás de un púlpito, la iglesia usa un libro de himnos, tal vez se utiliza un pianista o no hay instrumentación en absoluto.

Se trasladan a un área en la que hay dos iglesias "Reformadas". Una es una iglesia donde los pastores abrazan y aman el 1689 y el otro es una Iglesia Presbiteriana Ortodoxa. Esta iglesia de 1689 es un poco más en el lado "progresista". Ellos utilizan el punto de poder y el pastor se sienta en un taburete y no lleva corbata. Sin embargo, la iglesia IPO tiene la misma "cultura" que su iglesia anterior, junto con serias desviaciones en doctrinas que son importantes para cualquier Bautista conocedor y convencido. ¿Qué debe hacer la familia? Vamos a voltear la situación. Una familia proviene de una iglesia progresista y se trasladan a un área donde hay una iglesia confesional. Una iglesia que sostiene "las cosas que seguramente creyeron entre nosotros", ¡pero cantan himnos! El pastor lleva corbata. La iglesia es 'formal'. ¿Y qué hacen? Encuentran una iglesia con una banda pero con doctrina que se aparta de su entendimiento y convicción confesional. ¿Qué ha triunfado? No la verdad, sino la cultura . He visto ambos escenarios varias veces y de ambos lados. Hermanos, ¿estamos inculcando en nuestros púlpitos y en nuestros bancas la excelencia y la preeminencia de la verdad o de la preferencia? ¿En las cosas mismas o cómo se desarrollan? ¿Cuál será el clima que finalmente se abraza, se ama y se vive? Que Dios nos ayude a mantener las cosas principales. Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. (Romanos 12:1).
Soli Deo Gloria


Siete Marcas de un Corazón Correcto con Dios


1) El corazón correcto es un corazón NUEVO (Ezequiel 36:26).

No es el corazón con el que nace una persona, sino otro corazón puesto en ellos por el Espíritu Santo. Es un corazón que tiene nuevos gustos, nuevas alegrías, nuevos dolores, nuevos deseos, nuevas esperanzas, nuevos miedos, nuevos gustos, nuevos disgustos. Tiene nuevas visiones sobre el alma, el pecado, Dios, Cristo, la salvación, la Biblia, la oración, el cielo, el infierno, el mundo y la santidad. Es como una granja con un inquilino nuevo y bueno. Las cosas viejas pasaron. He aquí que todas las cosas son nuevas "(2 Corintios 5:17).

2) Un corazón correcto es un corazón ROTO y CONTRITO (Salmo 51:17).

Se desprende del orgullo, de la presunción y de la justicia propia. Sus antiguos pensamientos elevados de sí mismos están agrietados, destrozados y estremecidos hasta los átomos. Se cree culpable, indigno y corrupto. Su antigua terquedad, pesadez e insensibilidad han descongelado, desaparecido y desaparecido. Ya no piensa a la ligera de ofender a Dios. Es tierna, sensible y celosamente temerosa de caer en pecado (2 Reyes 22:19). Es humilde, humilde y egoísta, y no ve en sí nada bueno.

3) Un corazón correcto es un corazón que CREE en Cristo solamente para la salvación, y en el cual Cristo habita por la fe (Romanos 10:10, Efesios 3:17).

Apoya todas sus esperanzas de perdón y vida eterna sobre la expiación de Cristo, la mediación de Cristo y la intercesión de Cristo. Es rociada en la sangre de Cristo de una mala conciencia (Hebreos 10:22). Se vuelve a Cristo como la brújula-aguja gira hacia el norte. Mira a Cristo para la paz, la misericordia y la gracia diarias, como la flor del sol mira al sol. Se alimenta de Cristo para su sustento diario, ya que Israel se alimentó del maná en el desierto. Ve en Cristo una aptitud especial para satisfacer todas sus necesidades y requerimientos. Se apoya en Él, cuelga de Él, se basa en Él, se adhiere a Él, como su médico, guardián, esposo y amigo.

4) El corazón correcto es un corazón PURIFICADO (Hechos 15: 9, Mateo 5: 8).

Ama la santidad y odia el pecado. Se esfuerza diariamente por purificarse de toda suciedad de carne y espíritu (2 Corintios 7: 1). Aborrece lo que es malo, y se apega a lo que es bueno. Se deleita en la ley de Dios, y tiene esa ley grabada en ella, para que no la olvide (Salmo 119: 11). Anhela guardar la ley más perfectamente, y se complace en los que aman la ley. Adora a Dios y ama  la gente. Sus afectos se fijan en las cosas de arriba. Nunca se siente tan ligero y feliz como cuando es santísimo; Y mira hacia el cielo con gozo, como el lugar donde la perfecta santidad será finalmente alcanzada.

5) Un corazón correcto es un corazón de ORACIÓN.

Tiene dentro de ella "el Espíritu de adopción por el cual clamamos, Abba Padre" (Romanos 8:15). Su sentimiento diario es: "Tu rostro, Señor, buscaré" (Salmo 27: 8). Está atraída por una inclinación habitual a hablar a Dios acerca de las cosas espirituales-débil, débil e imperfectamente tal vez-pero hablarlo debe ser. Considera necesario derramarse ante Dios, como ante un amigo, y difundir ante Él todas sus necesidades y deseos. Le dice todos sus secretos. No retiene nada de Él. Podrías tratar de persuadir a una persona a que viva sin respirar, ya persuadir al poseedor de un corazón correcto para que viva sin orar.

6) Un corazón correcto es un corazón que siente CONFLICTO dentro de él (Gálatas 5:17).

Encuentra dentro de sí dos principios opuestos que luchan por el dominio: la carne que luce contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Sabe por experiencia lo que Pablo quiere decir cuando dice: "Veo una ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi mente" (Romanos 7:23). El corazón equivocado no sabe nada de esta lucha. El hombre fuerte armado guarda el corazón equivocado como su palacio, y sus bienes están en paz (Lucas 11:21). Pero cuando el Rey legítimo toma posesión del corazón, comienza una lucha que nunca termina hasta la muerte. El corazón derecho puede ser conocido por su guerra, tanto como por su paz.

7) El corazón correcto es HONESTO, UNDIVIDIDO y VERDADERO (Lucas 8: 15; 1 Crónicas 12:33, Hebreos 10:22).

No hay nada de ella de falsedad, hipocresía o actuación de la imagen. No es doble o dividido. Realmente es lo que profesa ser, siente lo que profesa sentir, y cree lo que profesa creer. Su fe puede ser débil. Su obediencia puede ser muy imperfecta. Pero una cosa siempre distinguirá el corazón correcto. Su religión será real, genuina, completa y sincera.

Resumen:

Un corazón como el que he descrito, siempre ha sido la posesión de todos los verdaderos cristianos de todo nombre, nación, pueblo y lengua. Se han diferenciado unos de otros sobre muchos temas, pero todos han sido de corazón correcto. Algunos de ellos han caído, por un tiempo, como David y Pedro, pero sus corazones nunca se han alejado del Señor. Muchas veces han demostrado ser hombres y mujeres cargados de enfermedades, pero sus corazones han sido rectos ante Dios. Se han entendido unos a otros en la tierra. Ellos han encontrado que su experiencia era en todas partes una y la misma. Se entenderán mejor en el mundo por venir. Todos los que han tenido corazones rectos en la tierra, encontrarán que tienen un solo corazón cuando entran al cielo.
J.C. Ryle

Soli Deo Gloria



Crecimiento Espiritual

Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (2 Pedro 3:18).

Dios ha proporcionado los medios de Gracia para nuestro crecimiento. Esos medios están libremente disponibles para cada creyente. El problema que enfrentan la mayoría de los creyentes profesantes no es de ignorancia, sino de deseo y de necesidad sentida en sus almas. ¿Quiero hacer estas cosas? ¿Necesito hacer estas cosas? Quiero los resultados (ser un cristiano fuerte). Permítame en siete palabras de exhortación para un año fructífero de vida espiritual.

1. Comprométete a la comunión diaria con Dios

-Un tiempo para dar gracias a Dios, para buscar renovar tus fuerzas en Dios, para confesar tus pecados a Dios e interceder por los demás.
-Leer o escuchar la Biblia todos los días.
-Meditar; El hombre bendito medita en la palabra de Dios (Salmos 1)
-Memorizar; Escucha la palabra de Dios en su corazón.

2. Comprométete a las reuniones establecidas de tu iglesia

Cada reunión de la iglesia para la instrucción, la adoración y la oración está diseñada para traer gloria a Dios y para traer ayuda a su camino de peregrinación. Al ausentarse voluntariamente de esas reuniones, te niegas la nutrición crucial para tu alma.

3. Comprométase a mortificar tus pecados

¿Hay algún problema que molesta en tu vida, algún lugar de inquietud en tu alma, alguna cosa que sienta tu fuerza y ​​tu seguridad, el persistente tema de preocupación con respecto a tu alma, algún pecado que te atrapa fácilmente? ¿Cuándo se tratará? ¿El pecado tiene dominio sobre usted? ¿Ha orado pidiendo ayuda a Dios por su palabra y su Espíritu para que le ayude a superar? ¿Desea la victoria?

4. Comprométete a la hospitalidad

1 Pedro 4: 9 Sed hospitalarios los unos a los otros sin quejarse. La hospitalidad en general se refiere a mostrar amor a los extraños inclusive un viajero, pero aquí se expresa dentro de la iglesia. Cada miembro de la iglesia tiene algo que ofrecerle y usted tiene algo que ofrecer a cada miembro. ¿Puede recibir o dar estos beneficios en el Día del Señor y en la reunión de oración solamente?

5. Comprométete a lidiar con distracciones innecesarias

Todos tenemos distracciones en nuestras vidas. Nuestros trabajos y necesidades humanas cotidianas, nuestros compromisos con la familia, etc. ¿Pero hay cosas que llenan nuestro tiempo y nuestros afectos que desvirtúan los grandes asuntos de la vida?

6. Comprométase a estudiar (lea una buena biografía, encuentre un buen libro sobre un tema doctrinal)

He encontrado algunas cosas más útiles y desafiantes que la lectura de una buena biografía. Cuando digo bien me refiero a un tema digno, a un tratado bien escrito esto te permitirá un verdadero progreso como verdaderos peregrinos camino a Sión.

7. Disfrute del  Día del Señor, santificándolo y así obtendrás bendiciones para su alma

He aquí un día, por diseño divino, para ayudarnos a deleitarnos en Dios. Aquí está un día diseñado para ser para nosotros un anticipo del cielo. Una inclinación en nuestro compromiso con sus beneficios no promoverá fines celestiales. Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Filipenses 1:6).
A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. (2Pedro 3:18).
Soli Deo Gloria



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Un Bautista Confesional Historico

Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina (2 Timoteo 4:3).  
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; (1 Ti.4:1)

Nuestra respuesta es predicar la Palabra, aferrarnos a la palabra fiel como hemos sido enseñados en la fe y en el amor que están en Cristo Jesús. Y vivir en el poder del Espíritu Santo quien nos reveló y nos confió estas verdades. ¿Nos aferraremos a la Palabra fiel como hemos sido enseñados? ¿Seremos nosotros la generación que se desvía de los estándares doctrinales y prácticos del pasado? ¿Nos avergonzaremos de nuestras opiniones sobre la Ley, el Sábado y el Principio Regulador de Adoración, entre otras cosas? ¿Los Bautistas confesionales prosperarán para las generaciones futuras o daremos paso a una forma de reduccionismo doctrinal en nombre de una mayor unidad y crecimiento de la iglesia? ¿Es la Confesión una barrera para la plena aceptación, especialmente cuando nuestras iglesias han sido bendecidas con tantos buenos maestros y predicadores? ¿Por qué estos hombres no son reconocidos en el mundo cristiano más amplio? ¿Qué es una iglesia que quiere ser humilde, útil y participar en las cosas buenas que Dios está haciendo en otros lugares? ¿Debemos comprometer o ignorar aquellas cosas que una vez enseñamos y abrazamos?

Y como “Bautistas Reformados” nos  adherimos a la Segunda Confesión de Fe Bautista de Londres de 1689, tanto en práctica como en doctrina.Reformado...El nombre “Reformado” se refiere a las raíces históricas y teológicas distintivas de éstos Bautistas. Existe un conjunto de creencias teológicas al que comúnmente se hace referencia como fe “Reformada”. Tales grandes verdades como <strong>Sola Fide (Sólo por fe hay justificación), Sola Gratia (Sólo por la gracia de Dios hay Salvación), Sola Scriptura (Sólo la Biblia es la única base de fe y práctica), Solus Christus (Sólo por medio de Cristo hay salvación), y Soli Deo Gloria (Sólo a Dios se le debe dar la gloria en la salvación de pecadores)</strong> son todas distintivas de la fe Protestante y Reformada. Sin embargo, la fe Reformada es quizás mejor conocida por su entendimiento de que Dios es soberano en el tema de la salvación del hombre. Es decir, que Dios desde antes de la fundación del mundo, ha escogido o elegido ciertos pecadores para salvación. Lo ha hecho soberanamente y de acuerdo a Su buena voluntad. También, la fe Reformada enseña que, a su tiempo, Cristo vino y logró la salvación muriendo por los pecados de aquellos elegidos por Dios.

Además, la fe Reformada enseña que el Espíritu Santo obrando en armonía con el decreto del Padre y la muerte del Hijo aplica eficazmente esta obra de redención a cada uno de los elegidos en su conversión. Como resultado de este énfasis en la soberanía de Dios en la salvación, la fe Reformada también promulga las “Doctrinas de la Gracia”; son cinco verdades doctrinales que declaran: La depravación total del hombre, la naturaleza incondicional de la elección de Dios, la naturaleza limitada o particular de la expiación de Cristo, el llamado eficaz o irresistible y la perseverancia y preservación de los Santos.

Aunado a todo esto, la fe Reformada abarca más que estas verdades fundamentales respecto a la gloria de Dios en la salvación. Además de ello, procura mantener en alto la gloria de Dios en la iglesia, la sociedad, la familia y en la santidad de la vida del creyente. La fe Reformada mantiene una perspectiva muy alta y teocéntrica de la adoración, regulada solamente por la Palabra de Dios. La fe Reformada abraza un alto concepto de la ley de Dios y de Su iglesia. En pocas palabras, la fe Reformada es propiamente una perspectiva integral del mundo y de la vida, así como un conjunto concreto de doctrinas distintivas. Como resultado de este consenso teológico surgió una gran corriente de confesiones y credos: el Sínodo de Dort, la Declaración de Saboya, la Confesión de Fe de Westminster y el Catecismo de Heidelberg. De manera similar, la tradición Reformada produjo algunos de los grandes nombres de la historia de la iglesia. Juan Calvino, Juan Knox, Juan Bunyan (autor del libro ampliamente célebre “El Progreso del Peregrino”), Juan Newton (compositor del famoso himno “Sublime Gracia"), el famoso comentarista de la Biblia Matthew Henry, el gran evangelista George Whitefield, el gran teólogo americano Jonathan Edwards, los misioneros Adoniram Hudson y William Carey, el renombrado predicador C. H. Spurgeon, A. W. Pink y muchos otros más que sostuvieron firmemente estas verdades de la fe Reformada. Cabe mencionar que los Bautistas Reformados no sostienen estas verdades por una alianza ciega hacia éstos credos históricos, ni tampoco por el hecho de que grandes personajes de la historia de la Iglesia se mantuvieron en esta tradición. Sino más bien, los Bautistas Reformados sostienen estas verdades porque Jesús y los Apóstoles las enseñaron muy claramente.

La confesión de fe abrazada por las iglesias Bautistas Reformadas toma su lugar y está profundamente arraigada en estos documentos históricos Reformados. En un amplio contenido la Segunda Confesión Bautista de Fe de 1689  es una copia exacta palabra por palabra de la de Confesión de Westminster y Saboya. Por consiguiente, el término Bautista “Reformado” no es un término equivocado. Los Bautistas Reformados permanecen inmóviles sobre el terreno firme de la herencia de la Reforma.

Bautista...

El nombre “Bautista” resume las verdades bíblicas que se refieren tanto a los sujetos como al modo del bautismo

Al hablar de los “sujetos” del bautismo, nos referimos a la verdad que enseña que el bautismo es solamente para discípulos. Los Bautistas Reformados tienen una gran deuda con los Paedobautistas (quienes bautizan infantes) Reformados debido a que sus escritos les han forjado, desafiado, alentado, y guiado una y otra vez. No obstante, la Biblia no es silenciosa en el tema del bautismo. La enseñanza de que el bautismo es sólo para discípulos es clara e indiscutible en la Palabra de Dios.

Los sujetos aptos para el bautismo no deben ser esclarecidos en Génesis sino en los Evangelios y en las Epístolas. El bautismo es una ordenanza del Nuevo Pacto que debe ser comprendida a la luz de la revelación del Nuevo Pacto. No existe la más mínima evidencia en el Antiguo o el Nuevo Testamento que apoye la noción de que los infantes de creyentes deban ser bautizados. Cada mandamiento bíblico de bautizar y cada ejemplo de bautismo, así como cada declaración doctrinal con respecto a la naturaleza simbólica del bautismo, prueba que es sólo para discípulos. La Biblia es igualmente clara respecto al modo del bautismo. El término “modo” se refiere a que el bautismo bíblico y apropiadamente debe ser administrado por inmersión en agua. El argumento de que la palabra tiene un significado histórico ocasional de “rociar” o “verter” es puramente simplista. Hay palabras perfectamente mejores en griego que significan “verter” y “rociar”. Sin embargo, la palabra común en griego para inmersión es la palabra que se usa en el Nuevo Testamento.

El nombre “Bautista” también pretende expresar que sólo aquellos que son convertidos y bautizados tienen el derecho a la membrecía en la iglesia de Cristo

A esto se le refiere comúnmente como membrecía regenerada de la iglesia. Una lectura cuidadosa de las Epístolas del Nuevo Testamento muestra que los Apóstoles asumieron que todos los miembros de las iglesias de Cristo eran “santos”, “fieles hermanos” (Colosenses 1:2) y “lavados por Cristo” (1 Corintios 6:11, 1 Pedro 1:22). Tristemente, muchas iglesias Bautistas hoy en día están más preocupadas por tener una “membrecía de decisión” y una “membrecía por bautismo” que por una membrecía regenerada. Es el deber de los pastores y la gente de iglesias verdaderas asegurarse, de acuerdo a lo posible de sus habilidades, que ninguna persona no convertida se abra camino a la membrecía de una iglesia.

Bautista Reformado...

Los Bautistas Reformados se distinguen por su convicción respecto a la Suficiencia y Autoridad de la Palabra de Dios

Aunque todos los cristianos verdaderos creen en la inspiración e infalibilidad de la Palabra de Dios, no todos creen en la Suficiencia de la Biblia. Todos los Cristianos verdaderos creen que la Biblia fue “exhalada” por Dios y que es infalible y sin error en todas sus partes. Negar esto es llamar a Dios mentiroso, y eso implica perder nuestra alma. Pero mientras que todos los cristianos verdaderos creen esto, no todos buscan regular la vida de la iglesia en todas sus áreas por la Palabra de Dios. Hay una creencia general, ya sea que esté explícitamente declarada o no, que la Biblia no es guía suficiente para decirnos “Cómo hacer la iglesia”. Esto es lo que está detrás en gran parte del movimiento moderno de crecimiento de la iglesia y tiene como fundamento en gran medida la creencia de que la Biblia guarda silencio respecto a la naturaleza y propósito de la iglesia. Es por esto que muchos se sienten con la libertad de “reinventar la iglesia”. Por alguna razón, ¡muchos creyentes, al parecer, argumentan que Dios no dio principios en Su Palabra acerca de la vida congregacional de Su pueblo! En estos días, el toque de alarma del clarín de todos los pastores de ovejas instituidos por Cristo necesita ser el del Profeta Isaías: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:20).

Los Bautistas Reformados tienen la convicción de que la Biblia y sólo la Biblia define lo que es una iglesia

La Biblia y sólo la Biblia define cuáles son los cargos en una iglesia. La Biblia nos habla de su número – dos cargos: ancianos (pastores) y diáconos –, así como sus requisitos y su función. La Biblia es la guía suficiente con respecto a lo que es la adoración y cómo debe darse, así como quien puede ser miembro de la iglesia y lo que es requerido de esos miembros. La Biblia también es suficiente para instruir acerca de cómo debe ser una iglesia y lo que debe hacer, cómo cooperar con otras iglesias, cómo enviar misioneros, capacitar hombres para el ministerio e innumerables cosas relacionadas con la voluntad de Dios para Su pueblo.

Los Bautistas Reformados se distinguen por tener una convicción inquebrantable de que la iglesia existe para la gloria de Dios

Y debido a que la iglesia existe para la gloria de Dios, la adoración a Dios y la Palabra de Dios son centrales para la vida de la iglesia. La iglesia es la casa de Dios no la del hombre. Es el lugar donde Él se reúne con Su pueblo de una manera especial. Sin embargo, esto no quiere decir que deba ser un lugar aburrido, sombrío, sin emociones, o sin vida. El lugar donde Dios habita es el lugar más glorioso en la tierra para el santo y es un oasis para el alma sedienta del pecador que busca la gracia de Dios. Sin embargo, el lugar donde Dios habita es también solemne y santo. “¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo,” fue la exclamación de Jacob en Génesis 28:17. Es esta convicción la que explica la reverencia y la seriedad de la adoración a Dios de los Bautistas Reformados. Los Bautistas Reformados se distinguen por su convicción de que la iglesia local es central en los propósitos de Dios en la tierra. Ésta época es la época de las organizaciones “Paraeclesiásticas”, tales como las agencias misioneras entre otras. Es la época de cristianos con una mentalidad de independientes que flotan de lugar en lugar sin comprometerse nunca a una iglesia. Esta actitud no solo es espiritualmente peligrosa, sino que es contrario a la voluntad revelada de Dios. Si bien, muchos han diagnosticado correctamente la falla de la iglesia en llevar a cabo su misión; la respuesta no es abandonar la iglesia, sino por el contrario buscar su reforma y restauración bíblica. Sólo la iglesia es la morada especial de Dios sobre la tierra. La gran comisión de la iglesia se cumple al enviar predicadores del evangelio por iglesias locales a plantar nuevas iglesias con los medios de la conversión, bautismo, y el discipulado. Muchas organizaciones bien intencionadas están buscando hacerse cargo de la tarea que el Dios viviente confió a Su iglesia. ¿A quién le ha confiado Dios el mandato misionero? ¿A quién le dio instrucciones Dios acerca del discipulado, de dar ánimo y formación a los creyentes? ¿A quién le confió Dios el equipar a los santos y el entrenamiento de hombres para liderar la siguiente generación? Si la Biblia que es completamente suficiente, responde que todas éstas son responsabilidades de la iglesia local, entonces no estamos en la libertad de ignorarla por razones del statu quo.

Los Bautistas Reformados se distinguen por su convicción de que la predicación es fundamental para la vida de la iglesia

¿Cómo le agrada más a Dios salvar a los pecadores? ¿Cómo le agrada más a Dios exhortar, impulsar y edificar a sus santos? ¿Cómo es Cristo más poderosamente mostrado a la mente y al corazón? ¡A través de la predicación de la Palabra de Dios! Por lo tanto, los Bautistas Reformados rechazan rotundamente las tendencias de hoy en día hacia una enseñanza superficial, servicios de predicación cancelados, el destinar los servicios de adoración a testimonios, películas, dramas, danzas, cantos u otras actividades; cediendo o sustituyendo la predicación por dichas actividades que toman ese lugar. La Palabra de Dios debe ser central en la adoración a Dios. El Apóstol Pablo advirtió que vendrá el día cuando hombres de iglesia, que diciendo profesar la fe, no soportarán la sana doctrina sino que teniendo comezón de oír, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos. Fue el mandato apostólico que el Apóstol Pablo instó con gran ahínco a Timoteo, y que en medio de tales tonterías insensatas debía de hacer – ¡“Predica la Palabra”! – (2 Timoteo 4:2-3).

Los Bautistas Reformados se distinguen por la convicción de que la salvación transforma radicalmente la vida del convertido

Es trágico que tal cosa necesite ser mencionada. Hoy en día es el tiempo del decisionismo; la idea de que uno repite cierta “oración” como si fuera una “fórmula” y como consecuencia de ello es declarado salvo. No importa si uno sigue en pecado o busca la santidad. ¡Uno puede vivir como demonio e ir al cielo!!! ¡Qué “buen” negocio! Muchos maestros populares que enseñan la biblia le llaman a esto una gran demostración de la gracia de Dios. Esto es “convertir la gracia de Dios en libertinaje”. Cuando el Apóstol Pablo describe la conversión de los Efesios él usa las palabras más opuestas que existen en el lenguaje humano: “en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor” (Efesios 5:8).Y en 2 Corintios 6:14 el Apóstol Pablo hace la pregunta retórica: “¿Y qué comunión tendrá la luz con las tinieblas?” Jesús es un gran Salvador. Él no deja a Su pueblo en su condición carente de vida (Juan 5:21, 8:12, 10:10, 10:28). Jesús vino a salvar a Su pueblo de sus pecados (Mateo 1:21). Si alguno está en Cristo nueva criatura es (2 Corintios 5:17). Jesús vino a hacer un pueblo celoso de buenas obras (Tito 2:14). No es una enseñanza bíblica que un hombre pueda recibir a Cristo como Salvador y rechazar Su Señorío. La Palabra de Dios no enseña en ningún lugar que Cristo puede estar dividido. En todo caso, si uno tiene a Cristo, uno ha recibido un Cristo completo – Profeta, Sacerdote y Rey.

Los Bautistas Reformados tienen la convicción de que la Ley de Dios (como está expresada en los Diez Mandamientos, Éxodo 20:1-17) regula la vida del creyente del Nuevo Pacto

El Apóstol Pablo dice en 1 Corintios 7:19 que, “La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios.” La época actual es una época antinominiana (sin ley) del Cristianismo, la cual no hace demandas a los “convertidos”; pero el pensar de Dios respecto a la santidad y el camino a ella no ha cambiado. La ley escrita en el corazón del hombre en la creación (Romanos 2:14-15) es la misma ley codificada en los Diez Mandamientos del Monte Sinaí y es la misma ley escrita en los corazones de aquellos que entran en el Nuevo Pacto (Jeremías 31: 33 y 2 Corintios 3:3). El Apóstol Juan escribió: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4). El Señor Jesús le dijo a Sus discípulos que la manera en la cual demostrarían que ellos verdaderamente le amarían era obedeciendo Sus mandamientos (Juan 14:15). El Señor Jesús dice en el Evangelio de Mateo 7:21-23 que muchos que profesan ser cristianos se darán cuenta que terminaron siendo echados fuera en el día postrero porque “vivían sin ley” pues no hicieron la voluntad del Padre.

De las leyes de Dios ninguna es tan odiada como el pensamiento que Dios requiere de los creyentes el dar de su tiempo para adorarle y volverse de sus intereses mundanos. En años recientes muchos han encabezado un ataque implacable contra el Cuarto Mandamiento. Albert Barnes, el pastor Presbiteriano y comentarista de la Biblia, escribió alguna vez: “La tendencia natural de las personas es a eliminar completamente el Sabath (Día de reposo o Día del Señor).El Sabath tiene más enemigos que todas las demás instituciones religiosas juntas. Asimismo, es más difícil confrontar el enemigo aquí que en algún otro lugar; porque no entramos en conflicto con argumentos sino con el interés propio, el placer y el amor a la complacencia y a la ganancia”. Juan Bunyan escribió, “Un hombre mostrará más lo que hay en su corazón y lo qué es su vida por un sólo Día del Señor que por todos los días de la semana juntos. Deleitarnos nosotros mismos en el servicio de Dios en Su Santo Día proporciona una mejor prueba de una naturaleza santificada que esperar de mala gana la llegada de tales días.”

El hombre moderno está tan adicto a sus placeres, sus juegos, y su entretenimiento que el pensamiento de tener que dejarlos por veinticuatro horas para adorar y deleitarse en Dios es visto como esclavitud legalista. Es una profunda pena ver a aquellos que dicen amar a Jesucristo rehusarse a dejar sus propios placeres. Para el pueblo de Dios, que ama Su ley y medita en ella para deleite de sus almas compradas por sangre, tal mandato no es esclavitud, sino un regalo precioso.

Los Bautistas Reformados se distinguen por una convicción por el liderazgo masculino en la iglesia

En esta época se está viviendo una feminización del Cristianismo. Dios creó dos sexos y les dio roles correspondientes pero diferentes a cada uno (complementarios). Si bien, los dos géneros son iguales con respecto a la Creación, la Caída y la Redención; Dios ha ordenado soberanamente que el liderazgo en el hogar, el Estado y la iglesia deba ser masculino. Aquellas personas cuyas mentes han sido influenciadas por esta generación encuentran desagradable y sin encajar la manera de la adoración Bautista Reformada, su liderazgo y estructura familiar. Cuando la Biblia habla de hombres liderando la oración, la enseñanza, la predicación y sirviendo como ancianos y diáconos, los cristianos deben de inclinarse con corazones sumisos y obedientes. ¡La cultura no debe marcar el rumbo ni dirigir la Iglesia de Jesucristo!

Los Bautistas Reformados se distinguen por tener una convicción seria respecto a la membrecía eclesiástica

Los Bautistas Reformados toman seriamente la amonestación de Hebreos 10:24-25, “para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos.” Los Bautistas Reformados toman seriamente las tareas y responsabilidades de la membrecía eclesiástica. En otras palabras, la membrecía realmente significa algo en las iglesias Bautistas Reformadas. No debe haber gran disparidad entre la asistencia de un domingo por la mañana y la asistencia por la tarde. Se espera que los mismos miembros asistan a todas las reuniones de la iglesia. Es imposible que alguien experimente la vida de la iglesia de la manera en la que Dios quiso y al mismo tiempo estar voluntariamente ausente de sus reuniones. Pocas iglesias harían tal demanda, pero el concepto bíblico de pertenecer a una iglesia presupone tal compromiso con Dios, con los pastores y con los hermanos y hermanas.

Mi preocupación y oración en esta entrada es si aquellos que han sostenido durante mucho tiempo las doctrinas distintivas que marcan a un Bautista Confesional histórico continuarán abrazando, exponiendo, defendiendo y propagando esas verdades a otra generación.

Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren. (1Timoteo 4:16).

Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Jud 1:3).

Soli Deo Gloria



DÍA DEL SEÑOR

Entonces te deleitarás en el SEÑOR... (Isaías 58:14)

Deleitemonos en guardar el “día del reposo” de Dios, así también Dios hará que nos deleitemos en Él. Y el SEÑOR promete reunirnos y recrearnos.  Dice Isaías 56:7  Yo los traeré a mi santo monte, y los alegraré en mi casa de oración.

El primer día de la semana es un bendito recuerdo para nosotros de varias cosas de los que somos como creyentes por su Gracia mediante la fe en Jesucristo. Y podemos decir como el Salmista:  Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él (Salmo 118:24).

Una meditación para un corazón regenerado en el Nuevo Pacto, Cada semana me recuerdan que tengo un Creador.

El Sábado está arraigado en los hechos de la Creación.

Cada semana me recuerdan que tengo un Legislador.

El Sábado, aunque es un gran regalo para el hombre, es una obligación moral del Rey de la Creación.

Cada semana me recuerda la debilidad de mi carne.

La venida del Nuevo Pacto no reescribió el ADN de nuestra humanidad. Somos criaturas débiles que necesitan (y al parecer que necesitan ser dichas) para tomar un descanso semanal.

Así como me recuerda mi descanso en Jesús, me recuerdo la necesidad de que mi cuerpo descansara de mis trabajos.

Cada semana me recuerdan que soy el hombre redimido.

¿Por qué me complace tomar un día para estar en la casa de Dios y entre el pueblo de Dios y refrescarme en descanso, adoración, servicio, reflexión y compañerismo? Una razón: Jesús se apoderó de mí y cambió mi corazón.

Cada semana me recuerdan que soy parte de una comunidad.

Amo la reunión del pueblo de Dios. Me alegro cuando se dice, vamos a ir a la casa del Señor.

Cada semana recuerdo la naturaleza de este mundo y la incomparable gloria del mundo por venir.

Necesito tiempo lejos del mundo y de las cosas del mundo (incluso aquellas cosas inocentes, aceptables y necesarias) para que no tomen constantemente mi corazón y mi atención.

Cada semana me recuerdo la promesa de un descanso sabático mejor y eterno para el pueblo de Dios.

Cada semana me recuerda la realidad del Espíritu Santo en la vida de la iglesia y la belleza de lo que es la iglesia.

Fue en el primer día de la semana que el Espíritu vino con poder en el día de Pentecostés.

Cada semana me recuerdo que Jesús resucitó de entre los muertos. Es por eso que la iglesia se ha reunido todos los domingos durante dos mil años. Ningún acontecimiento en la historia humana es tan célebre. De una manera enfocada cuando tomo las decisiones que hago de lo que voy a hacer y lo que no haré, donde iré y no iré, lo que voy a decir, lo hago no sólo bajo la sombra de la Cruz, sino de la gloriosa luz de la tumba vacía.

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! (Salmo 133:1)

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Soli Deo Gloria