miércoles, 20 de septiembre de 2017

La Teología de la Liberación: Un Análisis

La Teología de la Liberación es un movimiento que anuncia la necesidad de la participación cristiana en los procesos sociales en la liberación de las clases bajas oprimidas económicamente y políticamente. Afirma la validez de cualquier medio para alcanzar esta liberación. Incluso recomiendan el conflicto armado, como necesario, si todos los medios pacíficos fracasan.

Sin embargo, la Teología de la Liberación no debe ser considerada como un mero llamado a los cristianos para ser más activos en la lucha en contra de la injusticia. Se parte radicalmente del punto de vista Cristiano tradicional sobre la teología, la historia, el hombre, e incluso sobre Dios mismo. 

Aunque la Teología de la Liberación comenzó dentro de la Iglesia Católica, se infiltra hoy en los rangos evangélicos, incluso entre pastores y líderes. Por este motivo, es imprescindible que entendamos como las bases del movimiento se distinguen de la teología Bíblica tradicional.

Al sacerdote peruano, Gustavo Gutierrez, se le considera el padre de la Teología de la Liberación. En la manera típica de los teólogos del movimiento, él nota la alianza tradicional de la Iglesia Católica con las clases ricas gobernantes. El denuncia eso como la "Mentalidad de la Cristiandad", causada según él, por percibir la realidad como dos planes separados de existencial: Lo espiritual arriba, y lo material aquí abajo. Esto, dice Gutierrez, ha provocado una cierta separación de las preocupaciones del mundo presente en favor del cielo después de la muerte. Estos dos factores principales, la ligadura con las clases altas, más una mentalidad malsana es la base de la opresión y de la pobreza en América Latina. Los teólogos de la liberación rechazan este dualismo teológico e insisten en que las dos dimensiones, tanto la espiritual como la terrenal, son inseparables. (1) 

El análisis de Gutierrez, y otros teólogos de la liberación, es preciso, sin duda alguna. Sin darse cuenta, Gutierrez se acerca mucho a la teología de la Reforma Protestante. Los teólogos Protestantes han rechazado siempre esta separación de las dos dimensiones como una mentalidad anti-bíblica. No piensan de la realidad como dos planos distintos con su planta baja terrenal y la planta alta espiritual. Aunque reconocen la existencia de las dos dimensiones, piensan en ellas como dos engranajes entrelazados. Ambas dimensiones son lógicas e importantes. Aunque diferentes, no se contradicen. 

Es difícil, por lo tanto, encontrar defectos en el análisis de los problemas como los teólogos de la Liberación lo presentan. Tampoco se puede negar la necesidad del activismo Cristiano frente a la opresión. Tal crítica, en realidad, sería muy hipócrita por parte de los cristianos latinoamericanos si lo hicieran, porque tuvieron una revolución hace 200 años para deshacerse de la colonización y la opresión española. ¿En base a qué, pues, les negaríamos el mismo derecho hoy a los latinoamericanos?

En esto se halla la dificultad para analizar un movimiento controversial como es la T.L., porque contiene una mezcla complicada de lo bueno con lo malo. Por eso, es preciso que los Cristianos serios escudriñen el asunto a la luz de las Escrituras para distinguir lo correcto de lo incorrecto.

El mensaje de salvación BIBLICO (en oposición a las distorsiones de ello por algunas iglesias tradicionales) liberta la mente del pueblo de su concepto como seres destinados a la pobreza y a la miseria. La Palabra de Dios aumenta su sentido de autovalor como seres humanos amados por un Dios eterno. La Biblia enseña claramente como los humanos deben tratarse entre si. Todo esto prepara el despertar mental y moral, lo que es necesario para forzar cambios sociales extensos. Y yo uso la palabra "forzar" a propósito.

Algunos insisten en que la Cristiandad ha fracasado en varias regiones del mundo, incluyendo en América Latina, porque no ha producido los cambios sociales esperados. En cambio, yo afirmo que en todos los lugares donde el Evangelio supuestamente ha “fracasado", se puede demostrar una de dos cosas: Primero, que el Evangelio fue rechazado por la gran mayoría de la gente. (En tal caso, la culpa no es del Evangelio) O, el supuesto "Evangelio" que fue anunciado, no era el Evangelio Bíblico de la Justificación Por La Fe sin méritos, sino una perversión fétida que no era en forma alguna el Evangelio.

Ya sea grande o poco el impacto del Evangelio sobre la sociedad, los cristianos deben evitar dar la impresión que los cambios sociales son el mayor propósito del Evangelio. Una sociedad justa y equitativa NO ES el mayor propósito del Evangelio. Su valor NUNCA debe ser medido por tales resultados. Los cristianos deben poner en claro que la verdad y la moralidad son absolutas, universales y eternas. Predicamos el Evangelio simplemente porque es la verdad; sea que traiga cambios sociales o no. Este motivo para predicar no es solamente el mejor. Es el único aceptable. Afirmar lo contrario es caer en la filosofía del Consecuencialismo, es decir, la noción de que la verdad y el error, lo correcto y lo incorrecto se determinan por sus consecuencias. Esta es filosofía anti-cristiana, algo que todo creyente debe rechazar con vehemencia. No debemos ni soñar en ceder sobre este punto. Es precisamente sobre este punto que comenzamos a ponernos en desacuerdo con la Teología de la Liberación.

PUNTOS DEBILES EN LA TEOLOGIA DE LA LIBERACIÓN
(Debilidades Teológicas)

A. SU FILOSOFIA BASICA 

La base filosófica de Gutierrez para evaluar la verdad es nada más que la teoría Marxista de La Determinación Económica y Social. El Determinismo Marxista declara que las consideraciones económicas dentro de las clases sociales determinan todo lo que la gente va a creer y hacer. Las diversas creencias son causadas por la interacción materialista de los hombres en sus clases sociales y no pueden tener validez objetiva fuera de ella. Mas, el bienestar del hombre es la realidad última, y la diferencia entre la verdad y el error debe ser medida por este criterio y nada más. Según el Determinismo Marxista, lo que contribuye a la lucha de clases hacia una sociedad socialista utópica es buena, sea la guerra o la paz, asesinato o caridad.

Gutierrez no hace caso a la contradicción absurda escondida en esa teoría. Si las creencias no tienen validez porque son nada más que el fruto de una determinación económica, entonces, ¿qué del Marxismo mismo? ¿No es ello una creencia? Si, pues, ello ocurre por determinación económica, entonces pierde también validez. Pero como todos los Marxistas o teólogos de la liberación, la lógica sirve para adquirir lo que quieren. Pero cuando la lógica les contradice, no hacen caso.

Gutierrez revela la base de su pensamiento al citar lo siguiente de Karl Barth: "El hombre es la medida de todas las cosas en vista de que Dios se hizo hombre." (2) En esto reconocemos al instante la primera presuposición de la filosofía anti-cristiana conocida como “HUMANISMO". Tal dicho no es cristiano. Tampoco es cristiana la última parte de la cita, considerando que no existe conexión lógica entre la encarnación de Cristo y la exaltación del hombre como la medida de todas las cosas. 

Si cabe duda en la mente del lector de que la base filosófica de la Teología de la Liberación es nada más que el Marxismo disfrazado, notemos esta cita del teólogo Kirk: 

Aplicando la dialéctica a la comprensión teológica, descubrimos  que el método de Marx, es, ahora, la mejor manera para entrar en una comprensión contemporánea del texto Bíblico.

¡Increíble! según Kirk, ¡No podemos entender la Biblia sin Marx! Tales afirmaciones invitan a los cristianos serios a que rechacen a primera vista la Teología de la Liberación. Para los cristianos evangélicos esto es grave, porque reconocemos que la Biblia se interpreta por la Biblia, no por algún ateo comunista. La Confesión de Fe de Westminster, una de las más antiguas y respetadas confesiones lo expresa de esta manera:

"El consejo entero de Dios, tocante a todas las cosas necesarias por Su propia gloria, la salvación de hombre, la fe y la vida están expresados en las Escrituras, o por buena y necesaria consecuencia puede ser inferido de las Escrituras." 

Gutierrez y Kirk dicen que los eventos históricos evalúan la verdad. La Biblia juzga a todos, y ella no es juzgada por nadie. La Palabra de Dios juzgará las acciones de los hombres, no viceversa. 

Así, la Teología de la Liberación representa una amenaza a la Cristiandad Bíblica, más allá de un mero llamado a la acción social. Es un intento de abandonar la Biblia como la medida final de las acciones humanas y adoptar en su lugar un pragmatismo histórico. Una de estas bases filosóficas está errada: la de la Biblia, o la de la Teología de la Liberación. El lector decidirá. 

B. MANIPULACION SEMANTICA 

Los teólogos izquierdistas son famosos por un juego que llamamos la "manipulación semántica". Esto quiere decir, usar palabras Bíblicas o religiosas de una manera totalmente diferente de la que los escritores de la Biblia querían. Es como si una palabra Bíblica fuera una copa que estos teólogos tomaron, y luego de vaciar su contenido, la echaron otro contenido a su propio antojo. Los que no han tenido entrenamiento teológico son a veces engañados porque tal manipulación da una impresión de autenticidad y ortodoxia a las enseñanzas de estos teólogos, aunque comunican conceptos extranjeros al pensamiento Bíblico. He aquí algunos ejemplos:

"Solo Marx entre los filósofos modernos comparte la fe profética de Israel: su Mesianismo y su pasión por la justicia vienen de la Biblia." (Kirk, "Teología de la Liberación", P.82) 

¿Cómo es que a un ateo como Marx, enemigo intransigente de la cristiandad, le atribuyen una "fe profética"? Simplemente por vaciar las palabras "fe" y "profética" de su significado original como uno ungido de Dios por el Espíritu para anunciar la Palabra Divina, y luego llenar estas palabras otra vez con la noción de una persona que entiende procesos históricos y el triunfo final del Comunismo. El "Mesianismo" ya no es la promesa de un Salvador Divino que quita el pecado, sino un salvador humano que quita el Capitalismo. Más, si la pasión de Marx por la justicia provenía de la Biblia, ¿por qué era ateo? La Biblia siempre define la justicia como obediencia a la ley divina.

Otro teólogo de la Liberación, José Miranda, le da a la palabra "pecado" otra definición: 

"Marx y San Pablo coinciden en su intuición de la totalidad de la maldad:...Pablo le llama a esta totalidad, 'mundo'. Marx le llama 'Capitalismo'." (3) 

Con un poco de manipulación verbal, la definición bíblica de la palabra "pecado", como transgresión de la ley divina, ha sido echada fuera. Ahora oímos de Miranda que "pecado" quiere decir “Capitalismo". Aunque Miranda no lo dice con tantas palabras, aparentemente piensa que si Pablo viviera hoy, sería un buen Marxista; ¡o que el ateo Marx sería un buen cristiano! 

Algunos de los dichos de estos teólogos son realmente divertidos. El teólogo Schillebeeckx (de Holanda) dice: 

"...el reino de Dios consiste en hacer el mundo un lugar mejor. Solamente así podré describir lo que significa el reino de Dios."
¡Imagínese! Jesús dio l3 parábolas en el evangelio de San Mateo sobre el reino de Dios. Todas son fáciles de interpretar. Sin embargo, ¡este teólogo no tiene ni la menor idea de lo que es el reino de Dios hasta que el mundo mejore! 

C. CRISTOLOGIA DEBIL (Doctrina Tocante a Cristo) 

Aunque la Biblia anuncia francamente el Señorío absoluto de Jesucristo, tales afirmaciones están notablemente ausentes en la Teología de la Liberación.

El Señor Jesucristo reclamó lo que el Padre le había dado, "Toda potestad en el cielo y en la tierra." Mt. 28:18 Pero la humanidad está en rebeldía en contra de esta autoridad. Este es el problema fundamental del hombre y la fuente de cualquier otro problema. Según la Biblia, la solución es la obediencia a Dios y a sus leyes, con sumisión a la autoridad suprema del Señor Jesucristo. Sobre este punto las Escrituras son intransigentes: Si el hombre no se somete a Dios y no obedece sus leyes, no hay esperanza. Dios promete el fracaso de todo sistema que no está basado en la obediencia a El.

Pero los teólogos de la Liberación insisten en que el pueblo tiene derecho a la auto-determinación. ¿Tienen razón? Si quieren decirlo en un sentido absoluto, la respuesta es ¡NO! El hombre tiene autonomía solamente dentro de los límites de las leyes de Dios. Fuera de estos límites, el hombre es transgresor y será juzgado por serlo. 

En esto estriba la gran paradoja de la cristiandad, paradoja que el hombre pecaminoso no aguanta oír: Servirle a Jesús es la libertad más grande del universo.

¿Reconocen esto los teólogos de la Liberación? Note lo que dice Gutierrez:

"Así el hombre poco a poco agarra las riendas de su propio destino” (P.29) "El hombre, maestro de su propio destino." (P.27)


En resumen, los cristianos deben hacer entender que "Nosotros el pueblo...", está siempre precedido por "Yo, El Señor..." 

D. SOTERIOLOGIA DEBIL (Doctrina de la Salvación)

"El hombre se salva si se abre a Dios y a los demás, incluso si no se da cuenta que está haciéndolo." (3)

Así Gutierrez atribuye la clave de la salvación a algo que el hombre produce en si mismo por actividad social. Pero la Biblia dice, "Por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pués es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe." Ef.2:8-9

La base entera de la doctrina de la salvación de la Teología de la Liberación es simplemente una expresión de la auto-decepción favorita de la humanidad: Que el hombre pecaminoso puede contribuir algo para su salvación. Sin esta presuposición, nada en la Teología de la Liberación tiene sentido. Pero nosotros como cristianos evangélicos no podemos conceder esta presuposición porque la misma Biblia no la concede. 

E. ESCATOLOGIA DEBIL (Doctrina de las Ultimos Eventos) 

El capítulo ll del libro de Gutierrez tiene por título "Escatología y Política". En el, se explica la esperanza de Gutierrez para el futuro. El hombre, al reconocer su dignidad, debe luchar con fe en contra de las fuerzas sociales que le oprimen. Esto resultará eventualmente en la creación de una sociedad justa e imparcial. Por este proceso, el hombre contribuye a la entrada del reino de Dios en el mundo. Gutierrez dice, "El Evangelio no provee ninguna utopía para nosotros; esto es una obra humana." P.238 
Tiene razón, en parte. Dios quiere que trabajemos para mejorar la humanidad y para la creación de una vida mejor en la tierra. Es decir, todos somos responsables de obedecer la ley de Dios, lo que incluye el amor al prójimo. Si podemos crear una sociedad justa y equitativa en la tierra, pues, hagámoslo. 

Lo único que se critica en este punto de vista de la Teología de la Liberación, es la presuposición de que eso va a suceder. Si los teólogos de la Liberación conocieran mejor sus Biblias, pensarían de otra forma. 

La Biblia dice que Cristo regresará después de que la humanidad se haya casi exterminado. Luego volverá a establecer su reino. Separará a sus fieles de los demás que serán juzgados. Las cosas van a ir empeorando hasta que venga Jesús. 

A la luz de la Biblia, ¿Cómo puede algún teólogo "cristiano" imaginar que habrá una utopía socialista en la tierra? 

¿Significa eso que debemos abandonar la lucha y no hacer nada? NO! No rechazamos la medicina simplemente porque algunos pacientes morirán de todas formas. El cristiano no debe vivir con los brazos cruzados esperando la segunda venida de Cristo, no haciendo nada por los demás. El cristiano es realista. Entiende que la maldad sale del corazón del hombre y no de la sociedad en que vive. Pero sabe también que existe UNA SOLA solución para los problemas de la humanidad...obediencia a Dios.

Deficiencias Políticas y Económicas

A. UN CASAMIENTO MAL HECHO

Los que conocen poco de la Teología de la Liberación pueden fácilmente suponer que es nada más que un llamado a los cristianos para la acción social, y que las tendencias izquierdistas de algunos de estos teólogos son coincidencias. Pero tal suposición es errónea. Una boda entre el Marxismo y la Cristiandad se ha efectuado y fue bien planeada.

Se ve que la base filosófica de la Teología de la Liberación es la filosofía Marxista sobre la verdad y la historia. Hasta la misma Biblia se evalúa por ella. La manifestación suprema del pecado se llama "capitalismo". La esperanza del hombre para el futuro es, según la Teología de la Liberación una utopía socialista. El "profeta" más grande del siglo veinte, con visión "mesiánica" es Karl Marx. 

Que nadie imagine que lo que estamos diciendo es simplemente una acusación reacionaria en contra de los que tienen tendencias izquierdistas. Son los mismos teológos de la Liberación que insisten en tal unión. Sabiendo esto, ¿no nos corresponde preguntar lo que los teólogos de la Liberación están intentando llevar a cabo? Se interesan de veras en ayudar a los pobres? O es un intento para hacer que los cristianos escuchen el Marxismo? Si así no fuere, Por qué insistir en tal unión entre el Marxismo y la Cristiandad? 

B. ¿EXITOS SOCIALISTAS? 

De todos los motivos para no asociarse con el Socialismo, el siguiente es el mejor: El socialismo es un fracaso. Prueba de esto son las siguientes verdades: 

Primero, es otra forma de opresión. Mientras que los bienes son distribuidos con más igualdad, eso ocurre al costo de la iniciativa personal y de las libertades de todos. Miles de personas cada año arriesgan sus vidas para escapar de estas “utopías” socialistas. 

Segundo, el socialismo es un parásito de la pobreza. No puede existir en la presencia de la prosperidad. La naturaleza humana es tal que al instante en que la gente empieza a prosperar y adquirir bienes, pierden todo deseo de compartir. Por este motivo, los países socialistas tienen que mantener a su pueblo en una pobreza relativa. Cualquiera de estos dos extremos, la pobreza brutal o la prosperidad, ponen en peligro al gobierno socialista. Si prosperara demasiado, el pueblo dejaría el socialismo. Si se empobreciera demasiado, se rebelaría. Eso explica por qué ningún país socialista ha alcanzado, ni alcanzará, el nivel de vida como los Estados Unidos, Europa, y otros países capitalistas. Lejos de ser utopía, el Socialismo/Marxismo es una garantía de nunca alcanzar aquel estado de bienestar que anhelan.

Tercero, los que han vivido bajo el socialismo están abandonándolo.

C. EL CAPITALISMO: ¿Es Una Palabra Sucia? 

Los teólogos, filósofos y profesores de universidades, tienen talento para injertar presuposiciones escondidas en sus obras de una manera tan astuta, que los indoctos aceptan sus argumentos sin darse cuenta del engaño. Dan la impresión que ciertas cosas son demasiado obvias para que valga la molestia de una explicación. Para ellos son los insensatos no-intelectuales que cuestionan sus presuposiciones. Es cuando les desafiamos a comprobar sus presuposiciones que aparece lo vacío de su posición. 

Ejemplo: Para los teólogos de la Liberación, es demasiado OBVIO que el Capitalismo es una gran maldad. José Miranda lo llama la manifestación final del pecado. ¿Qué bruto cuestionaría eso? Gutierrez dice que la humanidad se divide en dos clases: "opresores y oprimidos; dueños de los medios de producción y los que son despojados del fruto de su trabajo." Para el, es obvio que los propietarios de los medios de producción estén oprimiendo a los demás. Los dueños de las fábricas son categóricamente malos, sin excepción. Para ellos, esto es obvio. 

Pero no es tan obvio para mí. Y yo quisiera cuestionarlo. No pienso que la palabra “Capitalismo” es sucia. La palabra “sucia” es OPRESION. Claro, el Capitalismo puede llegar a ser muy opresivo si se permite que corra desenfrenado, como es el caso a menudo en el tercer mundo. Pero lo mismo es verdad del Marxismo. Si el lector duda de esto, que hable con uno de estos que han escapado de un país comunista.

Los que toman la iniciativa, que arriesgan su dinero, que usan la lógica, la planificación creativa, merecen avanzar más que los que no lo han hecho así. Eso no es una opresión. Tampoco acepto yo la presuposición izquierdista de que la única manera de prosperar es quitarles a otros lo que les pertenece. Si uno produce algo que beneficie a todos, merece su recompensa. Una economía libre, sin abusos, hace esto. 

Resiento las opciones absolutistas de la Teología de la Liberación que intentan hacerme escoger entre un Capitalismo explotador de un lado, y el Marxismo del otro lado. No me gusta la acusación de que no soy buen cristiano si no escojo el Marxismo. Existen otras opciones.

UNA SOLUCION

La necesidad de cambios en nuestros países puede ser resumida en dos palabras: REFORMA Y REVOLUCION.

Por "reforma" quiero decir una Reforma Protestante de la clase que liberó la mayor parte de Europa y preparó el camino para las reformas socio-económicas que hicieron posibles la prosperidad de estos países que son mayormente de fe protestante hoy.

Las supersticiones idólatras que ocupan el tiempo y el dinero de la gente común serían destruidas. La dignidad y auto-valor del individuo serían restauradas para que uno no se vea obligado a resignarse a la miseria para tener una vida mejor en el cielo. Su mente sería despertada. El anti-intelectualismo se iría. No aceptará más los dogmas basados en autoridad eclesiástica, pero formaría sus propios puntos de vista basados en la lectura de la Palabra de Dios. Su mente alcanzaría el poder de razonamiento abstracto hasta entender otras ideas abstractas también, tal como la democracia.

Por "revolución" quiero decir la ruptura del poder de las clases ricas gobernantes y una re-distribución imparcial de las tierras; la destitución del poder de los oficiales militares ricos que interfieren en los procesos democráticos; la creación de un sistema democrático (no Marxista/Socialista) que sea democrático en verdad; no una farsa patética como la que existe en algunos países.

RESUMEN GENERAL
La Teología de la Liberación es muy correcta en su análisis de los problemas sociales; correctos para criticar el vínculo de la Iglesia Católica con las clases gobernantes. Pero se equivoca al abandonar la Biblia como criterio de la verdad Cristiana en favor de una filosofía Marxista. Los que hacen eso deben dejar de llamarse "cristianos". Están errados al definir la teología como "la reflexión crítica del hombre sobre si mismo". (Cita de Gutierrez) Eso es Antropología, no Teología. Tal método teológico pervierte todas las ramas de pensamiento Bíblico.
BIBLIOGRAFIA
(1) Gutierrez, Gustavo UNA TEOLOGIA DE LIBERACION (Libros Orbis,
N.Y. l973) P. l0-13 
(2) Ibid, P.7 
(3) Ibid, P.l5l
Por  Roger L. Smalling, M.Å
Soli Deo Gloria


Revisión del libro: Jesús en cada página por David Murray

En esta oportunidad deseo compartir lo que encontré y también invitar a otros que están conociendo más de la teología Bíblica y puedan leer y revisar una copia del libro de David Murray, Jesús en cada página (Jesús on Every Page).  Esperando beneficiarnos y recomendar a otros.

Es Jesús en cada página El Dr. Murray nos da una descripción bien descrita sobre el mensaje de toda la Biblia, sobre la historia de la redención hecho por Jesucristo. El Dr. Murray no deja ninguna piedra sin mover para demostrar que de hecho "Moisés y todos los profetas" hablan de Jesús y su obra (vea Lucas 24:27).

Hay mucho en este libro vale la pena elogiar. Me gustaría enumerar las tres cosas que más me gustaron:

Está claro - el Dr. Murray es muy agradable en cómo escribió este libro. Parece como si estuviera sentado en la habitación contigo en lugar de estar detrás de un atril.
Es exhaustivo - el Dr. Murray cubre todas las formas en que Jesús es visto en el Antiguo Testamento. Sólo para nombrar algunos, él cubre a Jesús como se ve en los personajes, leyes, historia, profetas, tipos y poemas del Antiguo Testamento. Y Jesús en los pactos presentes.
Es accesible - esto es un trabajo teológico pero es una lectura fácil. El Dr. Murray hace la teología legible y agradable. Esta es una teología bien hecha.

Este libro debe encontrar su camino en muchas iglesias. Me animaron mucho a ver las preguntas de discusión para cada capítulo incluido. Esto haría un gran recurso para el estudio personal o para grupos pequeños. Las copias están disponibles AQUÍ en Amazon.

Sugerencias de otros libros en español para estudiar Teología Bíblica.
Predica - La centralidad de Cristo en la predicación. Por Edmund Clowney
El Misterio Revelado.  Por Edmund Clowney
Como Predicar de CRISTO usando toda la Biblia. Por Graeme Goldsworthy
Evangelio y Reino. Por Graeme Goldsworthy
El gran panorama Divino. Por Vaughan Roberts
Predicar: La Gran Historia de Dios. Por Phil Crowter
Salmos de Guerra del Príncipe de Paz. Por Jaime Adams
El Relato Divino. Por Vang, Preben & Carter, Terry G.

Soli Deo Gloria


martes, 19 de septiembre de 2017

¡He aquí, vengo pronto!

Apocalipsis 22: 7 "He aquí, yo vengo pronto." 

Apocalipsis 22:12 "Y he aquí, vengo pronto." Pero aquí tenemos las últimas palabras de él "que viven, y estaban muertos; y he aquí que está vivo para siempre "(Apocalipsis 1: 18). El que tiene las llaves de la muerte y el infierno. Si alguna vez hubo palabras a las cuales deberíamos prestar nuestra atención completa, indivisa y más seria, es a estas palabras de "Jesucristo, el testigo fiel, y el primogénito de los muertos, y el príncipe de los reyes de los tierra "(Apocalipsis 1: 5). ¿Cuánto más debemos prestar atención al Rey de reyes y Señor de señores cuando Él no habla una sola vez ni dos veces pero tres veces, su última palabra a la iglesia y al mundo fue. "He aquí ciertamente, vengo pronto."

Estas palabras son casi las últimas palabras del último libro inspirado e infalible de las Escrituras de Dios.

Yo vengo pronto. "Los burladores se burlarán, de ese día está fijado y designado en la corte del cielo cuando el Padre diga: "HECHO!", Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con El, entonces se sentará en el trono de su gloria; y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. (Mateo 25: 31-32). Entonces todas las almas de los redimidos que murieron en el Señor y todos los ángeles lo seguirán mientras regresa una vez más a la tierra, esta vez en la plena gloria y esplendor que es suyo como el Hijo de Dios. Y esto hará como dijo: " 
He aquívengo pronto."

Si una persona nos diera su palabra directamente diciendo que viene y que viene rápidamente, nos prepararíamos de inmediato y completamente para su llegada. Y entonces, ¿qué tan cuidadoso y ansioso seríamos para vigilar, mirando constantemente hacia fuera y buscando el momento en que aparecería a nuestra puerta?. Oh, pero tristemente, el Rey de la gloria les ha enviado a decirles a todos que Él viene y rápidamente, sin embargo, cuán pocos han escuchado su anuncio, cuán pocos se están preparando, cuán pocos están esperando ansiosamente, esperando el momento, Él viene rápidamente.

La mayor parte de la humanidad se vive como si el Señor nunca hubiera pronunciado estas palabras una sola vez, olvidando por completo que las había dicho tres veces más. Y muchos de entre esa vasta multitud... ¿eres uno de esos?  Muchos entre la inmensa multitud de los descuidados han ido más allá de mera negligencia y se han burlado de esta promesa. Son como los que en los días del Apóstol Pedro dijo: "¿Dónde está la promesa de su venida? porque desde que los padres se durmieron, todas las cosas continúan como estaban desde el principio de la creación"(2 Pedro 3: 4). Se burlan y se burlan y se burlan diciendo, ¿dónde está este Jesús? ¿Qué es de Él? Han pasado dos mil años desde que se fue y no hay señales de él. Estos burladores han olvidado aquella palabra más inspirada del apóstol Pedro: "No ignoréis esto, que para el Señor un día es como mil años y mil años como un día" (2 Pedro 3: 8). 

Si estos burladores hubieran considerado la espantosa venganza con que Dios borró a todo un mundo de impíos, de una sola vez, seguramente no se burlarían de su amenaza de un juicio igualmente terrible. Se declara por la misma palabra que los cielos y la tierra que ahora son serán destruidos por el fuego. Esto ocurrirá con tanta certeza como la verdad y el poder de Dios pueden hacerlo. Aquí se enseña y afirma a los cristianos en la verdad de la venida del Señor. Aunque, según cuentan los hombres, hay una gran diferencia entre un día y mil años, según la cuenta de Dios no hay diferencia. Todas las cosas, pasadas, presentes y futuras, están siempre delante de Él; la tardanza de mil años no puede ser tanto para Él como para nosotros es postergar algo por un día o por una hora. Si los hombres no tienen conocimiento ni fe en el Dios eterno, se inclinan a pensar que Él es como ellos. ¡Qué difícil es formarse la idea de la eternidad! Lo que los hombres cuentan como tardanza, es paciencia, y es a favor de nosotros; es para dar más tiempo a su pueblo para que avance en conocimiento y piedad, y en el ejercicio de la fe y la paciencia, para que abunde en buenas obras, haciendo y sufriendo aquello para lo que son llamados, para que puedan dar gloria a Dios. (Matthew Henry)

Y esto no es una reaparición desnuda. Él viene por esta razón, para juzgar la tierra, cada hombre y mujer. En aquel día, cuando El regrese, "todo ojo le verá, y también los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra se lamentarán por causa de él" (Apocalipsis 1: 7). Sí, todos los ojos lo verán, los ojos de los reyes y los mendigos, los de los ricos y los pobres, tus ojos y los míos. Los muertos en sus sepulcros serán resucitados, y juntamente con los vivos en ese día lo levantarán y lo verán venir como Judas ha escrito "con diez mil de sus santos, para ejecutar el juicio sobre todos y para condenar a todos los impíos de todas sus obras de impiedad, que han hecho impíamente... "(v. 14, 15).

Las Escrituras se refieren a este día como el día grande y terrible del Señor. Exactamente así será para cada pecador y cada escarnecedor en el regreso del Señor. Todos los que no se arrodillan ante Cristo en este cuerpo mortal, se doblarán de rodillas en su cuerpo resucitado y confesarán con su lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios Padre. Escucha la descripción de la escena de aquel gran día cuando Él viene rápidamente  (Apocalipsis 20: 11-15). 

"Y vi un gran trono blanco, y el que estaba sentado sobre él, de cuya cara huyeron la tierra y el cielo; y no hallaron lugar para ellos.

Y vi a los muertos, pequeños y grandes, que estaban delante de Dios; y se abrieron los libros, y se abrió otro libro, que es el libro de la vida; y los muertos fueron juzgados por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que estaban en él; y la muerte y el infierno entregaron los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Esta es la segunda muerte. Y cualquiera que no fue hallado escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego."

Oh, lector, ¡qué terrible día será para todos, para vosotros, si no os habéis arrepentido y creído, si no os habéis apoderado de Cristo por la fe como Redentor antes de aquel día! Considere cuidadosamente esta palabra solemne - si usted no ha conocido al Señor Jesús como su Salvador en esta hora presente, entonces lo conocerá como su Juez en la hora en que Él viene rápidamente, y Él pronunciará su condena en esa hora antes de que los reunidos universo de hombres y ángeles.

Piensa por un momento lo que será cuando el Señor de los ejércitos se sienta sobre su trono de juicio. Todo su ojo que ve, penetrará en todo corazón y hará que cada pecador conozca cada pecado que haya cometido. Entonces confesarán delante de él y de aquella vasta asamblea que su sentencia será justa cuando les declare: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles" (Mateo 25:41). ¿Y quiénes son estos malditos? De este mismo último libro de la Escritura inspirada tenemos esta descripción: son "Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos que tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la segunda muerte "(Apocalipsis 21: 8).

¿Crees que no estás en la lista? ¿Dices que estos no son mis pecados? Ellos SON, porque la Escritura declara claramente "cualquiera que guarde toda la ley, y sin embargo ofenda en un punto, es culpable de todos" (Santiago 2:10). Si todavía estás fuera de la seguridad del perdón de los pecados a través de la sangre de Cristo Redentor, estás en este momento dentro de la justa condenación de Cristo el Juez que es fuego consumidor (Hebreos 12:29) y todo lo que espera es la ejecución de su sentencia. Lector, no deseche estas palabras como cuento o mitos para los débiles de mente. Tú tienes el testimonio de los profetas y apóstoles, el testimonio de los ángeles, y la palabra de Jesucristo mismo, no una ni dos veces, sino tres veces la verdad: "He aquí, vengo pronto".

¿No debemos entonces alegar cuando las cosas de la eternidad están delante de nosotros? Si el edificio en el que estás ahora está en llamas, ¿no dirías claramente y directamente a todo el interior instándolos a huir y escapar del peligro? ¡Cuánto más entonces debemos ser claros y directos cuando no sólo nuestros cuerpos, sino nuestras almas están en peligro eterno!

Vengo rápidamente - consuma sus pensamientos, y que ellos sean un grito incesante en sus oídos para huir a Jesucristo A arrepentirse de sus pecados y creer en su sangre derramada como su única esperanza de purificación de ellos. No tomar cuidado oportuno será para usted como el Señor dijo, "el último estado de ese hombre es peor que el primero" (Mateo 12:45). Para el pecador, ese día cuando el Señor venga pronto será como el profeta Sofonías lo describe como "un día de ira, un día de angustia y aflicción, un día de desolación y desolación, un día de tinieblas y oscuridad".

Pero hay otra escena en ese día que merece la atención. Pero  será diferente será el carácter de ese día para los redimidos por la sangre del Cordero. Porque ese día cuando Él venga pronto será un día de gozo y deleite para el creyente. Oh, ustedes que son los creyentes, "levante sus cabezas para que su redención se acerque" ... porque He aquí, Él viene rápidamente! ¡Lo veremos con ojos inmortales e incorruptibles en ese día! El que es el resplandor de la gloria de su Padre y la imagen expresa de su persona, lo veremos con nuestros propios ojos. Incluso Moisés no pudo soportar la visión de la gloria de Dios en la tierra, pero en el día que el Señor Jesús viene rápidamente, se cambiarán nuestros cuerpos viles, y que deberá contemplarle los santos de Dios, "ahora nuestra salvación está más cerca que cuando creímos" (Romanos 13:11) y en ese día cuando Él venga pronto, nuestra salvación será completa. Habrá plenitud de gozo y placeres para siempre en su mano derecha. En aquel día todos los redimidos serán como él, porque lo veremos cómo es, y que puede concebir hasta la menor parte de él, porque no ha visto oído, ni oído, ni ha entrado en el corazón del hombre lo que Dios ha preparado para los que le aman.

El Rey en su belleza. ¿Quién puede saber lo que será esa vista con simples palabras humanas? Veremos a los ojos de Aquel que nos vio en la eternidad pasada, que nos amó con un amor eterno y que nos atrajo en amor hacia sí mismo. Sus ojos brillarán con deleite cuando vea a su esposa, la iglesia, adornada de blanco, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, y nosotros, a su vez, lo miraremos con una admiración sin mancha y sin mancha por el pecado y la fragilidad más tiempo. Pecador, teme y tiembla porque "¡He aquí, vengo pronto!" Huid a Cristo como Salvador mientras tenéis este momento en el tiempo. Y hermano, regocíjate por esta palabra: "¡Ciertamente, vengo pronto!"

Veremos Su gloria, sí, y veremos sus heridas. Esas heridas que recibió en el Calvario, ahora se hicieron aún más gloriosas por la plenitud de esa gloria que tuvo con el Padre antes de que el mundo comenzara. Veremos sus manos traspasadas y sus pies heridos y su lado destrozado, y adoraremos al Cordero de Dios para siempre y cantaremos "un cántico nuevo, diciendo... que fuiste muerto, y nos has redimido a Dios por tu sangre de toda parentela, lengua, pueblo y nación; Y nos has hecho a nuestro Dios reyes y sacerdotes "(Apocalipsis 5: 9-10a).

Veremos su gloria y veremos sus heridas, pero también veremos su rostro. Por primera vez, innumerables multitudes de redimidos mirarán el rostro de su querido Redentor con ojos hechos capaces de llevar la gloria. ¿No nos hemos preguntado de vez en cuando cómo será? ¡En ese día, cuando Él venga pronto, lo sabremos! Veremos los ojos de Aquel que nos vio en la eternidad pasada, que nos amó con un amor eterno y que nos atrajo en amor hacia sí mismo.

Entonces veremos su sonrisa mientras Él se regocija sobre nosotros con alegría, y escucharemos su voz por primera vez con nuestros oídos, y hará que nuestros corazones salten dentro de nosotros mientras Él habla esas palabras maravillosas: "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde antes de la fundación del mundo." 
EN PRESENCIA ESTAR DE CRISTO 

En presencia estar de Cristo,
ver su rostro, ¿Que será
Cuando al fin en pleno gozo
mi alma le contemplará?

CORO:
Cara a cara espero verle,
más allá del cielo azul;
Cara a cara en plena gloria
he de ver a mi Jesús.

Sólo tras oscuro velo,
hoy lo puedo aquí mirar,
Más ya pronto viene el día
que su gloria ha de mostrar.

Cuanto gozo habrá con Cristo 
cuando no haya más dolor,
Cuando cesen los peligros
y ya estemos en su amor

Cara a cara, ¡cuán glorioso
ha de ser así vivir,
Ver el rostro de quien quiso 

nuestras almas redimir.
Soli Deo Gloria


viernes, 15 de septiembre de 2017

Gracia Soberana

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:16)

La gracia soberana no es una denominación religiosa ni un movimiento teológico. Es una expresión concisa de la clara enseñanza de las Escrituras que describe quién es Dios y cómo salva a un pecador. Dios es soberano. Él es el Dios más alto (Génesis 14:22), supremo y elevado en autoridad, carácter, dignidad y valor sobre todas sus criaturas. Él no es responsable ante nadie (Job 33:13). Él hace lo que quiere, cuando quiere, con quien le agrada (Is. 46:10). Él no es dictado ni influenciado en grado alguno por nadie o cualquier cosa y no puede ser cuestionado u obstaculizado en nada de lo que Él hace (Daniel 4:35; Romanos 11:34).
"¡Haz una pausa, alma mía! ¡Adora y asómbrate!
Pregunta: oh, ¿por qué tanto amor por mí?
La Gracia me ha contado entre el número
De los miembros de la familia del Salvador:
¡Aleluya!
Gracias, eternamente gracias, sean dadas a Ti."

La gracia es el eterno favor y bendición de Dios sobre un pecador que ni lo merece ni lo busca. La gracia es salvación. La gracia es Cristo y todos los beneficios de su vida meritoria y de la muerte expiatoria del pecado otorgada al desgraciado que es merecedor de sólo condenación y castigo. La gracia soberana es el Dios soberano que se propuso y prometió ser amable con quien Él tendría misericordia, y luego llevar a cabo ese propósito y cumplir con esa promesa al poner aquellos objetos de gracia en Cristo y Cristo en ellos (1 Corintios 1:30; Col 1:27).

Soli Deo Gloria



jueves, 14 de septiembre de 2017

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El Bautismo y la Unidad de la Iglesia (CBL 1689)

¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? (Ro. 6:3).

Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu. (1 Cor. 12:13.)

El apóstol Pablo plantea una pregunta acerca de nuestra santificación: ¿No saben ustedes que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús fue bautizado en su muerte? Romanos 6: 3 La pregunta de Pablo en este pasaje apela tanto a la realidad del bautismo como al significado fundamental del bautismo en la vida cristiana. Debido a que hemos sido "bautizados en Cristo Jesús", este pasaje simboliza lo que se ha hecho por nosotros. En un nivel fundamental, el bautismo apunta a Jesucristo y a nuestra unión con Él por la fe. Y Dios nos concede en  herencia todos los recursos en gracia que necesitaremos para  ser llevados del pecado a la salvación, de la muerte a la vida, y de la tierra al cielo. De esta manera, estamos llamados a enfocarnos y ver lo que significa el bautismo. El bautismo es un signo visible de nuestra unión con Cristo en su muerte y resurrección. Es una imagen de nuestro "injerto en Cristo, de la remisión de los pecados, y de su entrega a Dios, por Jesucristo, para caminar en novedad de la vida.

Confesión Bautista de Fe de Londres, Cap. 29 Parr. 1
El bautismo es una ordenanza del Nuevo Testamento instituida por Jesucristo, con el fin de ser para la persona bautizada una señal de su comunión con él en su muerte y resurrección, de estar injertado en él, de la remisión de pecados  y de su entrega a Dios por medio de Jesucristo para vivir y andar en novedad de vida.

A medida que la fe se aferra a esta verdad del evangelio, estamos llamados a recordar lo que nos dice acerca de quiénes somos en Cristo. Esta es la razón por la cual muchos catecismos Reformados nos enseñan a recordar o "mejorar" nuestro.

El bautismo no crea una nueva identidad que exista junto con otras identidades terrenales; más bien el bautismo dice que "tú has muerto y tu vida está escondida con Cristo en Dios" (Colosenses 3: 3). En otras palabras, el bautismo cristiano no crea una crisis de identidad; el bautismo proclama que la vieja vida en Adán se ha ido y la nueva vida en Cristo ha comenzado. Para muchos, la dinámica hombre viejo / hombre nuevo es usualmente interpretada únicamente en el contexto del pecado dentro de los cristianos individuales. Sin embargo, la dinámica hombre viejo / hombre nuevo tiene un contexto más amplio. La muerte del viejo hombre ocurre dentro del contexto de ser separada de nuestra unión con Adán (Romanos 5: 12-21) y de ser liberada de este presente siglo malo (Gálatas 1: 4). De la misma manera, nuestra nueva vida en Cristo ocurre dentro del contexto de estar unidos a Cristo (Romanos 6: 1-3) y de ser entregados al Reino de Cristo (Colosenses 1:13). Así, cuando uno está en Cristo, es una "nueva creación" (2 Corintios 5:17). Nuestro bautismo cristiano testifica que la nueva naturaleza ha dado inicio ha entrado. Esto implica que  este mundo ha terminado. ¿Cómo se aplica esto a la identidad? Para muchos si somos honestos con nosotros mismos, hemos sido entrenados para vernos a nosotros mismos, no a la luz de nuestro bautismo, sino a la luz de todas estas otras identidades. El bautismo cristiano testifica que estamos unidos a Cristo y que estamos unidos el uno al otro. El bautismo da testimonio de que todos hemos sido vestidos en Cristo. Esta no es una declaración de aspiración, pero es un hecho debido a lo que Cristo ha hecho. Dentro del ámbito de nuestra unión con Cristo, no hay judíos ni griegos, ni esclavos ni libres (es decir, distinciones de clase), ni hombres ni mujeres (es decir, distinciones de género / sexo), es decir ninguna distinción étnica / nacionales [cf. Colosenses 3:11, Gálatas 3:28]. Los lentes que nuestra sociedad nos ha enseñado a vernos y este mundo no son válidos para aquellos en unión con Cristo. Debido al evangelio, la Iglesia es el lugar donde los que formalmente eran enemigos (ya sea por razones sociales, históricas o políticas) se aman realmente genuinamente. Este punto no puede enfatizarse lo suficiente porque la historia humana es verdaderamente una historia de conflicto. Lo vemos en la narración bíblica a partir de Génesis 4 y estos diversos conflictos permanecen en el fondo a través de la historia del Antiguo Testamento. A la luz de la historia humana, la verdadera pregunta NO es por qué las naciones y las sociedades tienen conflictos; más bien, la verdadera pregunta es ¿cómo las naciones y las sociedades tienen paz entre sí? En el evangelio, Cristo no sólo ha eliminado la hostilidad de larga data entre judíos y gentiles; Cristo ha derribado la hostilidad entre grupos de personas y ha formado un nuevo pueblo - la Iglesia (Efesios 2: 11-22). Es por eso que es notable que la Iglesia sea conocida por su amor unos a otros, independientemente de su historia (ver Juan 13:35). El Bautismo apunta a todas estas maravillosas realidades que forman nuestra identidad y nos unen, pero es cierto que los cristianos viven en medio de dos edades ("la edad presente del mal" y "la era venidera"). Los poderes de estas dos edades siguen siendo competidores para nuestro estilo de vida como cristianos y nuestra comunión unos con otros en la Iglesia. Por eso debemos recordar constantemente nuestro bautismo. Se sabe que cuando Martín Lutero luchaba contra la tentación, se recordaba a sí mismo: "Yo soy bautizado". Creo que la misma exhortación es necesaria hoy. Cuando somos tentados a cuestionar nuestra identidad en Cristo o a juzgar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo basados ​​en criterios no cristianos, debemos recordarnos constantemente que hemos sido bautizados en Cristo. Cuando estamos tentados de ser absorbidos por las conversaciones de raza / etnia y de vernos a nosotros mismos y a los demás a través de la lente de la identidad étnica y la cultura, debemos recordar constantemente que hemos sido bautizados en Cristo. Así, somos y pertenecemos a un pueblo diferente. 

Debemos recordar los que hemos sido bautizados en su santísimo nombre y que hemos sido "renombrados" en Cristo como miembros del cuerpo de Cristo. A medida que recordamos cada vez más nuestro bautismo, desarrollaremos una reacción visceral y ante cualquier cosa que intente socavar la verdad de nuestro bautismo e introducir el cisma y la división dentro de la Iglesia. Cuando recordamos nuestro bautismo, somos estimulados a tener nuestras relaciones humanas definidas por la santidad y la justicia, como es propio de aquellos que han entregado sus nombres a Cristo, y caminar unos con otros en amor fraternal, como es apropiado para aquellos bautizados por el mismo Espíritu en un solo cuerpo.
Soli Deo Gloria



miércoles, 13 de septiembre de 2017

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La Teología de la Cruz de Lutero

Nadie podría haber esperado que la Reforma fuera lanzada por los Noventa y Cinco Tesis contra Indulgencias de Martín Lutero el 31 de octubre de 1517.  El documento mismo simplemente propuso el marco para un debate universitario.  Lutero estaba arguyendo solamente por una revisión de la práctica de indulgencias, no su abolición.  Es seguro que no estaba ofreciendo una agenda para amplia reforma teológica y eclesiástica.

De verdad ya había dicho cosas mucho más controversiales en su Disputación en contra a Teología Escolástica del 4 de septiembre de 1517, en que hizo una crítica de toda la manera en que se había hecho teología medieval por siglos.  Esa Disputación, sin embargo, pasó sin ninguna murmuración.  Hablando humanamente solamente era la única combinación de factores externos.- social, económico y político.- que hizo la disputación de más tarde la chispa que prendió la mecha de la Reforma.

La Disputación de Heidelbergo

Una vez que la mecha se había prendido, sin embargo, la Iglesia hizo un error fatal: permitió el Orden Agustino, a que Lutero pertenecía, a tratar el problema como si fuera una dificultad menor local.  Tenía que haber una reunión del Orden en Heidelbergo en abril 1518, y Lutero fue pedido presentar una serie de tesis bosquejando su teología, para que pudiera ser asesorado por sus hermanos.  Fue aquí, entonces, que los relativamente blandos Noventa y Cinco Tesis dieron a Lutero una oportunidad importante a articular la teología que había expresado en su Disputación de Septiembre.    

La Disputación de Heidelbergo es significante por dos cosas.  Primero, había por lo menos un otro futuro gigante de la Reforma presente.  Este fue Martín Bucero, el Reformador de Estrasburgo, quien terminaría sus días como catedrático de teología en Cambridge.  Un hombre de vasto intelecto y amplia visión ecuménica, Bucero tendría una influencia profunda sobre una generación de Reformadores, no menos a Juan Calvino. Y su primera experiencia del pensar de la Reforma fue provista por Lutero en Heidelbergo en 1518.  Sin embargo, mientras Bucero salió de la Disputación maravillando sobre como Lutero había atacado lo que la Iglesia había llegado a ser, perdió el corazón teológico de lo que Lutero estaba diciendo.  Este es el segundo punto de importancia: la teología de la Cruz.

La Teología de la Cruz

Hacia el fin de la Disputación, Lutero ofreció algunas tesis que parecen (de manera típica de Lutero) sin sentido, o por lo menos oscuros:

19.       Aquella persona no merece ser llamado un teólogo que mira las cosas invisibles de Dios como si fueran claramente perceptibles en aquellas cosas que han ocurrido actualmente [Rom 1:20].

20.       Merece ser llamado un teólogo, sin embargo, quien comprende las cosas visibles y manifiestas de Dios vistas por sufrimiento y la cruz.

21.       Un teólogo de gloria llama el mal bien y el bien mal.  Un teólogo de la Cruz llama la cosa lo que en realidad es.

22.       Aquella sabiduría que ve las cosas invisibles de Dios en obras como percibidas por el hombre es completamente vanidoso, cegado y endurecido.

Estos dichos en realidad encapsulan el corazón de la teología de Lutero, y un buen entendimiento de lo que quiere decir por los términos y frases oscuros que contienen arroja luz no solamente sobre el contenido doctrinal de su teología, pero también sobre la manera misma que él creyó que teólogos debían pensar.  De verdad está tomando el argumento explosivo de de I Corintios y desarrollándole a una agenda teológica total.

Al corazón de su argumento es su idea que los seres humanos no deben especular acerca de quien es Dios o como actúa de antemano antes de ver quien se ha revelado ser.  Así Lutero ve la auto-revelación como axiomática a toda teología.  Ahora, probablemente no hay ningún hereje en la historia que no estaría de acuerdo con eso, porque toda teología presupone la revelación de Dios, o sea en la naturaleza, razón humana, cultura o cualquier.

Lutero, sin embargo, tuvo una vista dramáticamente restrictiva de revelación.  Dios se reveló como misericordioso a la humanidad en la encarnación, cuando se manifestó en carne humana, y el momento supremo de esta revelación fue en la cruz en el Calvario.  De verdad, Lutero a veces se refería enigmáticamente a Cristo crucificado como “el lado atrás de Dios”, el punto en que Dios aparecía estar la contradicción misma de todo lo que uno podría razonablemente haber anticipado que estaría.

Los “teólogos de Gloria”, entonces, son los que construyen su teología a la luz de lo que esperan que Dios estará; y sorpresa, sorpresa, hacen a Dios parecer algo como ellos mismos.  Los “teólogos de la cruz”, sin embargo, son los que construyen su teología a la luz de la revelación por Dios de si mismo en Cristo colgado en la cruz.

Implicaciones

Las implicaciones de esta posición son revolucionarias.  Para comenzar, Lutero está exigiendo que todo el vocabulario teológico sea revisado a la luz de la cruz.  Tomar por ejemplo la palabra poder.  Cuando teólogos de gloria lean acerca del poder divino en la Biblia o usen el término en su propia teología, suponen que es análogo al poder humano. Suponen que puedan llegar a un entendimiento del poder divino por magnificar a un grado infinito la cosa más poderosa de que pueden pensar.  A la luz de la cruz, sin embargo, este entendimiento del poder divino es el opuesto directo de lo que se trata del poder divino.  Poder divino se revela en la debilidad de la cruz, porque es en su aparente derroto a manos de poderes malos y autoridades terrenales corruptos que Jesús muestra su poder divina en la conquista de la muerte y de todos los poderes del mal.  Entonces, cuando un cristiano habla acerca del poder divino, o aún acerca de poder de la iglesia o poder cristiano, se le debe concebir en términos de la cruz; poder escondido en forma de debilidad.

Para Lutero el mismo procedimiento se debe aplicar a otros términos teológicos.  Por ejemplo, la sabiduría de Dios se muestra en la necedad de la cruz.  Quien hubiera pensado de la idea necia de Dios tomando carne humana para morir una muerte horrenda por parte de pecadores quienes le habían desafiado a propósito, o Dios haciendo a los pecadores puros por medio de él mismo llegando a ser pecado por ellos, o Dios mismo levantando a un pueblo a novedad de vida por medio de él mismo sometiéndose a muerte? Podríamos seguir, examinando tales términos como vida, bendición, santidad, y justicia.  Cada una de ser reconcebido a la luz de la cruz.  Todos son conceptos teológicos importantes; todos son susceptibles a los seres humanos moldeándoles a su propia imagen; y todos deben ser remoldados a la luz de la cruz.

Este entendimiento es uno de los factores en el pensar de Lutero que da su teología una lógica y coherencia internas.  Tomen, por ejemplo, su entendimiento de justificación, por la cual Dios declara al creyente estar justo a su vista, no por virtud de ninguna justicia intrínseca (cualquiera cosa que el creyente ha hecho o adquirido), sino a base de una justicia ajena, la justicia de Cristo que se queda externa al creyente.  ¡No es esto típico de la lógica rara pero maravillosa del Dios de la Cruz?  ¡La persona que de verdad está injusta, realmente enlodada en pecado, está verdaderamente declarado por Dios estar puro y justo!  Tal verdad es incomprensible a la lógica humana, pero hace perfecto sentido a la luz de la lógica de la cruz.

Y qué de la idea de un Dios quien baja y ama al no amable y al injusto antes de que los objetos de su amor tienen cualquier inclinación a amarle o hacer bien? Tal cosa es incomprensible a los teólogos de gloria, quienes suponen que Dios es como ellos, como otros seres humanos, y así solamente responde a los quienes están intrínsecamente atractivos o buenos, o que primero ganan su favor de alguna manera.  Pero la cruz muestra que Dios no es así; contra cada suposición que los seres humanos podían hacer acerca de quién es Dios y como actúa, él no requiere ninguna amabilidad anterior en los objetos de su amor; más bien, su amor anterior cree esta amabilidad sin poner precondiciones.  Tal Dios se revela con ternura y hermosura sorprendentes e inesperadas en el drama feo y violento de la cruz.

La Clave a Ética y Experiencia Cristianas

Lutero no restringe la teología de la cruz a una revelación objetiva de Dios.  También la ve como la clave de entender la ética y experiencia cristianas.  Fundamental a ambas es el papel de fe: a los ojos de incredulidad, la cruz es tontería; es lo que parece ser; la muerte aplastante y sucia de un hombre maldito por Dios.  Esto es como la mente incrédula interpreta la cruz,  tontería a griegos y una ofensa a judíos, dependiente de si tu pecado escogido sea arrogancia intelectual o auto-justicia moral.  A los ojos abiertos por fe, sin embargo, la cruz se ve como de verdad es.  Dios es revelado en lo escondido de la forma externa.  Y fe se entiende ser un don de Dios, no un poder inherente en la mente humana misma.

Este principio de fe entonces permite al creyente entender como él o ella debe comportarse.  Unido a Cristo, el Gran Rey y Sacerdote, el creyente también es tanto un rey como un sacerdote.  Pero estos oficios no son excusas por enseñorear sobre otros.  En realidad, reinado y sacerdocio se deben desarrollar en el creyente como están en Cristo, por sufrimiento y auto-sacrificio en el servicio de otros.  El creyente es rey de todo por ser un siervo de todos; el creyente está completamente libre por estar sujeto a todos.  Como Cristo mostró su reinado y poder por muerte en la cruz, así el creyente lo hace por darse a si mismo incondicionalmente a la ayuda de otros.  Debemos estar, como Lutero lo dice, pequeños Cristos a nuestros vecinos, porque al hacerlo encontramos nuestra verdadera identidad como hijos de Dios.

Este argumento es explosivo, dando todo un Nuevo entendimiento de autoridad cristiana.  Ancianos, por ejemplo, no deben ser los renombrados por ejercer su peso, por dar la lata a otros y por usar su posición o riqueza o credenciales para hacer respetar sus propias opiniones.  No, el anciano verdaderamente Cristiano es el que devota toda su vida al servicio doloroso, inconveniente y humillante de otros, porque al hacerlo muestra autoridad como Cristo, el tipo de autoridad que Cristo mismo mostró durante su vida encarnada y supremamente en la cruz en el Calvario.    

Grandes Bendiciones mediante Grandes Sufrimientos

Las implicaciones de la teología de la cruz para el creyente no se paran allí.  La cruz es paradigmática por como Dios tratará con creyentes quienes están unidos a Cristo por fe.  En breve, grande bendición vendrá por medio de gran sufrimiento.

Este punto es difícil para los de nosotros en el oeste afluente aceptar.  Por ejemplo, hacia algunos años atrás dicté clases en una reunión de una iglesia sobre este tema e indicó que la cruz no fue simplemente una expiación, sino una revelación de cómo Dios trata con los a quienes ama.  Fui desafiado después por un individuo quien dijo que la teología de la cruz de Lutero no dio suficiente peso al hecho que la cruz y la resurrección marcaron el comienzo del revés de la maldición, y que así se debe esperar grandes bendiciones; enfocarse en el sufrimiento y debilidad era entonces perder el significado escatológico del ministerio de Cristo.    

Por supuesto, este individuo había fallado en aplicar la teología de la cruz de Lutero tan rigurosamente como debía haber hecho.  Todo lo que dijo era verdad, pero falló en entender lo que estaba diciendo a la luz de la cruz.  Si, Lutero estaría de acuerdo, la maldición está siendo reducida, pero esta reducción se muestra por el hecho que, gracias a la cruz, el mal ahora está totalmente subvertido en la causa del bien.  Si la cruz de Cristo, el hecho más mal en la historia humana, puede estar en línea con la voluntad de Dios y ser la fuente de la derrota decisiva del mal mismo que la causó, entonces cualquier otro mal también puede ser subvertido a la causa del bien. 

Más que eso, si la muerte de Cristo es misteriosamente una bendición, entonces cualquier mal que el creyente experimenta puede ser una bendición también.  Si, la maldición está puesto al revés; si, bendiciones fluirán; pero quien declaró que estas bendiciones tienen que estar de acuerdo con las aspiraciones y expectaciones de América afluente?  La lección de la cruz para Lutero es que la persona más bendita sobre la tierra, Jesucristo mismo, fue revelado como bendecido precisamente en su sufrimiento y muerte.  Y si esa es la manera que Dios trata con su Hijo amado, tienen los que están unidos a él por fe algún derecho de esperar algo diferente?

Esto pone el problema del mal a diferente luz para Lutero que para, digamos para Harold Kushner, el rabino quien escribió Cuando Cosas Malas Ocurren a Buenas Personas.  Ocurren, diría Lutero, porque eso es como Dios les bendice.  Dios realiza su trabajo en el creyente por hacer su obra ajena (el opuesto de lo que esperamos); de verdad bendice por aparentemente maldecir.

De veras, cuando se le entiende que la muerte de Cristo, el crimen más grande en la historia, fue en si deseado de una manera profunda y misteriosa por el Dios trino, sin embargo, sin involucrar a Dios en cualquier tipo de culpa moral, vemos la solución al problema añejo de absolver a un Dios todopoderoso de responsabilidad por el mal.  La respuesta al problema del mal no está en tratar de establecer su punto de origen, porque ese es simplemente no revelado a nosotros.  Más bien, en el momento de la cruz, llega a estar claro que el mal está totalmente subvertido por el bien.  Romanos 8:28 es verdad por causa de la cruz de Cristo; si Dios puede tomar el más grande de males y cambiarle al más grande de bienes, entonces cuanto más puede tomar los malos menores que disparen la historia humana, desde tragedias individuales hasta desastres internacionales, y voltearles a sus buenos propósitos también. 
   
La teología de la cruz de Lutero está demasiado bueno a tratarse adecuadamente en un solo artículo, pero yo espero que mi breve bosquejo arriba indicará la rica vena de reflexión teológica que se puede minar por los que reflejan en I Corintios 1 y en las dramáticas antitesis entre apariencia y realidad que están dispersadas por las Escrituras y reunidas con tanta fuerza por Martín Lutero.  Un antídoto a sentímentalidad, doctrinas de prosperidad, y una escatología excesivamente mundana, este es polvo de oro teológico.  La cruz no es simplemente el punto en que Dios expía el pecado; también es una revelación profunda de quien es Dios y como él actúa hacia su creación.

Acerca del Autor

Carl Trueman es Catedrático de Historia de la Iglesia y Teología Histórica en el Seminario teológico de Westminster en Filadelphia. Es el autor de Luther's Legacy: Salvation and English Reformers 1525–1556 (La Herencia de Lutero: Salvación y los Reformadores Ingleses 1525-1556).  Este artículo está imprimado de New Horizons, October 2005 (Nuevos Horizontes Octubre 2005) con el gentil permiso del autor y del editor.
Soli Deo Gloria