La Teología de la Liberación es un movimiento que anuncia la
necesidad de la participación cristiana en los procesos sociales en la
liberación de las clases bajas oprimidas económicamente y políticamente. Afirma
la validez de cualquier medio para alcanzar esta liberación. Incluso
recomiendan el conflicto armado, como necesario, si todos los medios pacíficos
fracasan.
Sin embargo, la Teología de la Liberación no debe ser considerada como un mero
llamado a los cristianos para ser más activos en la lucha en contra de la
injusticia. Se parte radicalmente del punto de vista Cristiano tradicional
sobre la teología, la historia, el hombre, e incluso sobre Dios mismo.
Aunque la Teología de la Liberación comenzó dentro de la Iglesia Católica, se
infiltra hoy en los rangos evangélicos, incluso entre pastores y líderes. Por
este motivo, es imprescindible que entendamos como las bases del movimiento se
distinguen de la teología Bíblica tradicional.
Al sacerdote peruano, Gustavo Gutierrez, se le considera el padre de la
Teología de la Liberación. En la manera típica de los teólogos del movimiento,
él nota la alianza tradicional de la Iglesia Católica con las clases ricas
gobernantes. El denuncia eso como la "Mentalidad de la Cristiandad",
causada según él, por percibir la realidad como dos planes separados de
existencial: Lo espiritual arriba, y lo material aquí abajo. Esto, dice
Gutierrez, ha provocado una cierta separación de las preocupaciones del mundo
presente en favor del cielo después de la muerte. Estos dos factores
principales, la ligadura con las clases altas, más una mentalidad malsana es la
base de la opresión y de la pobreza en América Latina. Los teólogos de la
liberación rechazan este dualismo teológico e insisten en que las dos
dimensiones, tanto la espiritual como la terrenal, son inseparables. (1)
El análisis de Gutierrez, y otros teólogos de la liberación, es preciso, sin
duda alguna. Sin darse cuenta, Gutierrez se acerca mucho a la teología de la
Reforma Protestante. Los teólogos Protestantes han rechazado siempre esta
separación de las dos dimensiones como una mentalidad anti-bíblica. No piensan
de la realidad como dos planos distintos con su planta baja terrenal y la
planta alta espiritual. Aunque reconocen la existencia de las dos dimensiones,
piensan en ellas como dos engranajes entrelazados. Ambas dimensiones son
lógicas e importantes. Aunque diferentes, no se contradicen.
Es difícil, por lo tanto, encontrar defectos en el análisis de los problemas
como los teólogos de la Liberación lo presentan. Tampoco se puede negar la
necesidad del activismo Cristiano frente a la opresión. Tal crítica, en
realidad, sería muy hipócrita por parte de los cristianos latinoamericanos si
lo hicieran, porque tuvieron una revolución hace 200 años para deshacerse de la
colonización y la opresión española. ¿En base a qué, pues, les negaríamos el
mismo derecho hoy a los latinoamericanos?
En esto se halla la dificultad para analizar un movimiento controversial como
es la T.L., porque contiene una mezcla complicada de lo bueno con lo malo. Por
eso, es preciso que los Cristianos serios escudriñen el asunto a la luz de las
Escrituras para distinguir lo correcto de lo incorrecto.
El mensaje de salvación BIBLICO (en oposición a las distorsiones de ello por
algunas iglesias tradicionales) liberta la mente del pueblo de su concepto como
seres destinados a la pobreza y a la miseria. La Palabra de Dios aumenta su
sentido de autovalor como seres humanos amados por un Dios eterno. La Biblia
enseña claramente como los humanos deben tratarse entre si. Todo esto prepara
el despertar mental y moral, lo que es necesario para forzar cambios sociales
extensos. Y yo uso la palabra "forzar" a propósito.
Algunos insisten en que la Cristiandad ha fracasado en varias regiones del
mundo, incluyendo en América Latina, porque no ha producido los cambios
sociales esperados. En cambio, yo afirmo que en todos los lugares donde el
Evangelio supuestamente ha “fracasado", se puede demostrar una de dos
cosas: Primero, que el Evangelio fue rechazado por la gran mayoría de la gente.
(En tal caso, la culpa no es del Evangelio) O, el supuesto
"Evangelio" que fue anunciado, no era el Evangelio Bíblico de la
Justificación Por La Fe sin méritos, sino una perversión fétida que no era en
forma alguna el Evangelio.
Ya sea grande o poco el impacto del Evangelio sobre la sociedad, los cristianos
deben evitar dar la impresión que los cambios sociales son el mayor propósito
del Evangelio. Una sociedad justa y equitativa NO ES el mayor propósito del
Evangelio. Su valor NUNCA debe ser medido por tales resultados. Los cristianos
deben poner en claro que la verdad y la moralidad son absolutas, universales y
eternas. Predicamos el Evangelio simplemente porque es la verdad; sea que
traiga cambios sociales o no. Este motivo para predicar no es solamente el
mejor. Es el único aceptable. Afirmar lo contrario es caer en la filosofía del
Consecuencialismo, es decir, la noción de que la verdad y el error, lo correcto
y lo incorrecto se determinan por sus consecuencias. Esta es filosofía
anti-cristiana, algo que todo creyente debe rechazar con vehemencia. No debemos
ni soñar en ceder sobre este punto. Es precisamente sobre este punto que
comenzamos a ponernos en desacuerdo con la Teología de la Liberación.
PUNTOS DEBILES EN LA TEOLOGIA DE LA LIBERACIÓN
(Debilidades Teológicas)
A.
SU FILOSOFIA BASICA
La base filosófica de Gutierrez para evaluar la verdad es nada más que la
teoría Marxista de La Determinación Económica y Social. El Determinismo
Marxista declara que las consideraciones económicas dentro de las clases
sociales determinan todo lo que la gente va a creer y hacer. Las diversas
creencias son causadas por la interacción materialista de los hombres en sus
clases sociales y no pueden tener validez objetiva fuera de ella. Mas, el
bienestar del hombre es la realidad última, y la diferencia entre la verdad y
el error debe ser medida por este criterio y nada más. Según el Determinismo
Marxista, lo que contribuye a la lucha de clases hacia una sociedad socialista
utópica es buena, sea la guerra o la paz, asesinato o caridad.
Gutierrez no hace caso a la contradicción absurda escondida en esa teoría. Si
las creencias no tienen validez porque son nada más que el fruto de una
determinación económica, entonces, ¿qué del Marxismo mismo? ¿No es ello una
creencia? Si, pues, ello ocurre por determinación económica, entonces pierde
también validez. Pero como todos los Marxistas o teólogos de la liberación, la
lógica sirve para adquirir lo que quieren. Pero cuando la lógica les
contradice, no hacen caso.
Gutierrez revela la base de su pensamiento al citar lo siguiente de Karl Barth:
"El hombre es la medida de todas las cosas en vista de que Dios se hizo
hombre." (2) En esto reconocemos al instante la primera presuposición de
la filosofía anti-cristiana conocida como “HUMANISMO". Tal dicho no es cristiano.
Tampoco es cristiana la última parte de la cita, considerando que no existe
conexión lógica entre la encarnación de Cristo y la exaltación del hombre como
la medida de todas las cosas.
Si cabe duda en la mente del lector de que la base filosófica de la Teología de
la Liberación es nada más que el Marxismo disfrazado, notemos esta cita del
teólogo Kirk:
Aplicando la dialéctica a la comprensión teológica, descubrimos que el
método de Marx, es, ahora, la mejor manera para entrar en una comprensión
contemporánea del texto Bíblico.
¡Increíble! según Kirk, ¡No podemos entender la Biblia sin Marx! Tales
afirmaciones invitan a los cristianos serios a que rechacen a primera vista la
Teología de la Liberación. Para los cristianos evangélicos esto es grave,
porque reconocemos que la Biblia se interpreta por la Biblia, no por algún ateo
comunista. La Confesión de Fe de Westminster, una de las más antiguas y
respetadas confesiones lo expresa de esta manera:
"El consejo entero de Dios, tocante a todas las cosas necesarias por Su
propia gloria, la salvación de hombre, la fe y la vida están expresados en las
Escrituras, o por buena y necesaria consecuencia puede ser inferido de las
Escrituras."
Gutierrez y Kirk dicen que los eventos históricos evalúan la verdad. La Biblia
juzga a todos, y ella no es juzgada por nadie. La Palabra de Dios juzgará las
acciones de los hombres, no viceversa.
Así, la Teología de la Liberación representa una amenaza a la Cristiandad
Bíblica, más allá de un mero llamado a la acción social. Es un intento de
abandonar la Biblia como la medida final de las acciones humanas y adoptar en
su lugar un pragmatismo histórico. Una de estas bases filosóficas está errada:
la de la Biblia, o la de la Teología de la Liberación. El lector
decidirá.
B. MANIPULACION SEMANTICA
Los teólogos izquierdistas son famosos por un juego que llamamos la
"manipulación semántica". Esto quiere decir, usar palabras Bíblicas o
religiosas de una manera totalmente diferente de la que los escritores de la
Biblia querían. Es como si una palabra Bíblica fuera una copa que estos
teólogos tomaron, y luego de vaciar su contenido, la echaron otro contenido a
su propio antojo. Los que no han tenido entrenamiento teológico son a veces
engañados porque tal manipulación da una impresión de autenticidad y ortodoxia
a las enseñanzas de estos teólogos, aunque comunican conceptos extranjeros al
pensamiento Bíblico. He aquí algunos ejemplos:
"Solo Marx entre los filósofos modernos comparte la fe profética de
Israel: su Mesianismo y su pasión por la justicia vienen de la Biblia."
(Kirk, "Teología de la Liberación", P.82)
¿Cómo es que a un ateo como Marx, enemigo intransigente de la cristiandad, le
atribuyen una "fe profética"? Simplemente por vaciar las palabras
"fe" y "profética" de su significado original como uno
ungido de Dios por el Espíritu para anunciar la Palabra Divina, y luego llenar
estas palabras otra vez con la noción de una persona que entiende procesos
históricos y el triunfo final del Comunismo. El "Mesianismo" ya no es
la promesa de un Salvador Divino que quita el pecado, sino un salvador humano
que quita el Capitalismo. Más, si la pasión de Marx por la justicia provenía de
la Biblia, ¿por qué era ateo? La Biblia siempre define la justicia como
obediencia a la ley divina.
Otro teólogo de la Liberación, José Miranda, le da a la palabra
"pecado" otra definición:
"Marx y San Pablo coinciden en su intuición de la totalidad de la
maldad:...Pablo le llama a esta totalidad, 'mundo'. Marx le llama
'Capitalismo'." (3)
Con un poco de manipulación verbal, la definición bíblica de la palabra
"pecado", como transgresión de la ley divina, ha sido echada fuera.
Ahora oímos de Miranda que "pecado" quiere decir “Capitalismo".
Aunque Miranda no lo dice con tantas palabras, aparentemente piensa que si
Pablo viviera hoy, sería un buen Marxista; ¡o que el ateo Marx sería un buen
cristiano!
Algunos de los dichos de estos teólogos son realmente divertidos. El teólogo
Schillebeeckx (de Holanda) dice:
"...el reino de Dios consiste en hacer el mundo un lugar mejor. Solamente
así podré describir lo que significa el reino de Dios."
¡Imagínese! Jesús dio l3 parábolas en el evangelio de San Mateo sobre el reino
de Dios. Todas son fáciles de interpretar. Sin embargo, ¡este teólogo no tiene
ni la menor idea de lo que es el reino de Dios hasta que el mundo mejore!
C. CRISTOLOGIA DEBIL (Doctrina Tocante a Cristo)
Aunque la Biblia anuncia francamente el Señorío absoluto de Jesucristo, tales
afirmaciones están notablemente ausentes en la Teología de la Liberación.
El Señor Jesucristo reclamó lo que el Padre le había dado, "Toda potestad
en el cielo y en la tierra." Mt. 28:18 Pero la humanidad está en rebeldía
en contra de esta autoridad. Este es el problema fundamental del hombre y la
fuente de cualquier otro problema. Según la Biblia, la solución es la
obediencia a Dios y a sus leyes, con sumisión a la autoridad suprema del Señor
Jesucristo. Sobre este punto las Escrituras son intransigentes: Si el hombre no
se somete a Dios y no obedece sus leyes, no hay esperanza. Dios promete el
fracaso de todo sistema que no está basado en la obediencia a El.
Pero los teólogos de la Liberación insisten en que el pueblo tiene derecho a la
auto-determinación. ¿Tienen razón? Si quieren decirlo en un sentido absoluto,
la respuesta es ¡NO! El hombre tiene autonomía solamente dentro de los límites
de las leyes de Dios. Fuera de estos límites, el hombre es transgresor y será
juzgado por serlo.
En esto estriba la gran paradoja de la cristiandad, paradoja que el hombre
pecaminoso no aguanta oír: Servirle a Jesús es la libertad más grande del
universo.
¿Reconocen esto los teólogos de la Liberación? Note lo que dice
Gutierrez:
"Así el hombre poco a poco agarra las riendas de su propio destino” (P.29)
"El hombre, maestro de su propio destino." (P.27)
En resumen, los cristianos deben hacer entender que "Nosotros el
pueblo...", está siempre precedido por "Yo, El Señor..."
D. SOTERIOLOGIA DEBIL (Doctrina de la Salvación)
"El hombre se salva si se abre a Dios y a los demás, incluso si no se da
cuenta que está haciéndolo." (3)
Así Gutierrez atribuye la clave de la salvación a algo que el hombre produce en
si mismo por actividad social. Pero la Biblia dice, "Por gracia sois
salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pués es don de Dios; no por
obras para que nadie se gloríe." Ef.2:8-9
La base entera de la doctrina de la salvación de la Teología de la Liberación
es simplemente una expresión de la auto-decepción favorita de la humanidad: Que
el hombre pecaminoso puede contribuir algo para su salvación. Sin esta
presuposición, nada en la Teología de la Liberación tiene sentido. Pero
nosotros como cristianos evangélicos no podemos conceder esta presuposición
porque la misma Biblia no la concede.
E. ESCATOLOGIA DEBIL (Doctrina de las Ultimos Eventos)
El capítulo ll del libro de Gutierrez tiene por título "Escatología y
Política". En el, se explica la esperanza de Gutierrez para el futuro. El
hombre, al reconocer su dignidad, debe luchar con fe en contra de las fuerzas
sociales que le oprimen. Esto resultará eventualmente en la creación de una
sociedad justa e imparcial. Por este proceso, el hombre contribuye a la entrada
del reino de Dios en el mundo. Gutierrez dice, "El Evangelio no provee
ninguna utopía para nosotros; esto es una obra humana." P.238
Tiene razón, en parte. Dios quiere que trabajemos para
mejorar la humanidad y para la creación de una vida mejor en la tierra. Es
decir, todos somos responsables de obedecer la ley de Dios, lo que incluye el
amor al prójimo. Si podemos crear una sociedad justa y equitativa en la tierra,
pues, hagámoslo.
Lo único que se critica en este punto de vista de la Teología de la Liberación,
es la presuposición de que eso va a suceder. Si los teólogos de la Liberación
conocieran mejor sus Biblias, pensarían de otra forma.
La Biblia dice que Cristo regresará después de que la humanidad se haya casi
exterminado. Luego volverá a establecer su reino. Separará a sus fieles de los
demás que serán juzgados. Las cosas van a ir empeorando hasta que venga
Jesús.
A la luz de la Biblia, ¿Cómo puede algún teólogo "cristiano" imaginar
que habrá una utopía socialista en la tierra?
¿Significa eso que debemos abandonar la lucha y no hacer nada? NO! No
rechazamos la medicina simplemente porque algunos pacientes morirán de todas
formas. El cristiano no debe vivir con los brazos cruzados esperando la segunda
venida de Cristo, no haciendo nada por los demás. El cristiano es realista.
Entiende que la maldad sale del corazón del hombre y no de la sociedad en que
vive. Pero sabe también que existe UNA SOLA solución para los problemas de la
humanidad...obediencia a Dios.
Deficiencias Políticas y Económicas
A. UN CASAMIENTO MAL HECHO
Los que conocen poco de la Teología de la Liberación pueden fácilmente suponer
que es nada más que un llamado a los cristianos para la acción social, y que
las tendencias izquierdistas de algunos de estos teólogos son coincidencias.
Pero tal suposición es errónea. Una boda entre el Marxismo y la Cristiandad se
ha efectuado y fue bien planeada.
Se ve que la base filosófica de la Teología de la Liberación es la filosofía
Marxista sobre la verdad y la historia. Hasta la misma Biblia se evalúa por
ella. La manifestación suprema del pecado se llama "capitalismo". La
esperanza del hombre para el futuro es, según la Teología de la Liberación una
utopía socialista. El "profeta" más grande del siglo veinte, con
visión "mesiánica" es Karl Marx.
Que nadie imagine que lo que estamos diciendo es simplemente una acusación
reacionaria en contra de los que tienen tendencias izquierdistas. Son los
mismos teológos de la Liberación que insisten en tal unión. Sabiendo esto, ¿no
nos corresponde preguntar lo que los teólogos de la Liberación están intentando
llevar a cabo? Se interesan de veras en ayudar a los pobres? O es un intento
para hacer que los cristianos escuchen el Marxismo? Si así no fuere, Por qué
insistir en tal unión entre el Marxismo y la Cristiandad?
B. ¿EXITOS SOCIALISTAS?
De todos los motivos para no asociarse con el Socialismo, el siguiente es el
mejor: El socialismo es un fracaso. Prueba de esto son las siguientes
verdades:
Primero, es otra forma de opresión. Mientras que los bienes son distribuidos
con más igualdad, eso ocurre al costo de la iniciativa personal y de las libertades
de todos. Miles de personas cada año arriesgan sus vidas para escapar de estas
“utopías” socialistas.
Segundo, el socialismo es un parásito de la pobreza. No puede existir en la
presencia de la prosperidad. La naturaleza humana es tal que al instante en que
la gente empieza a prosperar y adquirir bienes, pierden todo deseo de
compartir. Por este motivo, los países socialistas tienen que mantener a su
pueblo en una pobreza relativa. Cualquiera de estos dos extremos, la pobreza
brutal o la prosperidad, ponen en peligro al gobierno socialista. Si prosperara
demasiado, el pueblo dejaría el socialismo. Si se empobreciera demasiado, se
rebelaría. Eso explica por qué ningún país socialista ha alcanzado, ni
alcanzará, el nivel de vida como los Estados Unidos, Europa, y otros países
capitalistas. Lejos de ser utopía, el Socialismo/Marxismo es una garantía de
nunca alcanzar aquel estado de bienestar que anhelan.
Tercero, los que han vivido bajo el socialismo están abandonándolo.
C. EL CAPITALISMO: ¿Es Una Palabra Sucia?
Los teólogos, filósofos y profesores de universidades, tienen talento para
injertar presuposiciones escondidas en sus obras de una manera tan astuta, que
los indoctos aceptan sus argumentos sin darse cuenta del engaño. Dan la
impresión que ciertas cosas son demasiado obvias para que valga la molestia de
una explicación. Para ellos son los insensatos no-intelectuales que cuestionan
sus presuposiciones. Es cuando les desafiamos a comprobar sus presuposiciones
que aparece lo vacío de su posición.
Ejemplo: Para los teólogos de la Liberación, es demasiado OBVIO que el
Capitalismo es una gran maldad. José Miranda lo llama la manifestación final
del pecado. ¿Qué bruto cuestionaría eso? Gutierrez dice que la humanidad se
divide en dos clases: "opresores y oprimidos; dueños de los medios de
producción y los que son despojados del fruto de su trabajo." Para el, es
obvio que los propietarios de los medios de producción estén oprimiendo a los
demás. Los dueños de las fábricas son categóricamente malos, sin excepción.
Para ellos, esto es obvio.
Pero no es tan obvio para mí. Y yo quisiera cuestionarlo. No pienso que la
palabra “Capitalismo” es sucia. La palabra “sucia” es OPRESION. Claro, el
Capitalismo puede llegar a ser muy opresivo si se permite que corra
desenfrenado, como es el caso a menudo en el tercer mundo. Pero lo mismo es
verdad del Marxismo. Si el lector duda de esto, que hable con uno de estos que
han escapado de un país comunista.
Los que toman la iniciativa, que arriesgan su dinero, que usan la lógica, la
planificación creativa, merecen avanzar más que los que no lo han hecho así.
Eso no es una opresión. Tampoco acepto yo la presuposición izquierdista de que
la única manera de prosperar es quitarles a otros lo que les pertenece. Si uno
produce algo que beneficie a todos, merece su recompensa. Una economía libre,
sin abusos, hace esto.
Resiento las opciones absolutistas de la Teología de la Liberación que intentan
hacerme escoger entre un Capitalismo explotador de un lado, y el Marxismo del
otro lado. No me gusta la acusación de que no soy buen cristiano si no escojo
el Marxismo. Existen otras opciones.
UNA SOLUCION
La necesidad de cambios en nuestros países puede ser resumida en dos palabras:
REFORMA Y REVOLUCION.
Por "reforma" quiero decir una Reforma Protestante de la clase que
liberó la mayor parte de Europa y preparó el camino para las reformas
socio-económicas que hicieron posibles la prosperidad de estos países que son
mayormente de fe protestante hoy.
Las supersticiones idólatras que ocupan el tiempo y el dinero de la gente común
serían destruidas. La dignidad y auto-valor del individuo serían restauradas
para que uno no se vea obligado a resignarse a la miseria para tener una vida
mejor en el cielo. Su mente sería despertada. El anti-intelectualismo se iría.
No aceptará más los dogmas basados en autoridad eclesiástica, pero formaría sus
propios puntos de vista basados en la lectura de la Palabra de Dios. Su mente
alcanzaría el poder de razonamiento abstracto hasta entender otras ideas
abstractas también, tal como la democracia.
Por "revolución" quiero decir la ruptura del poder de las clases
ricas gobernantes y una re-distribución imparcial de las tierras; la
destitución del poder de los oficiales militares ricos que interfieren en los
procesos democráticos; la creación de un sistema democrático (no
Marxista/Socialista) que sea democrático en verdad; no una farsa patética como
la que existe en algunos países.
RESUMEN GENERAL
La Teología de la Liberación es muy correcta en su análisis
de los problemas sociales; correctos para criticar el vínculo de la Iglesia
Católica con las clases gobernantes. Pero se equivoca al abandonar la Biblia
como criterio de la verdad Cristiana en favor de una filosofía Marxista. Los
que hacen eso deben dejar de llamarse "cristianos". Están errados al
definir la teología como "la reflexión crítica del hombre sobre si
mismo". (Cita de Gutierrez) Eso es Antropología, no Teología. Tal método
teológico pervierte todas las ramas de pensamiento Bíblico.
BIBLIOGRAFIA
(1) Gutierrez, Gustavo UNA TEOLOGIA DE LIBERACION (Libros
Orbis,
N.Y. l973) P. l0-13
(2) Ibid, P.7
(3) Ibid, P.l5l
Por Roger L. Smalling, M.Å