viernes, 14 de diciembre de 2018

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¿Deberían las mujeres servir como pastoras y predicadoras? CBL 1689

“Que la mujer aprenda calladamente, con toda obediencia. Yo no permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada.”  1 Ti 2:11-12

El apóstol Pablo prohíbe terminantemente que una mujer enseñe a los hombres en el culto público y que ejerza autoridad sobre los hombres en la iglesia. En otras palabras, lo que Pablo está diciendo es que una mujer no debe asumir el oficio pastoral ni predicadora en el pulpito, porque eso es lo que hace un pastor: enseñar y ejercer dominio sobre la grey.  Y vemos que el orden argumentativo del apóstol Pablo no es cultural, sino teológico.


En el presente posiblemente no hay un tema más discutido en la iglesia de hoy, que el tema de las mujeres que sirven como pastoras y predicadoras en el ministerio. Este punto es un asunto de interpretación bíblica.

1 Timoteo 2:11-12 dice, “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio”. En la iglesia, Dios asigna diferentes roles a los hombres y a las mujeres. Este es el resultado de la manera en que la humanidad fue creada (1 Timoteo 2:13) y la manera en la que el pecado entró en el mundo (2 Timoteo 2:14). Dios, a través de los escritos del Apóstol Pablo, restringe a las mujeres de servir en roles de autoridad de enseñanza espiritual sobre los hombres. Esto impide a las mujeres servir como pastoras, lo cual definitivamente incluye predicar, enseñar y tener autoridad espiritual sobre los hombres.

Hay muchas “objeciones” a este punto de vista de tener a las mujeres en el ministerio y mujeres pastoras. Una objeción común es que Pablo restringe a las mujeres de enseñar porque en el siglo primero, las mujeres por regla general eran incultas. Sin embargo, en ninguna parte de 1 Timoteo 2:11-14 menciona el nivel de instrucción. Si la educación hubiese sido un requisito para el ministerio, la mayoría de los discípulos de Jesús probablemente no habrían calificado. Una segunda objeción común era que Pablo solamente restringía enseñar a las mujeres de Éfeso (1 Timoteo fue escrita a Timoteo, un pastor en la iglesia de Éfeso). La ciudad de Éfeso fue conocida por su templo de Artemisa, una diosa falsa griega/romana. Las mujeres eran la autoridad en la adoración de Artemisa. Sin embargo, en ningún lugar del libro de 1 Timoteo, Pablo la menciona, tampoco menciona la adoración a Artemisa como una razón para las restricciones en 1 Timoteo 2:11-12.

Una tercera objeción común es que Pablo solamente se está refiriendo a los esposos y las esposas, no a los hombres y a las mujeres en general. Las palabras en griego en 1 Timoteo 2:11-14 podrían referirse a esposos y esposas. Sin embargo, el significado básico de las palabras son hombre y mujer. Adicionalmente, las mismas palabras en griego son utilizadas en los versículos 8-10. ¿Solo los esposos deben orar en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda (versículo 8)? ¿Solo las esposas deben vestirse con ropa decorosa, con pudor y modestia; tener buenas obras y adorar a Dios (versículos 9-10)? Por supuesto que no. Los versículos 8 al 10 claramente se refieren a los hombres y mujeres en general, no solamente a los esposos y a las esposas. No hay nada en el contexto que debiera indicar un cambio para esposas y esposos en los versículos 11 al 14.

Sin embargo, otra objeción frecuente a esta interpretación de mujeres pastoras / predicadoras, está tiene relación con Miriam, Débora, Hulda, Priscila, Febe, etc. – mujeres que mantuvieron posiciones de liderazgo en la Biblia. Esta objeción falla en considerar algunos factores significativos. En relación con Débora, ella fue la única jueza femenina entre 13 jueces masculinos. En relación con Hulda, fue la única profetiza femenina entre docenas de profetas masculinos mencionados en la Biblia. La única conexión de Miriam hacia el liderazgo fue por haber sido hermana de Moisés y Aarón. Las dos mujeres más prominentes en los tiempos de los reyes fueron Atalía y Jezabel – difíciles ejemplos de liderazgo femenino devoto.

En el libro de los Hechos, el capítulo 18, Priscila y Aquila son presentados como ministros fieles de Cristo. El nombre de Priscila es mencionado primero, indicando probablemente que ella era más “prominente” en el ministerio que su esposo. Sin embargo, en ninguna parte se describe a Priscila participando en una actividad de ministerio que esté en contradicción con 1 Timoteo 2:11 al 14. Priscila y Aquila llevaron a Apolos a su hogar y fue discipulado por ellos, explicándole la Palabra de Dios con exactitud (Hechos 18:26).

En Romanos 16:1, aún si a Febe se la considera una “diaconiza” en lugar de una sierva – eso no indica que Febe fuera una maestra en la iglesia. “Apto para enseñar” es un calificativo dado para los ancianos, pero no diáconos (1 Timoteo 3:1-13; Tito 1:6-9). Los ancianos / obispos / diáconos, son descritos como “maridos de una sola mujer”, “un hombre cuyos hijos creen”, y “hombres dignos de respeto”. Además, en 1 Timoteo 3:1 al 13 y en Tito 1:6 al 9, los pronombres masculinos son utilizados exclusivamente para referirse a ancianos / obispos / diáconos.

La estructura de 1 Timoteo 2:11 al 14 deja la razón perfectamente establecida. El versículo 13 comienza con “Porque” y da la “causa” de lo que Pablo declara en los versículos 11 y 12. ¿Por qué las mujeres no deberían enseñar o tener autoridad sobre los hombres? Porque – “Adán fue formado primero, luego Eva. Y Adán no fue engañado; sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión”. Esa es la razón. Dios creó a Adán primero y luego creó a Eva a fin de que fuera “ayuda idónea” para Adán. Este orden de la creación tiene una aplicación universal para la humanidad en la familia (Efesios 5:22-23) y en la iglesia. El hecho de que Eva fuera engañada también se da como una razón para que las mujeres no sirvan como pastoras o tengan autoridad espiritual sobre los hombres. Esto guía a algunos a creer que las mujeres no deberían enseñar porque son engañadas más fácilmente. Ese concepto es discutible… pero si las mujeres son engañadas más fácilmente, ¿por qué se les permitiría enseñar a los niños (quienes son fácilmente engañados) y a otras mujeres (quienes supuestamente son más fácilmente engañadas)? Eso no es lo que dice el texto. Las mujeres no deben enseñar o tener autoridad espiritual sobre los hombres porque Eva fue engañada. Como resultado, Dios ha dado a los hombres la autoridad de enseñanza principal en la iglesia.

Las mujeres superan en dones de hospitalidad, misericordia, enseñanza y ayuda. Mucho del ministerio de la iglesia depende de las mujeres. Las mujeres en la iglesia no están restringidas para oración pública o para profetizar (1 Corintios 11:5), solamente para tener autoridad en las enseñanzas espirituales sobre los hombres. La Biblia en ninguna parte restringe a las mujeres de ejercitar los dones del Espíritu Santo (1 Corintios capítulo 12). Así como los hombres, las mujeres, están llamadas a ministrar a otros, para mostrar el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23), y para proclamar el Evangelio a los perdidos (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8; 1 Pedro 3:15).

Dios ha ordenado que solamente los hombres sirvan en posiciones de autoridad de enseñanza espiritual en la iglesia. Esto no es necesariamente porque son mejores maestros, o porque las mujeres son inferiores o menos inteligentes (tal no es el caso). Es simplemente la manera en que Dios designó la iglesia para que funcione. Los hombres deben ser ejemplo en el liderazgo espiritual – en sus vidas y a través de sus palabras. Las mujeres deben tomar un rol de autoridad menor. Se las anima a enseñar a otras mujeres (Tito 2:3-5). La Biblia tampoco restringe a las mujeres de enseñar a los niños. La única actividad de la que están restringidas es de enseñar o tener autoridad espiritual sobre los hombres. Esto lógicamente debería incluir a las mujeres sirviendo como pastoras / predicadoras. De ninguna manera esto las hace menos importantes, más bien les da un ministerio enfocado más de acuerdo con el talento dado por Dios.

De la Iglesia (Pastores y diáconos)  Cap. 26 Párrafos 8-11  CBF  de 1689

8. Una iglesia local, reunida y completamente organizada de acuerdo con la voluntad de Cristo, está compuesta por oficiales y miembros; y los oficiales designados por Cristo para ser escogidos y apartados por la iglesia (así llamada y reunida), para la particular administración de las ordenanzas y el ejercicio del poder o el deber, que él les confía o a los que los llama, para que continúen hasta el fin del mundo, son los obispos o ancianos, y los diáconos.1
1. Fil. 1:1; 1 Ti. 3:1-13; Hch. 20:17,28; Tit. 1:5-7; 1 P. 5:2.
Párrafo 8: Los gobernantes de una iglesia local
¿La palabra anciano y obispo es lo mismo que pastor? 
Si, son intercambiables.

¿Según la biblia como debe ser el gobierno ideal de una iglesia local bíblicamente constituida? 
Una pluralidad de ancianos varones en igualdad de autoridad. No pastor y copastor.

¿Entonces la mujer no puede ser pastora?. 
No, la biblia lo enseña claramente en 1 Ti 2, 1 Cor. 11 y 14, es un mandato apostólico para la iglesia universal de todos los tiempos, no es el machismo de Pablo. Más bien es el feminismo el que se ha metido en la iglesia.

¿Por qué predominan hoy las iglesias gobernadas por un solo pastor?. 
Por ignorancia de las escrituras, conveniencia personal y tradiciones eclesiásticas. 

¿Cuáles son las denominaciones que mantienen gobiernos eclesiásticos en pluralidad de ancianos varones? 
Bautistas reformados, presbiterianos, congregacionalistas e independientes de fundamento reformado.

9. La manera designada por Cristo para el llamamiento de cualquier persona que ha sido calificada y dotada por el Espíritu Santo1 para el oficio de obispo o anciano en una iglesia, es que sea escogido para el mismo por la votación común de la iglesia misma,2 y solemnemente apartado mediante ayuno y oración con la imposición de manos de los ancianos de la iglesia, si es que hay algunos constituidos anteriormente en ella;3 y para el oficio de diácono, que sea escogido por la misma votación y apartado mediante oración y la misma imposición de manos.4
1. Ef. 4:11; 1 Ti. 3:1-13. 2. Hch. 6:1-7; 14:23 con Mt. 18:17-20; 1 Co. 5:1-13. 3. 1 Ti. 4:14; 5:22. 4. Hch. 6:1-7.
Párrafo 9: La elección de los gobernantes de una iglesia local
¿Esto sí que suena raro en nuestros días, no conozco ninguna iglesia moderna que haga esto, en verdad las hay?  
Si, las antes mencionadas, ¿Porque tan pocos entre nosotros? 
Por lo mismo que mencionamos antes, ignorancia de las escrituras, tradiciones y conveniencias personales.

¿De manera que el pastor no puede poner a un hijo suyo a que lo remplace cuando él lo decida?
Solo si cumple con los requisitos y la iglesia lo aprueba.

10. Siendo la obra de los pastores atender constantemente al servicio de Cristo, en sus iglesias, en el ministerio de la Palabra y la oración, velando por sus almas, como aquellos que han de dar cuenta a él,1 es la responsabilidad de las iglesias a las que ellos ministran darles no solamente todo el respeto debido, sino compartir también con ellos todas sus cosas buenas, según sus posibilidades,2 de manera que tengan una provisión adecuada, sin que tengan que enredarse en actividades seculares,3 y puedan también practicar la hospitalidad hacia los demás.4 Esto lo requiere la ley de la naturaleza y el mandato expreso de Nuestro Señor Jesús, quien ha ordenado que los que predican el evangelio vivan del evangelio.5
1. Hch. 6:4; 1 Ti. 3:2; 5:17; He. 13:17. 2. 1 Ti. 5:17,18; 1 Co. 9:14; Gá. 6:6,7. 3. 2 Ti. 2:4. 4. 1 Ti. 3:2. 5. 1 Co. 9:6-14; 1 Ti. 5:18.
Párrafo10: El ministerio de los pastores y el sostenimiento de los mismos en la iglesia local
¿Significa que todos los pastores de una iglesia local tienen que estar de tiempo completo dedicados a la predicación y la oración sostenidos por la iglesia? 
No, todo según sus posibilidades, pueden haber pastores bivocacionales, pero todos deben ser aptos para enseñar y para pastorear el rebaño.

¿De manera que si es necesario ofrendar de nuestros bienes para avanzar el reino de Dios? Absolutamente, algunos extraviados se oponen al diezmo.

11. Aunque sea la responsabilidad de los obispos o pastores de las iglesias, según su oficio, estar constantemente dedicados a la predicación de la Palabra, la obra de predicar la Palabra no está tan particularmente limitada a ellos, sino que otros también dotados y calificados por el Espíritu Santo para ello y aprobados y llamados por la iglesia, pueden y deben desempeñarla.1 
1. Hch. 8:5; 11:19-21; 1 P. 4:10,11. 

Párrafo 11: Otros predicadores en la iglesia local

Recursos Adicional: Visor PDF

Soli Deo Gloria