El calvinismo (a veces
llamado tradición reformada, la fe reformada o teología reformada) es un
sistema teológico protestante y un enfoque de la vida cristiana que pone el
énfasis en la autoridad de Dios sobre todas las cosas.
Las doctrinas de la gracia son cinco: 1) la depravación total del hombre, 2) la elección incondicional, 3) la redención particular (o expiación limitada), 4) la gracia o llamamiento irresistible y 5) la perseverancia eterna de los santos.
El “calvinismo” son las verdades sobre
la salvación derivadas de la doctrina de la soberanía de Dios en administrar su
gracia, por eso se le llama “las doctrinas de la gracia.”
Este sistema doctrinal no fue
ocurrencia de Calvino. De hecho, Agustín de Hipona lo enseñó casi mil años
antes que Calvino, y Pablo lo enseñó más de 300 años antes de Agustín. La
presentación sistemática del calvinismo se halla en los Cánones de Dort (1618-1619)
escritos para rebatir las afirmaciones de los Antagonistas que afirmaban la
habilidad natural de los hombres para creer y para aceptar o rechazar la gracia
salvadora de Dios por su libre voluntad.
Las doctrinas de la gracia son cinco: 1) la depravación total del hombre, 2) la elección incondicional, 3) la redención particular (o expiación limitada), 4) la gracia o llamamiento irresistible y 5) la perseverancia eterna de los santos.
El Calvinismo es el énfasis en la
autoridad de la Escritura, la dependencia en la fe, la exaltación de la gracia
soberana de Dios, la declaración de la suficiencia de Cristo y
la búsqueda de la gloria de Dios.
La GRACIA de DIOS en la vida de Juan Calvino en sus ultimas palabras:
"Dios. «Tuvo piedad de mí —dijo—, su pobre criatura. Me sacó de las profundidades de la idolatría en
la cual estaba sumido, para llevarme a la luz del Evangelio y hacerme
participar en la doctrina de salvación, de la cual yo era algo completamente
indigno... Me sostuvo a través de muchos defectos que merecían mil veces su
repulsa. Extendió hacia mí Su misericordia utilizándome para llevar y
anunciar la verdad de Su Evangelio... Mas, ¡ay!, el deseo y el celo que en ello
puse, si así puede llamársele, fue tan frío y débil que me sentí deudor en
todos los aspectos. De no haber sido por Su infinita bondad, toda bendición
que he tenido habría sido humo; toda Su gracia ha sido inmerecida. Mi refugio
está en un Padre de misericordia que es y se muestra padre incluso hacia un
tan miserable pecador.»
"El propósito de un verdadero
hombre es ser un buen servidor para todos (Cora., Mat. 20:26).
Murió humildemente como había
aprendido a vivir humildemente, y espera la gloriosa resurrección en una tumba
anónima. «Es conveniente —dijo— que aprendamos a vivir y a morir con
humildad...» (Com., Gen. 11:4)
Una defensa al calvinismo C.H. Spurgeon :
Soli Deo Gloria