jueves, 3 de agosto de 2017

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Cristo como el Objeto de nuestros afectos religiosos

En el Nuevo Testamento Cristo es reconocido como el objeto apropiado de todos los afectos religiosos. Como Él es nuestro Señor, en el sentido de ser nuestro propietario absoluto, nuestro hacedor, preservador y redentor, y nuestro soberano, poseyendo el derecho de hacer con nosotros lo que le parezca bien, somos llamados a hacer de Él el supremo objeto de nuestro amor, de su voluntad la más elevada norma del deber, y de su gloria el gran fin de nuestro ser. Debemos ejercitar la misma fe y confianza en Él que en Dios; darle a Ella misma obediencia, devoción y homenaje. Y así vemos que éste es el caso de comienzo a fin en los escritos del Nuevo Testamento. Cristo es el Dios de los Apóstoles y de los cristianos primitivos, en el sentido de que Él es el objeto de todos sus afectos religiosos. Ellos le consideraban a Él como aquella persona a la que pertenecían de una manera especial; ante la que eran responsables por su conducta moral; ante quien tenían que dar cuenta de sus pecados; ante quien responder por el uso de su tiempo y talentos; que siempre estaba presente con ellos, morando en ellos, controlando su vida interior, así como la exterior; cuyo amor era el principio animador de su ser; en quien ellos se gozaban como su gozo presente y suerte eterna. Este reconocimiento de su relación con Cristo como su Dios es constante y siempre presente, de manera que la evidencia de lo mismo no puede ser recogida y enunciada de una manera polémica o didáctica.

Pero cada lector del Nuevo Testamento para el que Cristo sea una mera criatura, por exaltada que sea, tiene que sentirse fuera de comunión con los Apóstoles y cristianos apostólicos, que se reconocían a sí mismos y que eran universalmente reconocidos por los demás hombres como adoradores de Cristo. Ellos sabían que deberían comparecer ante su tribunal; que cada acción, pensamiento y palabra de ellos, y de cada hombre que viva jamás, quedaría abierto todo ello ante su omnisciente mirada; y que el destino de cada alma humana debía depender de su decisión. Por ello, conociendo el terror del Señor, persuadían a los hombres. Prescribían cada uno de los deberes morales no meramente sobre la base de la obligación moral, sino por consideraciones sacadas de la relación del alma con Cristo. Los hijos deben obedecer a sus padres, las mujeres a sus maridos, los siervos a sus amos, no como complaciendo a los hombres, sino como haciendo la voluntad de Cristo.

La verdadera religión, según ellos la exponen, no consiste en el amor o reverencia a Dios meramente como el Espíritu infinito, el creador y preservador de todas las cosas, sino en el conocimiento y amor ele Cristo. Todo el que crea que Jesús es el Hijo de Dios, esto es, todo el que crea que Jesús de Nazaret es Dios manifestado en carne, y que le ama y obedece como tal, es declarado nacido de Dios. Cualquiera que niega esta verdad es declarado anticristo, negando a la vez al Padre y al Hijo, porque Ia negación del uno es la negación del otro. La misma verdad es expresada por otro Apóstol, que dice; «Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este mundo cegó los pensamientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la iluminación del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios». Los que están perdido, según este Apóstol, son los que no ven, ni creen, que Jesús sea Dios morando en la carne. Y de ahí que se adscriben tales efectos al conocimiento de Cristo y a la fe en Él, y se mantienen tales expectativas de la gloria y bienaventuranza de estar con Él, que serían imposibles o irracionales si Cristo no fuera el verdadero Dios. Él es nuestra vida. El que tiene al Hijo tiene la vida. El que cree en Él vivirá eternamente. No somos nosotros que vivimos, sino Cristo que vive en nosotros. Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Estamos completos en Él, y nada nos falta. Aunque no le hemos visto, creyendo en Él nos regocijamos con un gozo inefable. Es por cuanto Cristo es Dios, por cuanto Él posee todas las perfecciones divinas, y por cuanto Él nos, amó y se entregó a si mismo por nosotros, y nos ha redimido y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios, que el Espíritu de Dios dice: «Si alguno no ama al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene». La negación de la divinidad del Hijo de Dios, el rechazo a recibir, amar, confiar, adorar y servirle como tal, es la base de la perdición irremediable de todos los que oyen y rechazan el evangelio. Y todas las criaturas racionales, santas e impías, justificadas y condenadas, darán su amén a la justicia de esta condenación.

La divinidad de Cristo es un hecho demasiado patente, una verdad demasiado trascendente, para ser rechazada inocentemente. Son salvos los que verdaderamente la creen, y ya están perdidos los que no tienen ojos para verla. El que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; y el que no cree en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él. Ésta es, por tanto, la doctrina del Nuevo Testamento, que la aprehensión espiritual y el sincero reconocimiento de la Deidad del Redentor constituye la vida del alma. Es en su propia naturaleza vida eterna; y la ausencia o carencia de esta fe y conocimiento es muerte espiritual y eterna. Cristo es nuestra vida; por tanto, quien no tiene al Hijo no tiene la vida.
Soli Deo Gloria



¿La Salvación, Personal o Corporativa?

Conoce al Señor”, porque todos me conocerán...(Jeremías 31:34)

Todo en la obra de redención es personal, individual y preparado para cada persona. Todo tiene su propia dirección, número y título. No es una tienda al por menor donde se venden las cosas y, por lo tanto, todos pueden tomar según su propia elección. Es un palacio donde se distribuyen los dones y el don está designado, por lo tanto, a cada uno de aquellos para quienes están destinados. (Abraham Kuyper, Gracia Particular, 87.)

En círculos Reformados y Presbiterianos, en los años recientes, ha habido un loable redescubrimiento de la importancia del pacto de gracia y la iglesia en la comunicación de la gracia de Dios en Jesucristo. Mientras que muchos Cristianos evangélicos colocan el énfasis primario en tener una “relación personal con Jesucristo,” los Cristianos Reformados reconocen que el compañerismo con Cristo ocurre ordinariamente a través del compañerismo de la iglesia y su administración de los medios de gracia, la predicación de la Palabra de Dios y la administración de los sacramentos del bautismo y la santa comunión. La iglesia es la “sociedad” divinamente señalada, para usar la expresión de Calvino, dentro de la cual los creyentes y sus hijos son nacidos de nuevo espiritualmente y nutridos en la vida Cristiana. En lugar de enfatizar, como de primera importancia, que los pecadores individuales “tomen una decisión por Jesús,” el Cristianismo Reformado comienza con la iniciativa de Cristo en reunir y preservar Su iglesia por Su Espíritu y Su Palabra.

Hasta aquí, en lo que concierne a los hijos de los creyentes, la fe Reformada los considera como “Cristianos” o miembros de Cristo en virtud de la promesa del pacto, que es expresada y sellada para ellos en el sacramento del bautismo. Tales hijos no son considerados como “mundanos,” fuera del compañerismo de Cristo hasta que escojan creer y arrepentirse. Más bien, son considerados como miembros de la iglesia Cristiana, a quienes se les ha de enseñar a vivir y actuar de manera consecuente. Los padres Cristianos no esperan a que sus hijos lleguen a la “edad de la responsabilidad” antes que les enseñen a confesar que “su único consuelo en la vida y en la muerte” es que pertenecen a su fiel Salvador, Jesucristo (Catecismo de Heidelberg, Día del Señor 1). Confiando en la promesa del pacto, instruyen a sus hijos en la Palabra de Dios y confiadamente anticipan que el Señor confirmará Su promesa en las vidas de estos hijos mientras crecen y maduran en Cristo.

Corporativismo

Sin embargo, la naturaleza pactal y corporativa de la administración del evangelio puede fácilmente ser distorsionada en otro error tan mayúsculo como el del individualismo evangélico. Si un problema clave con el evangelicalismo es su individualismo, un problema potencial dentro del Cristianismo Reformado contemporáneo es el corporativismo. Por “corporativismo” quiero decir la idea de que es innecesario cualquier énfasis en la apropiación personal de la gracia de Dios en Cristo. Debido a que la gracia de Dios es comunicada a los creyentes por medio de la iglesia y sus medios de gracia, nuestra respuesta personal al evangelio disminuye en importancia. Esta idea puede tomar varias formas. Por ejemplo, algunas personas Reformadas simpatizan con la afirmación de N. T. Wright de que “si tienes lo corporativo, te deshaces de lo individual.”

Este lenguaje parece sugerir que es suficiente simplemente saber que una persona es un miembro de la iglesia por medio del bautismo. La soteriología está totalmente subordinada, y agotada, por la eclesiología. Insistir en el punto de si un miembro bautizado de la iglesia responde apropiadamente al sacramento por la vía de la fe y el arrepentimiento es un asunto secundario en el mejor de los casos, quizás un individualismo mal dirigido. En tanto que conozcamos la identidad de una persona a través del sacramento del bautismo, no necesitamos enfatizar demasiado la respuesta necesaria y personal que requiere el bautismo.

El sacramento del bautismo se vuelve, en este esquema, un tipo de “ordenanza salvadora” que asegura la elección de una persona y su favor para con Dios, independientemente de su apropiación del evangelio por medio de la fe. De manera similar, están aquellos que censuran el énfasis de la teología clásica Reformada en un ordo salutis, la manera en que la gracia de Cristo se hace nuestra por medio de la obra del Espíritu de Cristo en el renacimiento, conversión y demás. En tanto que vemos el gran cuadro de la historia salutis, la historia de la obra salvadora del Dios Trino culminando en la Persona y obra de Cristo, tenemos todo lo que es importante. Demasiado enfoque en la apropiación del creyente individual de la gracia de Dios, particularmente como esta ha sido entendida en las categorías tradicionales del ordo salutis, conduce al subjetivismo y a una visión demasiado introspectiva de la vida Cristiana.

Aunque esta es más bien una descripción simplista del problema, me gustaría proponer que es una ilustración sorprendente de lo que podría llamarse un falso dilema, una yuxtaposición innecesaria de cosas que están genuinamente en armonía. El Cristianismo Bíblico y Reformado no necesita escoger entre lo corporativo y lo personal, entre la historia salutis y la ordo salutis. Para tomar el lenguaje Bíblico desde otro contexto, no necesitamos “separar lo que Dios ha unido.”

El desafío real para el Cristianismo Bíblico en nuestro día no es un énfasis en la respuesta personal del creyente al evangelio, sino un énfasis en la fe y la vida Cristiana como un asunto privado o meramente individual. Sin embargo, históricamente en la confesión y práctica de las iglesias Reformadas, se ha entendido correctamente que lo corporativo y lo personal están íntimamente ligados, aunque siguen siendo distintos. Esto puede ser ilustrado fácilmente por ejemplos Bíblicos e históricos. Si consideramos la predicación del Señor Jesucristo, como nos es atestiguada en los evangelios del Nuevo Testamento, es difícil suprimir la obvia verdad que Él consideraba la apropiación personal de Su mensaje como algo de importancia crítica, cualquiera que fuese la naturaleza de la identificación corporativa de una persona con el pueblo pactal de Dios.

Unas pocas citas aleatorias del Evangelio de Mateo, que podrían multiplicarse por docenas, bastarán para mostrar que este es el caso. Por tanto, os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos (Mateo 5:20). Cuando ores, no seas como los hipócritas (Mateo 6:5). No todo el que me dice: “¡Señor, Señor!”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos (Mateo 7:21). Pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes (Mateo 8:12). A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos (Mateo 10:32). (Hablando a los Fariseos) Toda planta que no plantó mi Padre celestial será desarraigada (Mateo 15:13). Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame (Mateo 16:24). Por tanto, os digo que el reino de Dios será quitado de vosotros y será dado a gente que produzca los frutos de él (Mateo 21:43). Asimismo el apóstol Pablo, aunque algunas veces ha sido interpretado hoy, de manera arbitraria, como si tuviese poco, si es que algún, interés en las cuestiones personales de una ordo salutis, parece ser bastante enfático acerca de la necesidad de responder personalmente al evangelio. Considere solamente tres textos, que también podrían ser multiplicados muchas veces. No que la palabra de Dios haya fallado, porque no todos los que descienden de Israel son israelitas (Romanos 9:6). Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2:20). Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero (1 Timoteo 1:15).

La Comunidad del Pacto

Como sugieren claramente estos pasajes, el evangelio de Jesucristo, que es comunicado a través de la predicación y los sacramentos, no prescinde sino que acentúa la necesidad de una respuesta dirigida por el Espíritu en la forma de fe y arrepentimiento personal. Sin importar qué tan cierto es que la gracia de Dios es comunicada pactalmente, y por lo tanto, corporativamente, el pacto no es meramente un asunto corporativo. La comunidad del pacto está compuesta de personas, y entre esas personas hay algunos que quebrantan el pacto por la incredulidad y la falta de penitencia, y hay otros que guardan el pacto. Es imposible, por tanto, hablar solamente de la comunidad corporativa y su medio objetivo de gracia, cuando hablamos de la comunicación del evangelio.

La confesión y práctica histórica de las iglesias Reformadas también confirma que este es el caso. Uno de los catecismos más conocidos de la tradición Reformada es el Catecismo de Heidelberg. Este Catecismo sirve (entre otras funciones) para instruir a los niños en la Fe, quienes son miembros de la comunidad pactal o iglesia. Sin embargo, lo que llama la atención acerca de este Catecismo es que es dominantemente pactal (sin usar el término muy a menudo) y personal al mismo tiempo. No hay en su lenguaje la más mínima insinuación que la inclusión corporativa de los creyentes y sus hijos hagan superflua una respuesta personal al evangelio de Cristo. Dentro del escenario del pueblo corporativo de Dios, este catecismo le enseña a los creyentes (como es habitual en los símbolos clásicos de la tradición Cristiana) a hablar en la primera persona del singular mientras se une a toda la compañía de los fieles. Es más, en su tratamiento de los sacramentos, este catecismo insiste que estos medios de gracia son simultáneamente los actos más corporativos y personales imaginables.

En el bautismo cristiano, los creyentes y sus hijos son abordados personalmente (¡por nombre!). Por medio del bautismo Dios condesciende para darnos una señal o signo y una promesa de nuestra incorporación en Cristo. Lejos de disminuir nuestra responsabilidad personal, el sacramento lo acentúa. De igual forma, cuando los creyentes son nutridos en la mesa del Señor, lo hacen solamente mientras vienen con la “boca” de la fe, recordando, proclamando y discerniendo el cuerpo y la sangre de Cristo que les son dados. Este sacramento significa y sella que “Su cuerpo [el de Cristo] fue ofrecido y quebrantado en la cruz por mí, y Su sangre fue derramada por mí” (Día del Señor 28, énfasis mío).

Por lo tanto, lo que estoy sugiriendo es que no deberíamos oponer lo corporal y lo personal, la historia y el ordo salutis. Todo tipo de daños se siguen por un fracaso en mantener juntos estos dos lados de la realidad única de la obra salvadora del Dios Trino: los sacramentos son separados de la Palabra de Dios y la respuesta de fe requerida; la iglesia o comunidad del pacto en su expresión histórica es simplemente identificada con la compañía de los elegidos, la distinción entre la iglesia como Dios la conoce de manera infalible (la así llamada “iglesia invisible,” o mejor, la “invisibilidad” de la iglesia) y como esta existe concretamente, como la compañía mixta de creyentes verdaderos e hipócritas, es comprometida; y una presuntuosidad ilegítima crece con respecto a la salvación de todos los que están señalados pactalmente como Cristianos.

El Cristianismo Reformado, aunque ni pietista ni individualista en sus mejores expresiones, nunca niega que la gracia de Dios en Cristo requiera la confesión intensamente personal (aunque común entre el pueblo de Dios): “Que no me pertenezco a mí mismo, sino que pertenezco, en cuerpo y alma, a mi fiel Salvador Jesucristo, quien ha hecho satisfacción plena por todos mis pecados.”
Por Cornelis Venema
Soli Deo Gloria



miércoles, 2 de agosto de 2017

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La Primacía de la Palabra

Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración. (Hechos 2:42)

En este pasaje tenemos un resumen sucinto de las características de la Iglesia Primitiva. Era una iglesia que aprendía. La enseñanza aquí no es pasiva, sino activa. La frase quiere decir que dedicaban tiempo y prestaban atención a lo que los apóstoles enseñaban. 

En el texto nos dice se nos dice que la iglesia primitiva se dedicaba continuamente a la enseñanza y comunión de los apóstoles, en el partimiento del pan y a la oración. Es importante observar que la devoción a la enseñanza de los apóstoles es mencionada primero. Fueron serios en su deseo de entender correctamente el Antiguo Testamento y las enseñanzas de Jesús, y los apóstoles fueron su guía autorizada para conocer esas verdades. No se reunieron en un círculo preguntándose unos a otros: "¿Qué significa esto para ustedes?" No, ellos querían saber la verdad, así que ellos enfocaron su atención en las enseñanzas de los apóstoles, quienes podrían impartirles con precisión el significado apropiado. 

La Palabra de Dios es esencial para una iglesia saludable. 
Todo lo demás fluye del conocimiento enseñado por el Espíritu de las Escrituras. Nuestra comunión se guía por ella, El partimiento del pan es gobernado por ella, y nuestras oraciones deben estar en línea con ella. Nuestras iglesias hoy necesitan tener un compromiso y devoción similares a las Escrituras. Nuestra gente necesita ver lo importante y vital que es la Palabra en su vida cotidiana. Aquí están algunas de las bendiciones que vienen a aquellos que están dedicados a las Escrituras. 

Uno de los grandes peligros de la Iglesia es caer en una religiosidad estática que mira hacia atrás en lugar de adelante. Precisamente porque las riquezas de Cristo son inescrutables e inagotables debemos ir siempre hacia adelante. El cristiano se dirige, como la luz de la aurora, hacia una plenitud que no se alcanza en esta vida (Proverbios 4:18). Debemos considerar que hemos perdido el día si no hemos aprendido en él nada nuevo ni hemos profundizado en la sabiduría y en la gracia de Dios.

Este libro revela la mente de Dios, el estado moral y espiritual del hombre, el camino de salvación, el castigo del pecador no redimido y la bienaventuranza del creyente. Sus doctrinas son santas, sus preceptos obligatorios, sus historias verdaderas y sus decisiones inmutables. Léelo para ser sabio, créelo para estar seguro, practícalo para ser santo. Es luz que dirige, pan que sostiene y consuelo que alegra. Es mapa del viajero, báculo del peregrino, brújula del navegante, espada del soldado y la carta magna del cristiano. En la Biblia está el paraíso restaurado, el cielo abierto y las puertas del infierno descubiertas. Cristo es su gran tema, nuestra salvación su buen propósito y la gloria de Dios su meta. Debe ocupar la mente, gobernar el corazón y guiar los pies. Léelo con lentitud, con frecuencia y con oración. Es mina de prosperidad, un paraíso de gloria y un río de placer. Nos es dado en esta vida, será abierto en el juicio y será recordado eternamente. Trata del deber más grande, recompensará la labor más excelente y condenará a todo aquél que juega con su sagrado contenido.

Entonces veamos las bendiciones que encontramos en las escrituras:

1) Nos permite superar las tentaciones de Satanás,  vemos donde Cristo usó las Escrituras para derrotar a las tres tentaciones del diablo (Mateo 4: 4, 7, 10); Donde la "espada del Espíritu, que es la palabra de Dios", que es una parte vital de la armadura de Dios que nos protege de los ataques de Satanás (Efesios 6:17); Y las palabras alentadoras de Juan a los jóvenes que él dice son "fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al mal" (1 Jn. 2:14). En cada uno de estos casos, La Palabra de Dios fue la clave para permanecer firmes contra las tentaciones de Satanás.

2) Clave para la transformación espiritual, Ro. 12: 2 Y no seáis conformados con este mundo, sino transformados por la renovación de vuestra mente. 

3) Para el crecimiento de nuestra fe, Ro. 10:17 Así que la fe viene de oír y oír por la palabra de Cristo. 

4) Para nuestra santificación y entrenamiento espiritual,  2Ti. 3:16 - 17 Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia;  para que el hombre de Dios sea preparado para toda buena obra. 

5) Fuente para el avivamiento espiritual, Sal. 119: 50 Esta es mi consolación en mi aflicción, que tu palabra me ha revivido. 

6) Esencial para la convicción del pecado, Heb. 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. 

7) Vital para ser fructifero, Sal. 1: 2 - 3 sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!  Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera. 

8) Para ver la gloria de Dios, Las Escrituras revelan la gloria de Dios desde Génesis 1: 1 hasta Apocalipsis 22:21

A la luz de estas bendiciones (y hay muchas más) que vienen a nosotros a través de la Palabra, desafiemos a nosotros mismos y a nuestro pueblo a un mayor compromiso con las Escrituras cada año, y que el Espíritu de Dios use la Palabra de Dios para transformarnos más en la semejanza del Hijo de Dios. 
Soli Deo Gloria



martes, 1 de agosto de 2017

Grupos pequeños Orando

El Nuevo Testamento llama a la iglesia a: "sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros," (1Pe 4: 8)

Una manera clave  para fomentar el amor sincero por el otro es a través de nuestras reuniones  de oración en grupos pequeños. Considerare dos  objetivos. 

Primero, debemos tratar de cultivar nuestra devoción a la oración en nuestra comunión unos con otros. La iglesia primitiva estaba dedicada a orar juntos (Hechos 2:42, 3: 1, 4:24, 12: 5, 13: 2-3). Una de las formas más importantes de compartir la vida juntos es orar juntos. Es posible que pasemos la mayor parte de la reunión del grupo pequeño compartiendo, pero una meta clave es orar juntos a la vista de lo que hacia nuestros hermanos en el primer siglo.

Un segundo objetivo, es cultivar una comunión más personal y más profunda entre sí. Normalmente, nuestra reunión de oración a mitad de semana se centra en las preocupaciones más grandes del Reino. Pero hay un lugar para ser más personal. Creemos que podemos soportar mejor las cargas de los demás (Gal. 6: 2), regocijarnos con los que se regocijan (Ro. 12:15), y orar unos por otros (Santiago 5:16) si tenemos una reunión regular en la que podemos compartir unos con otros en un nivel más personal y más profundo.

Experimentamos muchas bendiciones personales. Pero nuestras vidas también están marcadas por la lucha, la tentación, el fracaso y las necesidades. Queremos cultivar una conciencia genuina al llevar las cargas de los demás. Podríamos discutir una pregunta como "¿Cuál es la necesidad espiritual en este momento?" O "¿Por una preocupación espiritual?" Nuestro objetivo debe basarse es una comunión más profunda entre los asistentes.

"Si Satanás ha cegado y atado a hombres y mujeres ¿cómo podemos alguna vez ver las almas redimidas? Es allí donde nos toca nuestra obra. Saquear los bienes del fuerte tiene que ver con liberar a los que Satanás ha cegado y tiene atados…. Es allí donde se requiere la oración".

Buscando una participación personal como sea posible. La pequeña reunión de grupo es más como un tiempo de devoción familiar que un modelo en miniatura de un servicio de oración normal a mitad de semana, participando así todos y en las posiciones libres de oración.

El propósito es  cultivar la verdadera comunión. Que el Señor nos ayude a su Iglesias en el mundo y a esos grupos de hombres y mujeres que buscan continuamente el rostro de Dios: "¡Por encima de todo, manténganse fervientes en (nuestro) amor unos por otros"!

Literatura disponible PDF ( Click enlace) La Oración Ferviente - A. W. Pink 
Soli Deo Gloria



lunes, 31 de julio de 2017

Lo que necesitamos decirle al mundo

El Evangelio es el mensaje más importante en todo el mundo para los seres humanos. "Evangelio" significa "buenas noticias". Sin embargo, a fin de percibir el Evangelio como una buena noticia, la gente debe entender su situación personal ante Dios.

La persona que se presenta en la congregación tiene que demandar ante todo la predicación del evangelio, pues el propósito que esa persona tiene al presentarse en el lugar es oir el evangelio. Si el evangelio no se le administra en toda su pureza, sino que se le presenta adulterado, esa persona no está por ningún motivo obligada a seguir presentándose en el seno de esa congregación.

Debemos reconocer que Dios exige la perfección en lo que se hace, y cosas que no hemos podido hacer, de hecho que no podemos hacer debido a nuestra condición espiritual. Dios exige justicia. El requiere que hagamos lo que es correcto a sus ojos todo el tiempo. Dios es perfectamente justo y no puede aprobar la injusticia en absoluto, ni siquiera una vez. Las actitudes, las palabras y las acciones que comúnmente se aceptan por nosotros son severamente condenados por Dios. Cosas como: orgullo, prejuicio, tomar Su Nombre en vano, mentir (incluso los más pequeños), la codicia (incluyendo los deseos no expresados); Todas estas cosas son malas a los ojos de Dios y exigen las acciones punitivas de su justicia. Sobre todo, el fracaso de amar a Dios supremamente y con todas nuestras mentes, corazones, almas y  fuerzas, todo esto nos condena a los ojos de Dios. Dios debe ser veraz y la verdad es que Él es el único ser merecedor de amor y devoción sin reservas.

Ser condenado por Dios implica mucho más que hacer a Dios triste o perder algunas bendiciones. La condenación de Dios es la muerte, no sólo la muerte física, sino la eterna separación consciente de Él y la eterna resistencia de Su ira.

Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que repriman la verdad en injusticia.  Romanos 1:18 "La ira de Dios" es la realidad más terrible imaginable. La ira de Dios se está revelando ahora mismo; Pero la parte más devastadora de la ira está reservada para el Juicio final y la eternidad a seguir. Dios sólo está derramando su ira sobre la raza humana porque hemos rechazado pecaminosamente su revelación de sí mismo y hemos adorado a la criatura más que al Creador.

La "Buena Nueva" es que Dios, por su amor inmerecido por la humanidad, envió a su Hijo al mundo. Dios Hijo, eterno igual al Padre y su compañero constante, se convirtió en un humano sin pecado. Vivió delante de su Padre la vida justa requerida de nosotros. Entonces, en la mayor muestra de amor y misericordia que este mundo verá siempre, el Hijo de Dios murió en el lugar de los humanos culpables. Él permitió la culpa de personas como tú y yo ... la culpa que requiere el castigo eterno de la justicia Divina, Cristo aceptó esa culpa como el Padre le imputó a Él. Entonces recibió la ira infinita debido a esa culpa. Porque Él es Dios y posee un valor infinito, Su sufrimiento y muerte como Hombre en la cruz satisfizo (propició) la justicia y la ira de Dios. Lo que requerirá eternidad futuro para los seres humanos para satisfacer, Cristo satisfecho en un solo sacrificio, Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, Él fue herido por nuestras iniquidades; El castigo por nuestra paz estaba sobre él, y por sus llagas fuimos sanados. Todos como ovejas nos hemos extraviado; Hemos dado vuelta, cada uno, a su propio camino; Y el SEÑOR ha puesto sobre él la iniquidad de todos nosotros.  Isaías 53: 5- 6 Dios el Padre resucitó a Cristo de los muertos porque en él se satisfizo la justicia. El hecho histórico de la resurrección de Cristo de entre los muertos demuestra que la justicia está satisfecha eternamente para todos los que creen en Cristo.

Dios también llevó a Cristo de vuelta al cielo para que intercediera por todos los que confían en él. A fin de otorgar el perdón gratuitamente a cada pecador culpable que lo invoque desde el corazón mientras se arrepiente de los pecados.

¿Reconoces que has pecado contra Dios y que te mereces su ira? Si es así, ¿por fe abrazarás a Cristo como Él te es ofrecido en el Evangelio? ¿Te apartarás de seguir tu propio camino desafiando la voluntad de Dios y  confiarás en Cristo solamente en Él para hacerte justo con Dios por la autoridad de su vida sin pecado, muerte sustituta y resurrección? Si invocáis a El, Él perdonará todas vuestras transgresiones, os reconciliará con Dios y os dará vida eterna.

Esa es la Buena Nueva. ¿Lo recibes?

Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero.  1 Timoteo 1:15

De éste dan testimonio todos los profetas, de que por su nombre, todo el que cree en El recibe el perdón de los pecados. Hechos 10:43
Soli Deo Gloria


domingo, 30 de julio de 2017

Respuesta Bíblica al Homosexualismo (LGBT)

I. Introducción

La homosexualidad es un tema controvertido en pleno siglo XXI de nuestra sociedad relativista y tolerante. Para algunos, se ha convertido en una cuestión de derechos iguales para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Para muchos es también un asunto religioso y moral porque está dentro de la Biblia. Debates, discusiones, argumentos y, muy lamentablemente, a veces incluso la violencia se produce a partir de interacciones sobre este tema.

Para algunos este tema desde la perspectiva bíblica sobre la homosexualidad tiene una atracción meramente académica. Tal vez la persona que no es cristiana ni homosexual; el tema puede no afectarlos personalmente, pero ya que es un tema actual  de interés. Para otros esto es muy personal. tal vez sería la persona que se identifica como cristiana, como homosexual o como cristiana homosexual. A pesar de todo, este artículo está destinado a ser un recurso de gracia y amor. De esta manera entonces, este artículo detallará la visión bíblica  cristiana de la homosexualidad 

No pasará mucho tiempo  querido lector que ud. descubrirá la dirección de este artículo que se moverá hacia la conclusión de que la homosexualidad es un pecado. Con esta designación y un par de cosas deben ser claramente establecidas para evitar cualquier malentendido.

1.  Este autor, todos los cristianos, y todos los no cristianos han pecado y son pecadores. Lamentablemente esta es una igualdad en la que todos están plenamente involucrados.

2. Este artículo presenta las conclusiones lógicas sobre cómo los cristianos deben responder a esta enseñanza bíblica sobre la homosexualidad. Si bien no se ocupa de cada situación, presenta la actitud y el corazón de los que debe venir toda respuesta: la gracia y el amor. No hay lugar para la violencia, los insultos, o el maltrato de los cristianos hacia cualquier otra persona. Es con amor genuino y cuidado que se escribe este artículo.

Con esto en mente, este artículo examinará la homosexualidad en el Antiguo Testamento, la homosexualidad en el Nuevo Testamento y la enseñanza de Jesús sobre la sexualidad, antes de terminar con algunas observaciones personales. Cada punto tendrá su propia sección de conclusión.

II. Homosexualidad en el Antiguo Testamento

En el Antiguo Testamento la homosexualidad se discute más explícitamente en cuatro pasajes. Dos son prohibiciones en la ley contra la actividad homosexual. Los otros dos son eventos históricos: Sodoma / Gomorra y Guibeá. No intentaremos responder a cada pregunta que se pueda plantear sobre cada texto. Sin embargo, se tomará tiempo para establecer claramente el punto de vista de la Biblia y, por lo tanto, la perspectiva que el cristiano debe tener. En nuestra discusión comenzaremos examinando el tratamiento de la homosexualidad en la Ley. Luego veremos los dos relatos narrativos.

A. Levítico 18:22, Prohibición de la Homosexualidad en la Ley

Lv. 18:22 No te acostarás con varón como los que se acuestan con mujer; es una abominación.

Esta ley directa prohíbe todos los actos homosexuales. No hace distinciones en cuanto a si eran o no consensuales. Viene en medio de una sección de leyes relacionadas con las relaciones sexuales. No se da ninguna consecuencia aquí en cada versículo para las leyes individuales, sino que todas están listadas como cosas que no deben hacerse. Todos los artículos en la lista de este capítulo se dice que "contaminan" (Levítico 18:24) y se llaman "abominaciones" (Levítico 18:27, 30). En equilibrio, aquí la homosexualidad no se elige entre el resto de los pecados sexuales (que ellos mismos están siendo resaltados), sino que se incluye con el resto. Del mismo modo, los que rompen cualquiera de estas leyes deben ser "cortados del medio de su pueblo" (Levítico 18:29). Estas diversas actividades sexuales son las que provocaron el castigo de Dios sobre los habitantes anteriores de la tierra (Levítico 18:24). Así, en la ley, la homosexualidad era una ofensa contra Dios. Esto, junto con los otros pecados sexuales, no debía existir en absoluto en Israel.

B. Levítico 20:13, Castigo de la Homosexualidad en la Ley

Levítico 20:13 Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos.

Esta ley sencilla da las consecuencias para los actos homosexuales como se llevaría a cabo bajo el gobierno teocrático de Israel. Viene en medio de una sección que detalla las listas de delitos y castigos. Esta sección en particular trata de los delitos sexuales y sus juicios. El castigo por los actos homosexuales sería la muerte de ambos participantes. Esto parece aclarar lo que significaba ser "cortado del medio de su pueblo" en la discusión anterior de los pecados sexuales en Levítico 18. Así, en la ley, la homosexualidad era un pecado contra Dios que requería la pena de muerte.

C. Génesis 19: 1-11, Sodoma y Gomorra

En Génesis 18: 20-21 Dios declaró que iba a destruir a Sodoma y Gomorra porque el "clamor ... es tan grande y su pecado tan flagrante". Cuando dos ángeles fueron a ver "si son tan malvados como el clamor sugiere, " De hecho todos los hombres de la ciudad trataron desesperadamente de violarlos a estos hombres enviados. Se han hecho intentos de ver el pecado aquí como relaciones antinaturales con ángeles. Sin embargo, el texto en ninguna parte señala que nadie en la ciudad sabía que eran ángeles  en lugar de que son llamados "hombres" por los ciudadanos y Lot ( Génesis 19: 5 y Génesis 19: 8 respectivamente). Similar, Judas 1: 7 corrobora esto:

Judas 1: 7 Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, a semejanza de aquéllos, puesto que ellas se corrompieron y siguieron carne extraña, son exhibidas como ejemplo al sufrir el castigo del fuego eterno.

Aunque aspectos de este versículo (deseos antinaturales similares a los ángeles) pueden plantear preguntas, definitivamente extiende la conducta pecaminosa más allá de la hospitalidad a la inmoralidad sexual.  La única inmoralidad sexual que se nos dice en Sodoma y Gomorra es el intento de actos homosexuales contra los ángeles (de hecho, despreciaron el esfuerzo de apaciguarlos a través de la oferta de inmoralidad heterosexual Gn. 19: 9).

Así, antes de dar la ley, Dios consideró que este intento de violación homosexual que continuó incluso después de que los hombres estuvieran cegados, fuera parte de la gran maldad que resultó en la destrucción masiva de estos pueblos.

D. Jueces 19: 22b Guibeá

En Jueces 19 se produce otro ejemplo de hospitalidad e intento de violación homosexual. En este caso, no todos los hombres de la ciudad, sino más bien «algunos que no tienen nada». Aquí, sin embargo, fueron pacificados con la concubina del hombre que fue enviada a ellos en su lugar. Ella murió después de su tratamiento de ella.

Estas acciones llevaron a la primera guerra civil en la historia de Israel, y a la extinción cercana de la tribu de Benjamín. Esta guerra fue sancionada por la aprobación de Dios después de que Guibeá se negó a entregar a los hombres ofensivos para el juicio (Jueces 20:18; 20:23; 20:28; 20:35).

Al igual que muchos problemas de la vida real de hoy, el pecado que resultó en todo esto parece haber sido una serie de acciones. Primero, estos hombres intentaron hacer una "cosa malvada" y "conocer" a estos hombres sexualmente (19: 22-23a). En segundo lugar, para combinar eso, se intentó a una persona que estaba bajo la hospitalidad de otro hacer una "cosa vergonzosa" (Jueces 19:23 b). En tercer lugar, violaron y abusaron la concubina del viajero toda la noche y causaron su muerte (Jueces 19: 25-30). En cuarto lugar, el resto de la tribu de Benjamín se negó a entregar a estos hombres en castigo (Jueces 20:13).

El breve relato de la historia de las tribus (Jueces 20: 5) no se enfoca en el lado sexual de la intención hacia el viajero como lo hace el acontecimiento original (Jueces 19: 22-24). El intento se incluye en el registro más largo del evento y marcado claramente como incorrecto.

Así, después de la entrega de la ley, el intento de violación homosexual fue parte del pecado que resultó en una guerra civil sancionada por Dios.

Conclusión de la Homosexualidad en el Antiguo Testamento

Tanto antes de que la ley fue dada y luego bajo la ley, la homosexualidad fue considerada como pecado para los israelitas y los no israelitas. Esto era cierto para los casos consensuales y no consensuales. Resultó en el juicio de Dios y la muerte.

Antes de que se diera la ley, este no era el único incidente de Dios que juzgaba directamente la pecaminosidad del hombre en gran escala (véase el juicio mucho más grande del diluvio en Génesis 6), que por cierto no menciona la actividad homosexual. De la misma manera, después de que la ley fue dada, los actos de juicio de Dios ocurrieron por otros pecados (ver el juicio de Dios para la idolatría y los pecados relacionados: en Israel en 2 Reyes 17, en los Asirios en 2 Reyes 19 y en Judá en 2 Reyes 24- 25).

Lejos de minimizar (o maximizar) cualquier pecado en particular, esto demuestra que Dios es activo tanto en declarar muchos hechos como pecado y en castigarlos a todos. No hay injusticia con Dios. Sus acciones no se limitaron a un pecado en particular, y muchos otros ejemplos del Antiguo Testamento podrían ser citados mostrando su participación en el trato con el pecado. Este énfasis en el juicio sobre la idolatría, la homosexualidad y otros pecados no debería sorprendernos, ya que parte del propósito de la ley era revelar el pecado como pecado y el justo estándar de Dios como determinante (Romanos 7: 7-14). Es posible, sin embargo, que la variedad de los pecados sexuales y su conexión posterior con la idolatría hayan sido más severamente castigados y advertidos en su totalidad (Levítico 18).

Sin embargo, esto no es donde la historia termina en el Antiguo Testamento. Muchos ejemplos podrían ser citados de la gracia de Dios: Noé y su familia, Lot y su familia, Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés y Aarón, David (un ejemplo primordial de gracia a aquel cuyos pecados merecieron la muerte bajo la ley) el Remanente de Israel y Judá, la entrega del sistema de sacrificio, Jonás y Nínive, etc. Aunque el justo estandarte de Dios es establecido, su provisión de gracia también es constante.

III. Homosexualidad en el Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento, muchos pasajes generalmente prohíben la actividad "inmoral sexual" (Hechos 15:20, 15:29, 1 Tesalonicenses 4: 3, Hebreos 13: 4 , Apocalipsis 21: 8, 22:15). Estos mandatos incluirían la homosexualidad. Sin embargo, la homosexualidad se discute más explícitamente en tres pasajes. La primera de estas tres discute la homosexualidad en detalle. Mientras que los dos últimos están en listas de pecados. Al igual que la discusión en la sección del Antiguo Testamento esto no será un intento de discutir estos posibles problemas derivados de estos textos. Más bien, el objetivo será expresar la visión bíblica y cristiana sobre la homosexualidad que estos versículos enseñan.

A. Romanos 1: 20-32

Romanos 1: 20-32 Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa. Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos; porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén.

Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza; y de la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío. Y como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen; estando llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia; colmados de envidia, homicidios, pleitos, engaños y malignidad; son chismosos, detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres, sin entendimiento, indignos de confianza, sin amor, despiadados; los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican.

Este texto discute la homosexualidad más extensamente que cualquier otro pasaje del Nuevo Testamento. Sin embargo, la homosexualidad no es el tema principal de esta sección. Pablo quiere explicar claramente el evangelio. Para hacer eso, sin embargo, es necesario mostrar que todas las personas están bajo el juicio de Dios y la condenación y por lo tanto en la necesidad del evangelio. Comienza declarando que debido a que el testimonio de Dios es visible en la naturaleza, todos están sin excusa por su rebelión contra Él. La ira justa de Dios es sobre toda impiedad (Romanos 1). Luego muestra que al condenar el pecado de los demás nos condenamos a nosotros mismos (Romanos 2). Del mismo modo, incluso el pueblo judío con la ley todavía está completamente bajo la condena de Dios por su pecado. Además, son incapaces de remediar la situación (Romanos 2-3). Por lo tanto, no importa si uno está separado de la ley o bajo ella. Todas las personas están condenadas sin parcialidad. Esto allana el camino para explicar la gracia de Dios en Jesús, que es la buena noticia del evangelio. De hecho, hay una manera de liberarse de esta situación.

Así que esta sección sobre la homosexualidad ocurre en la porción que muestra por qué la ira de Dios está sobre la humanidad, y cómo la humanidad es inexcusable delante de Él. Antes de pasar a lo negativo, Pablo comienza con las buenas noticias positivas de que está decidido a compartir. La justicia de Dios se revela en el evangelio que es recibido por la fe (Romanos 1:17). Por contraste, la ira de Dios se revela como estando en la impiedad de la humanidad (Romanos 1:18). ¿Dónde se ve esa impiedad? ¿Dónde se ve esta supresión de la verdad? Se ve en la idolatría inexcusable de la humanidad. Todos han visto en la creación los atributos invisibles de Dios, Su eterno poder y naturaleza (Romanos 1: 19-20). Sin embargo, en lugar de adorar al verdadero creador, La humanidad se trasladó a la idolatría y a la adoración de la creación (Romanos 1: 23-25). La existencia de la naturaleza exige que haya un diseñador. Esta verdad se suprime y se convierte en la adoración de uno mismo o de alguna otra cosa creada. Uno de los juicios de Dios para esta conducta es la entrega de la humanidad a sus propios deseos pecaminosos (Romanos 1:24). Esta entrega a la pecaminosidad y sus consecuencias incluye específicamente la homosexualidad (Romanos 1: 26-28). También incluye una lista completa de otros pecados más brevemente mencionados (Romanos 1: 29-32). Uno de los juicios de Dios para esta conducta es la entrega de la humanidad a sus propios deseos pecaminosos (Romanos 1:24). Esta entrega a la pecaminosidad y sus consecuencias incluye específicamente la homosexualidad (Romanos 1: 26-28). También incluye una lista completa de otros pecados más brevemente mencionados (Romanos 1: 29-32). 

Se ha propuesto una objeción contra la discusión de este texto sobre la homosexualidad. Afirma que este pasaje sólo se refiere a los heterosexuales que cometen actos homosexuales (o los "abusos" de la homosexualidad), y que esto no se aplicaría si el deseo "natural" fuera para el mismo sexo y se llevara a cabo monógamamente (o en algún tipo de " matrimonio"). Esto no aguanta el examen. Pablo no está hablando de lo que es o se ha convertido en deseo "natural". Él está hablando de la función. Dios ha diseñado hombres y mujeres con capacidades funcionales. Según este texto, estas capacidades se rebelan contra los actos homosexuales.

De este texto, entonces, vemos que la homosexualidad es un ejemplo de que Dios ha entregado a las personas a las consecuencias de haberse rebelado contra Él. No es el único pecado enumerado, pero sí el que está resaltado. Parece que este ejemplo se da porque la homosexualidad se opone diametralmente al claro diseño de Dios. Dios hizo a la gente a su imagen (Génesis 1:27) con un diseño complementario en el matrimonio de un macho con una hembra (Génesis 2: 22-25). Cometer acciones claramente opuestas al plan de Dios a nivel de la naturaleza declara claramente la realidad de la rebelión. Declara que el propio diseño y plan de Dios eran incorrectos e inadecuados. Como se enumera aquí, la homosexualidad y el resto de los pecados enumerados, Son parte del juicio inmediato (aunque no final) de Dios. El pecado es un juicio sobre sí mismo, porque se cosecha lo que siembra. Además, el intercambio voluntario de la verdad de Dios por una mentira puede resultar en que Dios entregue a la gente a una mente depravada. La habilidad de uno para razonar o ver las cosas de una manera moral precisa puede ser seriamente dañado (Romanos 1:28).

Sin embargo, para que nadie se auto justifique, Pablo inmediatamente se acerca a mostrar que todos están condenados bajo el pecado. De hecho, condenar el pecado de los demás se condena a sí mismo (Romanos 2: 1-5). La única razón por la que Pablo puede compartir algo de esto de una manera que vale la pena es porque no está confiando en su propia justicia. Él está confiando en la justicia de Dios. Esto le ha sido dado en Cristo Jesús por la gracia de Dios. Él mismo ha sido perdonado de su pecado. El punto no era condenar a otros para justificarse. El punto era aclarar la existencia del pecado para cada individuo para que la gracia de Dios que lo había rescatado pudiera ser compartida con otros humanos que necesitaban liberación tal como lo había necesitado.

El mismo propósito y punto que Pablo tenía aquí en el libro de los romanos sigue siendo para los cristianos a compartir hoy. Nosotros también somos pecadores. Nosotros también estábamos bajo la ira completa e inmensa de Dios. Yo también soy un pecador condenado por estas verdades. Por la gracia de Dios podemos ser perdonados. Sin embargo, incluso con esa gracia, en nosotros mismos no somos mejores que nadie. No tenemos nada de que jactarse. Esto demuestra que la obra de Dios es mucho más asombrosa. Que Él nos amaría y redimiría mientras éramos sus enemigos en una rebelión tan profunda contra Él es casi incomprensible. Esta misma gracia que ha cambiado y está cambiando nuestras vidas y que nos traerá la eternidad con Dios en una existencia perfeccionada está disponible para el mundo entero. Ninguna persona, género, raza, nacionalidad, grupo etnia, clase o cualquier otra división posible está excluida de esta oferta del don de la gracia. Esta es la gracia que los cristianos deben ofrecer, porque es la verdadera gracia de Dios.

B. 1 Corintios 6: 9-11, no heredarán el Reino de Dios

1 Cor. 6: 9-11 ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.

Algunos han planteado preguntas sobre las dos palabras griegas para la actividad homosexual en este versículo. Los interpretarían como referentes sólo a una suavidad moral (μαλακος) y a un hombre en prostitución (αρσενοκοιτης). Sin embargo este tipo de traducción no está de acuerdo con el primer léxico bíblico bíblico (BDAG). Más allá de eso que, esencialmente, no está de acuerdo con la mayoría (si no todos) los otros léxicos de estándar y no es una buena traducción de estas palabras aquí. Así, estas palabras en contexto se refieren a los dos papeles diferentes en las relaciones homosexuales.

Inequívocamente entonces esta es una declaración fuerte y definitiva sobre el pecado y sus consecuencias, así como sobre la única manera de ser rescatado de ellos. En este contexto, Pablo está recordando poderosamente a la iglesia de Corinto que este tipo de comportamiento no es compatible con el reino de Dios. En esta parte del libro Pablo ha estado tratando con una serie de problemas conductuales y éticos que han estado plagando a la iglesia. Sus comportamientos anteriores estaban influyendo en sus vidas de una manera totalmente inapropiada. Aparentemente se había puesto tan mal que Pablo incluso los desafió en una carta siguiente para examinarse a sí mismos para ver si realmente se hicieron creyentes (2 Corintios 13: 5).

Estos pecados por sí mismos no eran nada que les impidiera aceptar verdaderamente la gracia de Dios y convertirse en hijos de Dios. Sin embargo, una continuación en ellos como una forma de vida sería una indicación de que no eran verdaderamente creyentes y no van a heredar el reino de Dios (1 Juan 3). Muy útil para nosotros hoy, esta es una clara declaración de que algunos de los corintios se habían convertido en creyentes de esa manera de vida. Esto debería conducirnos a al menos dos conclusiones:

1. Al igual que otros pecados, la conducta homosexual puede ser perdonada. La gracia de Dios no está limitada por este o cualquier otro pecado. Como dice Romanos 5:20-21. 

Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia, para que así como el pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por medio de la justicia para vida eterna, mediante Jesucristo nuestro Señor.

2.   Como los cristianos han salido de tales pecados, deben ser los que más desean compartir el amor de Dios con los demás. Como 2 Corintios 5: 17-21 dice: 
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es ; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación. Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios! Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.

C. 1 Timoteo 1: 8-15, El peor de los pecadores - Pablo

1 Tim. 1: 8-15 Pero nosotros sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente,  reconociendo esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que me ha sido encomendado. Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me ha fortalecido, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio; aun habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en mi incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más que abundante, con la fe y el amor que se hallan en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero.

En esta lista, Pablo señala el propósito de la ley en contraste con la opinión de otros que la estaban utilizando (1 Timoteo 1: 6-7). La ley revela la pecaminosidad y la necesidad de ser "salvos". En los ejemplos que Pablo a continuación da, la homosexualidad está claramente incluida como injusta. En cuanto a la hipotética "persona justa" (v. 9), debe señalarse que Jesús fue la única persona justa (Hebreos 4:15, Romanos 3: 10-24).

Algunas personas pueden tratar de aparecer como si fueran justas. Sin embargo esto no debe confundirse con ser verdaderamente justo. Ellos recibirán el juicio de Dios, porque es su estándar que es la línea de medir. Lo único que lograrán con este intento es que tendrán en sus propias mentes, mentalmente apartados de la oferta de la gracia de Dios. ¿Cómo podría aplicarse a ellos si no reconocen su necesidad?

Esta lista de actividades pecaminosas incluye la homosexualidad y muchos pecados que podrían ser considerados por las personas como "peores": asesinato de padres, inmoralidad sexual, secuestro, profanidad e ilegalidad. Es muy interesante que al final de esta lista Pablo dice que la conclusión es que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores y que él (Pablo) fue el peor de ellos. De lo que sabemos de Pablo en otras Escrituras, él fue irreprensible delante de la justicia de la ley (Filipenses 3: 6). Pablo no pudo haber cometido ciertos pecados que a otros o la letra de la ley sería el más odioso. Sin embargo, él sabía que antes de Dios eran todavía los más malvados. Sin duda yo también soy el peor de los pecadores. Gracias a Dios por el Señor Jesucristo que en Él ya no hay ninguna condenación. 

Conclusión de la homosexualidad en el Nuevo Testamento

La homosexualidad es pecado.  Esta junto con todos los otros pecados, que merecen el juicio de Dios. Estas Escrituras confirman eso. Sin embargo, eso no es donde se detiene. Tampoco debemos discutir la visión bíblica de la homosexualidad. La Biblia y la visión cristiana de la homosexualidad es que está mal, pero Dios muestra  gracia al igual que lo hizo para nosotros, ofrece la libertad del pecado a todas las personas. La gracia de Dios puede traer nueva vida y ayudar a cada paso del camino. Como dijo Jesús en su primera venida:

Juan 3: 16-21 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. El que cree en El no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios.

Desde que he visto el poder del pecado en mi vida, cuando veo que la Escritura llama algo pecado, o una abominación, o que las personas que cometen ciertas acciones no heredarán el reino de Dios, puedo relacionarme instantáneamente con eso. Mí pecado también es una abominación a Dios:

Proverbios 6: 16-19 Seis cosas hay que odia el SEÑOR, y siete son abominación para El:  ojos soberbios, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, un corazón que maquina planes perversos, pies que corren rápidamente hacia el mal, un testigo falso que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.

Jesús experimentó las luchas de esta vida. Él puede simpatizar verdaderamente con nuestra debilidad; Él fue tentado en todo como nosotros, pero sin pecado (Hebreos 4:15). Él solo tiene el poder de vencer todo pecado y caminar con nosotros a través de esta vida. Aunque por supuesto no he experimentado todas las situaciones, he visto suficiente pecado en mi propia vida para desear tres cosas para ti:

1.       Quiero que nadie más experimente el dolor y los resultados del pecado.
2.      Quiero que todos experimenten la gracia, el amor y el perdón de Jesús que da vida nueva y eterna.
3. Quiero seguir creciendo en mis semejanzas con Jesús a través de poder. Esto solo me permitirá expresar mejor su verdad en amor, tanto en mis palabras como en mis acciones.

¿Caminarás a mi lado en esto?

Del mismo modo, si realmente han recibido esta misma gracia, ¿lo compartirán amorosamente y vivirán?

IV. Jesús en la sexualidad

Cuando las discusiones de Jesús y la homosexualidad o el estilo vida de LGBT, algunos podrían tratar de afirmar que Jesús nunca se ocupó de la cuestión. Sin embargo, eso no es realmente preciso. Jesús, como Dios, era un maestro único. A menudo se ocupaba autoritariamente de los principios que estaban detrás no sólo de una acción, sino de una todo. Con frecuencia discernía a través del corazón y la intención de las personas y expuso tanto nuestros corazones pecaminosos. Los dos ejemplos siguientes nos muestran cuidadosamente que a todos nos faltan y necesitamos desesperadamente la gracia de Dios.

A. Mateo 5: 27-28, Una Definición Maximizada del Pecado

Mateo 5: 27-28  Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Jesús dejó en claro que el estándar de Dios del bien y del mal no se detuvo simplemente con un acto externo, sino que incluyó nuestros pensamientos y nuestro corazón. Es un error incluso fantasear inmoralmente.

Más directamente esto trata con la gente casada y el pecado de adulterio tanto físico como mental. Sin embargo, va mucho más allá de esto cuando se ve el principio de lo que Jesús estaba enseñando. Jesús estaba señalando a los líderes religiosos y a la sociedad que el pecado va más allá de lo que hacen o lo que se permiten pensar y morar. En su discusión sobre el asesinato en la sección inmediatamente anterior a ésta (Mateo 5: 21-26) Él señala que estar enojado con o insultar a un hermano también traerá el juicio de Dios, no sólo la acción real de asesinar. Está claro que el estándar de Dios es más profundo que las acciones simples, y claramente (en contra de las perspectivas auto justificadas de esos líderes religiosos) era imposible para ellos. Este es uno de los puntos principales de la ley:

Los pecados sexuales van mucho más allá que el adulterio o un acto físico. Los pecados de la ira y de las relaciones rotas van mucho más lejos que el de los hermanos. Estos son ejemplos y casos específicos en los que el pecado va más allá de la mera "letra de la ley". La gente podría tratar de restringir la aplicabilidad de la ley para hacerse parecer santa y justa. Sin embargo, Dios no es engañado. Si es la minimización de la mentira, el engaño, el robo, la envidia, la codicia, el adulterio, la brujería, la pornografía, la fornicación, la estafa, la embriaguez, la homosexualidad o cualquier otra injusticia. Él no estaría de acuerdo con tal manejo de la Palabra de Dios. La definición de estos pecados es más amplia de lo que nos gustaría pensar. Así, la ética de Jesús se aplicaría claramente a la homosexualidad como parte de la ley (Levítico 18:22, 20:13), que no se haría nula (Lucas 16:17).

B. Mateo 19: 3-9, Una Definición Especificada del Matrimonio

Mateo 19: 3-9  Y se acercaron a El algunos fariseos para probarle, diciendo: ¿Es lícito a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo? Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio LOS HIZO VARON Y HEMBRA, y añadió: "POR ESTA RAZON EL HOMBRE DEJARA A su PADRE Y A su MADRE Y SE UNIRA A SU MUJER, Y LOS DOS SERAN UNA SOLA CARNE"? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. Ellos le dijeron*: Entonces, ¿por qué mandó Moisés DARLE CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARLA? El les dijo*: Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el principio. Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio.

Aquí Jesús fue muy específico en el plan de Dios para los hombres y las mujeres y el matrimonio. La base para la respuesta de Jesús a una pregunta acerca de las relaciones fue volver al plan y diseño original de Dios. Ese plan y diseño ha sido deformado y torcido por nuestra pecaminosidad y dureza de corazón en casi todas las formas posibles. En este caso específico fue el divorcio, la inmoralidad y el adulterio. Sin embargo, todas las otras posibles variantes del diseño original de Dios estarían igualmente en contra del plan de Dios, que Jesús reitera aquí. Al afirmar el plan de creación de Dios, Jesús socava, invalida y declara incorrecto cualquier otra actividad que esté en oposición a ese diseño. La homosexualidad hace lo mismo.

En la mayoría de las sociedades este estándar de lo correcto y lo incorrecto tendría muchas más implicaciones (por simple número) para aquellas personas involucradas en la inmoralidad general, convivencia, una noche, adulterio, divorcio, abuso infantil, pornografía, etc. comunidad. Sin embargo, la Palabra de Dios y los estándares de Dios para nosotros no son comparativos con lo que otras personas están haciendo. Todo está mal delante de Dios. De hecho, todas esas situaciones tienen que ser verdaderas y amorosas. Todo es contrario al plan original diseñado por Dios. Todo es merecedor de su juicio. Todos hemos fallado en cumplir con el estándar de Dios. Todos tienen la culpa, ya sea en el pensamiento o en la acción. El único bien que puede salir de este fuerte pronunciamiento de Jesús es reconocer como yo (y hacer) que soy malvado, estoy desesperado, y no puedo arreglar esto, estoy arruinado. Entonces debemos dejar que nos señale la sorprendente gracia, amor, perdón y poder transformador de vida de Jesucristo. Por medio de la fe en su obra al tomar nuestro castigo en la cruz, puede haber nueva vida (Juan 10: 9-11).

Conclusión de Jesús sobre la Sexualidad

De estas enseñanzas de Jesús vemos que ninguno de nosotros escapa de ser incluido en su enseñanza sobre los estándares de Dios de la sexualidad y el matrimonio. Jesús mismo enseñó una ética sexual y marital que más claramente y estrictamente enfatizó el plan original de Dios para las relaciones monógamas puras heterosexuales solas. Nada más era válido, ni siquiera pensamientos lujuriosos en otra dirección.

Para aquellos involucrados con cualquier heterosexual o homosexual interacciones fuera de un matrimonio hombre / mujer estas verdades tienen amplias implicaciones alcance. El pronunciamiento de Jesús es que estas relaciones no son válidas y son pecado.

Incluso para aquellos que ya no pueden estar involucrados con ninguno de estos tipos de pecados externamente, estas verdades aún tienen implicaciones. El hecho es que tú y yo probablemente luchamos con él internamente de una forma u otra y lo haremos hasta el día que muramos. Si nosotros, como cristianos, dependemos de la gracia de Dios día a día, entonces queremos tratar de compartirla amorosamente con los demás. Si no dependemos de esa gracia entonces estamos viviendo una mentira y pretendiendo ser más santo que nosotros. La única santidad que tenemos es la santidad que se nos da en Jesucristo y que Él obra en nosotros. No hay lugar para el orgullo personal o jactancia.

No importa si nuestro pecado proviene de acciones externas o internas, ya sean heterosexuales o homosexuales, o si otras personas pueden verlo o no. Si continuamos en este comportamiento, el resultado es que lenta pero seguramente destruiremos nuestras vidas a través de estos pecados. No podemos cumplir con el plan y el estándar de Dios con este tipo de comportamiento. La gracia de Dios en Jesucristo es la única respuesta. (Hechos 4:12 , Tito 3: 3-7)

Conclusión: Amar en la Verdad

La Biblia es realista acerca de la naturaleza humana. Nos dice que todos estamos fuera del estándar de justicia de Dios, y por lo tanto, ninguno es justo delante de Él (Romanos 3: 10-23). Todas las demás religiones del mundo de alguna manera ofrecen la esperanza de que por esfuerzo propio el cielo puede ser alcanzado. La Biblia no hace eso. En cambio, la Biblia nos da el estándar humanamente imposible de alcanzar.

Solamente podemos caminar por su gracia y poder vivir diariamente a la manera de vida que Dios desea. Esta es la naturaleza radical del poder transformador de la vida de la obra de Dios. Podría cambiar mi vida malvada, orgullosa y pecaminosa en algo que pudiera reflejar más y más la "imposible" forma de vida de Jesús.

Entonces, ¿qué tiene que ver esto con la visión bíblica o cristiana de la homosexualidad? Al igual que mi pecado me impidió inicialmente el reino de Dios, y al igual que mi pecado y el orgullo me esclavizado y casi destruido mi vida como yo continuamente di a ella: también lo será cualquier y todo otro pecado en su caso.

Para aquellos convencidos de la verdad de lo que la Biblia enseña sobre este y otros pecados, entonces lo mejor que podrías hacer sería leer los evangelios. (Romanos también podrían ser útiles para el detalle orientado). Allí usted leerá lo que Cristo ha hecho para liberarnos de nuestro pecado. Que el amor de Dios que ha cambiado mi vida se apodere del tuyo también.

Para aquellos para quienes este tema de la homosexualidad es simplemente una cuestión académica acerca de lo que dice la Biblia, recuerde: todo pecado esclaviza y te hace digno delante de Dios de una justa condenación. No hay pecado socialmente aceptable delante de Dios. Sin embargo, hay perdón, redención y libertad en Jesucristo.

Independientemente de la situación en la que se encuentre, yo diría con usted. Jesucristo te ofrece la misma libertad que yo no podía ganar y que yo estaba demasiado orgulloso de aceptar por mucho tiempo. Por favor, no te hagas pasar por la tortura que atravesé. Por favor, no espere hasta que sea demasiado tarde. Si Dios pudiera levantar a Jesús de los muertos, perdonar mi pecado, vencer mi lucha y ayudarme diariamente, entonces Él puede liberarte. En Él nuestra condena por el pecado es removida (Romanos 8).

Por último, para aquellos de ustedes que son creyentes en Jesucristo, les animo a pensar en este asunto a través de los ojos de la Palabra de Dios. Amemos con verdad en la enseñanza y vivamos agradecidos al ser libertados de la esclavitud de los pecados del mundo.


Soli Deo Gloria