jueves, 15 de junio de 2017

¿Existe el Cristiano Carnal?

Así que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo (1 Cor. 3:1).

Introducción

Hoy se tiene la enseñanza del “cristiano carnal” es, después de todo, la consecuencia de un evangelismo hueco, centrado en el hombre, en el cual se buscan decisiones a cualquier precio y utilizando cualquier método. Cuando aquellos que dicen ser convertidos no actúan como cristianos, no aman lo que los cristianos aman ni odian lo que los cristianos odian, y no sirven a Cristo voluntariamente en su Iglesia, se debe encontrar otra explicación que la de llamarlos a “decidirse” por Cristo. Ya lo han hecho y ya el predicador o el evangelizador personal los ha declarado “cristianos”. Pero cuando no actúan como cristianos algo anda mal. ¿Qué es? La enseñanza que he tratado de refutar dice que el problema es que son sólo “cristianos carnales”; no han hecho a Cristo “Señor” de sus vidas; no le han permitido ocupar el trono de sus corazones. Una vez se comprende que esta enseñanza es antibíblica también se comprenderá que está íntimamente relacionada con el error inicial cometido al evangelizar. Muchas veces, el evangelismo moderno sustituye la “decisión” por el arrepentimiento y la fe salvadora. El perdón se predica sin la verdad igualmente importante de que el Espíritu de Dios debe cambiar el corazón. Como resultado, se da el mismo trato a las decisiones y a las conversiones, aunque no haya evidencia de una obra sobrenatural en la vida de las personas.

La teología del "cristiano carnal" asume que todos los que hacen profesión de fe son creyentes genuinos, independientemente de cualquier evidencia de lo contrario. Los que no viven y actúan como cristianos están relegados a la segunda posición en la clase de "cristiano carnal", cuando en realidad puede que no sean verdaderos creyentes en absoluto. De hecho, el verdadero creyente tendrá que luchar con el pecado y experimentar dolores de crecimiento en el proceso de la santificación. Si uno no experimenta estos dolores de crecimiento, es poco probable que uno posea una fe genuina.

A algunos les ha llegado a sus manos unos trataditos, donde se muestra tres círculos que tres tipos de personas. En el del centro vemos el ego sentado en el trono, y una cruz que representa a Cristo sin señorío fuera del trono y unos puntidos alrededor que indica que «no ha habido una reorganización o cambio básico en la naturaleza y el carácter de la persona. El primero representa el no regenerado, el segundo el hermano carnal y el tercero al regenerado. Lo más grave sobre esta suposición es que no hay base bíblica para tal aseveración y postura. Uno debe preguntarse como revisionismo histórico ¿Esa doctrina la ha enseñado la iglesia desde la antigüedad? ¿Existen tres categorías de hombres? ¿Y uno de ellos el cristiano carnal?.

Conociendo la obra literaria de grandes hombres de antaño y teólogos renombrados: John Gill, Charles Hodge, James P. Boyle (fundador del primer seminario Bautista del Sur), Robert L. Dabney, James H. Thornwell. Unos más antiguos: Matthew Henry, George Whitefield, Juan Bunyan, Calvino, Lutero y San Agustín; no encontramos evidencia alguna sobre esa enseñanza. Y si nos vamos a los viejos catecismos y confesiones: Westminster 1647, Heidenberg, la Confesión Bautista de 1689 y la de Filadelfia de 1712 y la Declaración de Fe de la Iglesia Bautista del Sur. También reafirman lo que dicen los credos históricos. Nunca se ha enseñado la doctrina del “cristiano carnal”. Hoy muy promovida en las iglesias liberales y otras fundamentalistas con “tinte” legalista, la doctrina es nacida en el siglo XIX, buscando una segunda experiencia, época de la iluminación e ideas antropológicas. Y como siempre “Madre” de muchas controversias en la iglesia, es la Biblia de Scofield que dice en sus notas« Pablo divide a los hombres en tres clases: “natural”, es decir, el hombre adámico, no regenerado a través del nuevo nacimiento; “espiritual”, es decir, el hombre nacido de nuevo que anda en el Espíritu y en plena comunión con Dios; y el hombre “carnal”, es decir, el hombre renovado que al “andar en la carne” sigue siendo un bebe en Cristo». Pero lo que interesa aquí, ¿Qué enseña la Biblia, no la de Scofield? Esta  biblia tiene cuestionamiento respecto a esta enseñanza sobre la doctrina del hermano “carnal”. ¿Dónde estamos? Para quienes sostienen esa doctrina se basan en el pasaje de I Co. 3:1-4. El escritor reformado Reisinger, dice: «este tema esta estrechamente relacionado y entretejido con la doctrina central de la iglesia, particularmente con la justificación y la santificación». La palabra de Dios se interpreta mediante la teología desarrollada por la iglesia a través de la historia. Para quienes creemos en el “consejo completo de la Escritura”, Hch. 20:27, su palabra revelada que es el consejo de Dios no podemos sacar un texto fuera de contexto. Por tanto quienes son “unipasajeristas” esto es aquellos que usan un único pasaje para inventar una doctrina nueva. A continuación unos pasajes o cita bíblica, sin desviarme del tema, que sostienen una doctrina errada.

Ro. 11:26. El Israel terrenal que es el pueblo de Dios. Mt. 16:18. La sucesión apostólica y vicaria del papa. Ap. 20:1-6. El Milenio de 1000 años literal (Dispencionalista) I Ts. 4:13-18. El Rapto secreto de la iglesia. Mt. 18:17. La iglesia cristiana gentil del nuevo pacto que existía antes de Pentecostés. Mt. 5:34. El cristiano no debe jurar. Gn. 2:7. El alma no es inmortal. Ez.18:20 El pecado personal (niegan la trasmisión e imputación del pecado adámico, depravación total). 2 Co. 5:17. Una nueva creación, por tanto no tendremos conciencia en el cielo de nuestra vida antigua. I Co. 3:1-4. El cristiano carnal. Dos tipos de hombres. Cuando se estudia la Biblia encontraremos dos tipos de hombres: los perdidos y los salvos, dos naturalezas, dos tipos de obras. El mismo apóstol Pablo menciona dos listas en cuanto a las obras: Las obras de la carne y las obras del Espíritu, Ga. 5:16-23. La escritura habla del regenerado y el no regenerado, del no nacido de nuevo y el nacido de nuevo. El hombre natural y el espiritual, el que tiene a Cristo y el que no tiene a Cristo. Notemos como el apóstol Pablo previo al pasaje citado, habla del hombre natural (quien no conoce a Cristo) y del hombre espiritual, I Co. 2:6-16, no menciona otro tipo de hombre. Y cuando llega al capítulo 3 el apóstol Pablo usando su retórica menciona el adverbio de modo “como” que es un símil. Los está comparando como si no tuvieran la mente de Cristo y fueran naturales. Entonces usa la palabra sarki,noij, “carnales”. ¿Cuáles parámetros de pecados tendríamos para clasificar un cristiano carnal y otro espiritual? Quienes ven una división de dos tipos de cristianos en este pasaje. Tendrán que ver como Pablo, en Romanos 8:1-9, menciona una división establecida: aquellos que andan conforme a la carne (los no regenerados) y lo que andan conforme al Espíritu (los que están en Cristo). No habla de dos cristianos. Cuando Pablo dice “carnales” habla de su conducta, no habla de un tipo de cristiano. Eran Santificados, resultado de la santificación, I Co. 1:2. El apóstol está apelando a la obra de Cristo cuya sangre nos hace presentarnos santos y sin mancha e irreprensibles delante de él (Col 1:21,22). Ha confiado en Cristo? Llaman “Cristiano carnal” al que ha hecho una profesión de fe, pero no está «confiando en Dios». Tal posición es anti-bíblica. Todo cristiano tiene remanente del pecado y hay bebes en Cristo, el crecimiento en gracia, el cristiano que es castigado siempre se ha enseñado. Y siendo congruentes tenemos el pecado adámico heredado, Ro. 7:19,23 y la lucha del creyente “la carne se opone al Espíritu” Ga. 5:17, es doctrina del hombre en relación con Dios. Los conflictos de los corintios no eran doctrinales sino de problemas prácticos de una iglesia joven, sus divisiones eran producto de la carnalidad, de ese pecado remanente. Por eso la Epístola no es doctrinal primeramente. Pero pretender que un carnal existe es separar las bendiciones del nuevo pacto cuando dice “y hare que andéis en mis estatutos” Ez. 36:24-27, Lc.22:20. Aquel que nunca anda no puede ser cristiano. Cuando muchos teólogos hacen una distinción entre los tipos de fe: fe temporal, fe milagrosa, fe especulativa o muerta, fe histórica y la fe salvadora. La enseñanza del “cristiano carnal” no permite ninguna de estas distinciones. Existe el peligro de quienes no distinguen esa fe puedan decir que« han invitado a Cristo a su corazón» y se crean salvos. Y en realidad no lo son. Se dice del “cristiano carnal” «no ha cambiado en práctica», eso es una exclusión del arrepentimiento. Por eso el evangelio es una convocación a la fe y el arrepentimiento. Hch. 17:30. El arrepentimiento es un cambio drástico de la mente y el corazón, es una auto negación y servicio al Rey. Creencia sin confianza y remordimiento sin cambio no salvan.

La imagen de Cristo equivocada. Lo que siempre se ha enseñado desde el siglo XIX; «lo tiene como Salvador pero no como Señor». Esto es su obediencia a su señorío como algo opcional. Cristo no puede ser dividido Lc. 2:11. Matthew Henry dijo: «toda la gracia contenida en este libro (Mateo) se debe a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, y a menos que consintamos en que sea Señor no podemos esperar ningún beneficio de él como nuestro Salvador».  Charles H. Spurgeon</strong> enemigo del pragmatismo decía «cuando decimos a los mundanos que pueden ser salvos en ese momento simplemente con aceptar a Cristo como Salvador, mientras sus corazones siguen aferrados a sus ídolos y amando el pecado. Si les digo esto, estoy mintiendo, pervirtiendo el evangelio, insultando a Cristo y convirtiendo la gracia en lascivia». <strong>John Cotton</strong> dice «No hay nadie bajo el pacto de la gracia que se atreva a permitirse cualquier tipo de pecado, ya que si un hombre negligente cometiere cualquier pecado, el Señor le instruirá completamente y le hará aprender tristemente cómo se ha atrevido a jugar con los tesoros de la gracia de Dios».

Conclusión

Es una visión distorsionada de la gracia. Ro. 6:1,2.decir: «Si, puedes continuar en pecado y ser un cristiano carnal. Y eso es antinomianismo». Promueve la negligencia y almas para el infierno si no se arrepienten. Crea almas que «no aman lo que los cristianos aman ni odian lo que los cristianos odian». Son aquellos “cristianos” flojos, sin pasión por las almas, no leen la Biblia, no oran, no cantan, no se congregan, no muestran interés en servir a la iglesia. Siempre están metidos en problemas y lo más evidente no muestra fruto del Espíritu ni glorifican a Dios. La obediencia está íntimamente ligada a la seguridad de salvación, Jn. 15:10, no dice «para ser cristiano espiritual, guarda mis mandamientos» ya que la obediencia es para todos los cristianos. I P.1:2. El problema de muchas iglesias en su reiterativo llamado al altar, pasar a “decidirse por Cristo” decida que él sea su Señor. Nosotros no somos quienes hacemos Señor a Cristo, Hch. 2:36, Dios le ha hecho Señor y Cristo. No se distingue entre la fe salvadora y la espuria. Convencido pero no convertido, muchos están preocupados por las consecuencias del pecado y no por la limpieza o impureza del pecado. Y el mejor parámetro es cuando después de mucho tiempo no reciben disciplina y castigo por parte de Dios, entonces se cumple aquello de “Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos” He.12:8. Uno de los dos tipos de personas que sí habla la Biblia y no tres. A. A Hodge escribió: «No puedes tomar a Cristo para justificación a menos que lo tomes para santificación».


No es solo el mundo de hoy el que necesita el evangelio. También la Iglesia lo necesita. (Ernest C. Reisinger) - Extracto La necesidad de esta Hora (Arrepentimiento Bíblico) Del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. (Hechos 20:21)
Soli Deo Gloria