jueves, 23 de junio de 2016

El Libro que Alumbra

La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples. (Salmos 119:130)

En el siglo XIX un misionero cristiano (John Patón) se enfrenta con uno del mayor desafío de la historia misionera: De predicar el evangelio a una tribu muy especial…  ¡LOS CANÍBALES!

Imaginemos en tal grado de oscuridad espiritual que se encontraban estas pobres almas desgraciadas.

Adoraban cualquier objeto o animales (Árboles, piedras, insectos etc.).

Vivían combatiendo continuamente con tribus rivales, siendo seres sumamente agresivos.

Los perdedores en batallas, eran hervidos y comidos por las familias de la tribu vencedora.

Si moría el hombre, también debía su mujer ser entregada a muerte para “acompañarlo en el más allá”.

No había entre ellos la más mínima regla moral.

Vivían sin bañarse, manchados de la sangre de las guerras y de toda suciedad.

Si habría un pueblo más desdichado y sumido en la oscuridad: ¡Este era el de los antropófagos!

¿Cómo se podría cambiar una “cultura” de este tipo? ¿Qué cosa podría efectuar tal milagro?

Pongamos cualquier escrito filosófico griego y verán que nada puede hacer con ellos.

Elijamos la mejor obra de literatura de esta tierra, y no podrá influirlos.

Démosle el mejor compendio cultural y no podrá tan siquiera cambiar la mínima costumbre de esta tribu.

La inteligencia humana es impotente para cambiar corazones.

Pero el misionero, creía en el Libro que puede iluminar en la oscuridad: ¡LA SANTA BIBLIA! Les enseñó a leer, y les tradujo partes de la Biblia enseñándole el camino al verdadero Dios a través de Jesucristo.

¿Cuál fue el resultado de que la Biblia, la Palabra de Dios, entrara dentro del pueblo de caníbales? Aquel grupo que se reunía en una orgía de sangre para devorar a sus semejantes, ahora estaban limpios, y escuchando la Palabra de Dios.

¡Dejaron las armas de guerras, dejaron el canibalismo, dejaron la violencia, dejaron de adorar los objetos, porque por sobre todas las cosas, sus corazones fueron iluminados por la Palabra de Dios y conocieron a Cristo como su salvador!

El mismo misionero describe este “cuadro” del pueblo luego que durante duros años, les pudo dar la Palabra de Dios.

“Al colocar el pan y el vino en las manos de esos ex antropófagos, otrora manchadas de sangre y ahora extendidas para recibir y participar de los emblemas del amor del Redentor, me anticipé al gozo de la gloria hasta el punto de que mi corazón parecía salírseme del pecho. ¡Yo creo que me sería imposible experimentar una delicia mayor que ésta, antes de poder contemplar el rostro glorificado del propio Jesucristo! “La Biblia es el “Libro que alumbra” y puede cambiar la más oscura cultura, puede hacer entender al alma más simple de esta tierra.

Reseña Biográfica – Wikipedia

JOHN PATON 1824-1907

John se preguntaba cómo iba a hacer para evangelizar, y aún a civilizar, a estas tribus, pero aun así siguió haciéndolo. Comenzó a hacer amistad con algunos allí y a aprender el idioma de los mismos; diseñó una manera de escribir el idioma; y utilizando una pequeña imprenta, comenzó a reproducir algunos textos Bíblicos en el idioma Tannense.

Luego de cuatro años en Tanna, en medio de una guerra entre diferentes tribus, uno de sus amigos Tannenses le advirtió que esa noche habían resuelto algunos de la tribu matarlo y comérselo. John escapó de su casa con su Biblia y con los escritos traducidos a Tannense para nunca volver. En todo este tiempo, John se apegó a las palabras de Jesús “He aquí, estaré contigo siempre.”

Logró abordar un barco y salir eventualmente a Australia y luego regresó a su tierra natal de Escocia donde conoció y se casó con Margaret Whitecross. Dos años después, John y Margaret regresaron a las Islas Nuevas Hébridas, estableciéndose una misión en la isla Aniwa, donde encontraron tribus similares a los de la isla de Tanna, pero donde corrieron con mejor suerte que en la previa.

En Aniwa, también aprendieron el idioma, establecieron dos casas para huérfanos, enseñaron a leer la Biblia, educaron a muchos en Doctrina Cristiana y enviaban a estos mismos a las otras tribus a evangelizar. Allí John y Margaret tuvieron varios hijos más, uno de los cuales cuando creció regresó a las Islas Nuevas Hébridas también como misioneros. Treinta y tres años después de establecidos en Aniwa, se publicó el Nuevo Testamento en el idioma Aniwence.

En sus últimos años, John y Margaret se establecieron en Australia donde ayudaban a promocionar misiones a las Islas Nuevas Hébridas – con mucho éxito ya que por lo menos 25 misiones se establecieron en estas islas. John murió a los 83 años, dejando un ejemplo para todos nosotros de alguien que dedicó su vida entera a Dios y que sufrió por alcanzar a los necesitados de la Palabra de Dios.

Recurso PDF: Testimonio de John Paton
Soli Deo Gloria