domingo, 7 de agosto de 2016

Diez Mandamientos para Miembros de la Iglesia con respecto a su Pastor

1.   No convierta a su pastor en un ídolo. No hay que esperar que él sea capaz de hacer lo que sólo Dios puede hacer. No haga de él un salvador.

2.  No critique a su pastor, a menos que se aparte de la verdad, y entonces hágalo con lágrimas. Y por favor no espere la perfección. Él es un simple hombre, un hombre débil y pecador, al igual que usted. Su oficio es divino, pero su persona es humana. Él pone delante de usted el tesoro en una vasija de barro. Si no te acuerdas de eso, vas a grita hosanna hoy, pero lo crucificará mañana.

3.  No evite a su pastor. Vaya a él, cuéntele sus necesidades, abra su alma, pero no pierda su valioso tiempo. Es su deber y privilegio ir a él con sus preguntas y problemas espirituales, y eso lo alegrará y dará ánimo.

4.  Ore por su pastor. Ore por su alma, para que pueda mantenerse humilde y santo. Ore por su cuerpo, que puede mantenerse fuerte y por muchos años. Ore para que él pueda ser una luz ardiente y brillante. Ore por su ministerio que pueda ser bendecido abundantemente. Ore por su esposa, su familia, su preparación y predicación del sermón, su consejería. Ore para que él tenga un ministerio completo y él predicará plenamente.

5. Sea un buen oyente y practicante de los sermones que su pastor predica. Escuche y obedezca a su pastor. Mientras él predique las Escrituras, recíbalo como la misma palabra de Dios. Recuerde, él es un don de Cristo para usted.

6.  Tenga interés por su pastor. No deje que toda su conversación con él se centre sólo en usted. Sea amable con él. Muestre interés por él, por su vida, y la vida de su familia; ¡Él también es humano!

7. Recuerde apreciar las fortalezas de su pastor y minimizar sus debilidades, siempre recordando que su próximo pastor puede no tener los puntos fuertes de su actual pastor. No compare a los pastores, sino que aprenda a apreciar a cada pastor a quien Dios le envió por los dones peculiares que Dios ha dado a ese pastor.

8.   Mire más allá de su pastor. Mire a Aquel a quien su pastor le presenta.

9.  Sea un cooperador con su pastor y el consistorio. Sea generoso, exalte a Cristo y compañero de trabajo. Desee la humildad, la sabiduría, la paz, la unidad y añada caridad.

10. Mantenga una perspectiva eterna bajo el ministerio de su pastor. Pídale a Dios que su pastor pueda dar buena cuenta de su alma en el Día del Juicio. Recuerde que usted no tiene que dar cuenta de los defectos y fortalezas de su pastor en el Día de los días, pero usted tiene que dar cuentas de lo que ha hecho con la palabra que le predica. Si usted aún no es salvo, mire su ministerio como una gran oportunidad que Dios le da para recibir con mansedumbre Su palabra. A través del ministerio del pastor, el Señor está diciendo que Él tiene más personas de su iglesia para ser recogidas en Su eterna cosecha, y ¿por qué no sería usted una de ellas? ¡Oh, que usted conozca el día de tu visita bajo el ministerio de su pastor!

Por Joel Beeke

Soli Deo Gloria